Las primarias del PSOE han vuelto a certificar la hegemonía del exsenador Ángel Franco en la agrupación local socialista de Alicante. En este caso, con la exalcaldesa de Sax y exconsellera de Sanidad, Ana Barceló, como cabeza de cartel. Con idénticas cifras a las que viene manteniendo en las dos últimas décadas, relegando a sus críticos a un 30% del apoyo de la militancia.

Pero, como ha sucedido en otras ocasiones, la "adopción" de una candidata que no ha elegido no significa que ésta sea capaz de imponerse como líder local del socialismo. Sobre todo, si no vence en las elecciones al PP de Luis Barcala. Y ni eso. Echávarri logró la Alcaldía en 2015 siendo el delfín de Franco, y éste se revolvió contra él al final de su mandato tras los escándalos de la Concejalía de Comercio.

La jugada de Ángel Franco en los comicios precedentes ha pasado por ceder la portavocía local al candidato o candidata elegida por Puig pero imponerse en la elección del portavoz de la Diputación, colocando por la comarca de l'Alacantí a sus peones en la institución provincial. Es el caso de Sanguino en el Ayuntamiento y Miguel Millana en la Diputación.

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No obstante, en esta ocasión y ante la victoria de los renovadores de Alejandro Soler en las primarias provinciales, tanto Ángel Franco como Ximo Puig necesitan un contrapoder fuerte en la Diputación de Alicante. Por eso, en el seno del PP local una amplia mayoría de militantes dan por hecho que Ana Barceló tras una eventual pérdida de las elecciones locales será colocado por ambos como diputada provincial.

Y es que después de haber sido alcaldesa de otro municipio y consellera del Gobierno valenciano, nadie entendería que Barceló se quedase cuatro años como una simple portavoz municipal de una ciudad que no es la suya. Y Franco y Puig tienen la capacidad, controlando la estructura comarcal aunque no la provincial, de buscarle una salida digna como portavoz en la Diputación. Incluso haciendo sombra a Alejandro Soler.

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En este sentido, desde la agrupación local se señala al actual secretario general local, Miguel Millana, como el mayor perjudicado en esta operación. De ahí, que no se haya visto al economista en la campaña de Ana Barceló apoyando a la ex consellera.