Abril de 2018. Quedaba poco más de un año para las elecciones municipales y la persona destinada a convertirse en la alcaldesa socialista de Alicante, Eva Montesinos, era destituida como portavoz del grupo socialista por la ejecutiva local del partido. Montesinos había perdido en su investidura frente al PP, Cs y una tránsfuga de Podemos. El todopoderoso secretario general del PSPV y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no pudo salvarla.
Cuando llegó el momento de poner un candidato para la ciudad, la "minoría mayoritaria" buscó a un médico jubilado y Ximo Puig queriendo dar un golpe de timón a las encuestas se buscó al director del Teatro Principal, Francisco Sanguino, procedente de Esquerra Unida, como cabeza de cartel.
El verdadero hombre fuerte del PSOE local, Ángel Franco, aseguró que "si no restaba" la propuesta era bienvenida. Eva Montesinos perdió estrepitosamente en las primarias convocadas a tal efecto.
Julio de 2022. Queda menos de un año para elecciones y el portavoz municipal del PSOE tiene sus días contados al frente del grupo municipal. Esta vez, Francisco Sanguino no ha perdido una investidura sino que se ha opuesto a la dirección local del partido en su oposición a la tasa turística siguiendo los dictados de Puig, quien parece que no hará nada por salvarle.
Corren malos tiempos para el PSOE de Alicante, como durante las últimas tres décadas (si exceptuamos el primer año del Gobierno municipal de Gabriel Echávarri). Y Sanguino tiene pinta de convertirse en la octava víctima de Franco. Novena, si contamos también a Montesinos.
Hasta el propio Echávarri que era un producto del propio Franco, sucumbió como antes lo habían hecho José Antonio Pina, Blas Bernal, Juan Antonio Román, Etelvina Andreu, Roque Moreno o Elena Martín. Y siempre desde el partido.
[¿Y después de Sanguino qué? El PSOE de Alicante sigue sin un líder a menos de un año de elecciones]
Puig sabe que necesita a Franco y su control de la organización del partido. Mucho más que a Sanguino, que no ha hecho nada desde que perdió las elecciones de 2019 y que en el último año ha sido el gran ausente en el Ayuntamiento de Alicante.
Ahora el grupo municipal le ha pedido que se retracte de su intención de cesar a los asesores, algo que registró el viernes pasado y de destituir de puestos claves al resto de concejales. Y Puig no ha salido en ayuda del que fuese su "mirlo blanco" para Alicante.
La única incógnita que queda por desvelar el PSOE alicantino es la fecha y hora en la que el dramaturgo se verá obligado a dimitir y dejar la portavocía de grupo. La decisión está tomada. Y si Puig, en pago a los favores prestados, le buscará algún hueco en la estructura de la Generalitat.