Padre e hijo han sido detenidos en Alicante por el asesinato de un varón que murió tras recibir varios disparos durante un enfrentamiento entre dos clanes familiares que se produjo en Madrid, concretamente, en el barrio de Pan Bendito.
Los sospechosos huyeron a Alicante tras el ataque, en el que impactaron desde un domicilio a la víctima, quien terminó falleciendo en el hospital. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la operación y han confirmado que la disputa tuvo lugar el 17 de julio "cuando los integrantes de un clan familiar se dirigieron al domicilio de los arrestados para intentar aclarar un altercado sufrido ese mismo día entre miembros de ambas familias".
La familia del fallecido y él mismo animó a los homicidas y los demás miembros a salir a la calle para solucionar el altercado, pero estos se negaron y abrieron fuego desde la vivienda a la vía pública, llegando a alcanzar dos de ellos a la víctima, lo que provocó su posterior fallecimiento.
El cuerpo policial ha señalado que el problema entre las familias no era nuevo, ya que se habían vivido otros episodios de tensión en otras ocasiones, descartándose así un enfrentamiento aislado. La investigación de los agentes y las pruebas científicas recogidas en la zona permitió identificar a los autores del crimen.
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Realizadas las gestiones tendentes a la localización de los presuntos responsables, se determinó que podrían estar ocultos en un domicilio de una localidad de Alicante. Finalmente, tras establecer un dispositivo de búsqueda, el pasado día 27 de enero se procedió a la detención de dos varones, como presuntos autores de los delitos de homicidio, tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas. Una vez puestos a disposición judicial, se decretó el inmediato ingreso en prisión para los detenidos.
Robo de ketamina en el Hospital de Alicante
Por otro lado, un auxiliar de enfermería del Hospital General Universitario de Alicante ha sido condenado a tres años y diez meses de prisión por robar 135 viales de sustancias psicotrópicas con principio activo de ketamina para su venta.
Los hechos sucedieron entre finales de 2017 y febrero de 2019, cuando el condenado se aprovechó de su puesto de trabajo para sustraer los productos cuando nadie le veía, sustrayendo viales con un precio de 4,90 euros por unidad.
Ante la sospecha de una comercialización ilícita de esas sustancias, la Policía Nacional estableció un dispositivo de vigilancia que determinó que el sanitario le vendía los viales al otro condenado, al que le unía una sólida relación de amistad. A su vez, el comprador, que conocía el origen ilícito del medicamento, lo revendía a terceros a 35 euros la unidad.