Rebeca García, en imágenes que tomaron las víctimas de su acoso.

Rebeca García, en imágenes que tomaron las víctimas de su acoso. Redes sociales

Reportajes

Hablan las víctimas de Rebeca, la acosadora a lo 'Reno de peluche' que huyó de Venezuela a España

Esta joven venezolana lleva más de siete años acosando a mujeres. Ahora, el fiscal general de Venezuela ha emitido una orden de captura internacional.

13 mayo, 2024 02:50

Era una fiesta como otra cualquiera en Venezuela. Daniela Belloso, una joven venezolana, se arregló para salir con sus amigos, como acostumbraba a hacer en otras ocasiones. Nada más llegar al local, Daniela se topaba en su camino con una chica que la empujaba contra la pared.   

"¿Qué te pasa?", recriminó Daniela a la joven. "Daniela, ¿es que no sabes quién soy?", respondió la agresora. Le siguió el juego y fingió que sí la conocía, solo por educación. Pero cuando se quiere dar cuenta, la chica ya ha desaparecido. 

Daniela no sabía que en ese preciso momento, una noche de octubre de 2017, empezaría su infierno. En aquel momento tenía tan solo 21 años, y lleva desde entonces "lidiando con un problema de acoso constante". "Una persona a la que no conozco ha logrado desequilibrar mi paz, mi tranquilidad, la seguridad de mi familia, de mi entorno social, de mi casa, mi trabajo... y las autoridades no hicieron nada.

Ella no ha sido la única víctima. Se cuentan por decenas las mujeres que han sufrido acoso sexual por parte de Rebeca García Álvarez, una joven venezolana que ahora tiene 34 años, pero que lleva desde los 25 acosando a mujeres.

Con un historial al más puro estilo 'Mi Reno de Peluche', la famosa serie de Netflix que habla sobre el brutal acoso que sufrió un hombre por parte de una desconocida, Rebeca se encuentra ahora mismo en busca y captura por presuntos delitos de "promoción o incitación al odio, exhibición de pornografía de niños o adolescentes y asociación criminal".

El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, así lo ha confirmado a través de su cuenta de X (antes Twitter). Se trata de una orden de aprehensión internacional, ya que la sospechosa ha huido a España. La Audiencia Nacional tiene que procesar y activar la orden recibida desde el país latinoamericano para que la Policía Nacional dé inicio a su busca y captura.

Hoy, Daniela Belloso y Andreina de Trindade, otra joven víctima de Rebeca, deciden dar la cara. Ya rompieron su silencio a través de redes sociales, pero hoy han querido que su historia cruce el charco. Desde Venezuela, han mantenido una conversación en exclusiva con EL ESPAÑOL

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"Me vi obligada a emigrar"

El nombre de Rebeca García resuena desde hace ya siete años en la cabeza de Daniela Belloso. Se fue haciendo más fuerte en su recuerdo a medida que empeoraba el acoso, que se inició a raíz de aquella fiesta

Daniela, que en el momento del empujón iba acompañada de una amiga, se reúne con el resto del grupo para contarles la situación. "Al principio solo nos pareció raro", dice. Al cabo de un rato, todo el grupo ve cómo esta chica no para de mirar a Daniela.

Todo el grupo comenzó a sentirse incómodo. "Decidimos irnos a otra parte, y fue en ese momento cuando se acerca y me agarra del brazo. Me dijo: 'si te vas, te vas conmigo'". La cogió de tal manera que sus amigos tuvieron que intervenir para que la soltara.

Después de ese momento, deciden alejarse y hacer como que se van del lugar "para despistarla". De ese modo, se dieron cuenta de que el único objetivo esa noche era Daniela: "Ella no se fue de la fiesta hasta que yo hice como que me había ido"

Este suceso fue la 'comidilla' durante los días siguientes. Cuando una amiga suya se enteró, la advirtió sobre quien era: "Ten cuidado, es una loca". Fue en este momento cuando comenzó a poner nombre a aquel rostro que le había arruinado la fiesta. 

Rebeca García Álvarez estudió en el mismo colegio que Daniela. "Ella es mayor que yo, así que nunca coincidí con ella", explica. 

"Me esperaba fuera del gimnasio, me seguía a mi casa. Se quedaba en el coche fuera del edificio. Se sabía las matrículas de todos los coches de mi familia"

Daniela Belloso, víctima de Rebeca García

Aunque esperaba que la cosa quedara ahí, "desconocía lo que sufriría". Frecuentaba mucho un club privado llamado 'La Lagunita', que cuenta con gimnasio, piscinas e incluso campos de golf. Es lo que allí se conoce como un Country Club.  Daniela disfrutaba mucho yendo a ese lugar. 

"Iba casi todos los días al gimnasio, y allí el acoso se intensificó. Una vez me pegó una nalgada con una toalla, me esperaba fuera del gimnasio, me seguía a mi casa, esperaba con el coche fuera del edificio y se quedaba viendo a ver si salía o no. Se sabía las placas de todos los coches de mi familia", relata.

Daniela comenzó a vivir inquieta. Empezó a recibir decenas de mensajes, de notas de voz, de llamadas. Rebeca incluso pintó varios grafitis por todos los caminos que llevaban a su casa. Un día, dentro del club, la agarró de nuevo por el brazo, y decidió pedirle que parara. "Deja de acosarme. No me conoces ni yo a ti tampoco. Aléjate de mí", le recriminó. 

Rebeca no se lo tomó nada bien. Mientras se reía, le dijo "tranquila, no te voy a matar... esta semana". Daniela cuenta que esa no fue la única vez que Rebeca le amenazó de muerte. 

Después de eso, decidió ponerse en contacto con la familia de Rebeca, con la esperanza de que se hicieran responsables del asunto. Pero, para su sorpresa, no solo le restaron importancia, dándole rienda suelta a Rebeca en su locura, sino que la culpabilizaron de la situación

"Su tía llegó a decir que si Rebeca se suicidaba, la culpa sería mía", confiesa Daniela. Y es que fueron los propios familiares quienes excusaron estos comportamientos debido al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) que padece su hija.  

Mensajes que Rebeca García mandaba a Daniela.

Mensajes que Rebeca García mandaba a Daniela. Redes sociales

Esta historia ha sido corroborada también por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, que alega que la sospechosa sufre, además de TLP, un trastorno producido por el consumo de sustancias psicoactivas y psicopatía aguda. Además, confirma que Rebeca, entre los años 2018 y 2021, estuvo hospitalizada 9 veces.

A pesar de estos ingresos, el acoso nunca finalizó del todo. En el año 2018 decidió irse de Venezuela: "Quería que se calmara un poco toda esta locura. Durante los seis meses que estuve fuera igual recibía correos, pero eran un poco más esporádicos, por lo que comencé a sentirme un poco más segura".

En marzo de 2019 decidía regresar. A los pocos días de su vuelta, el país sufrió un apagón nacional y, aprovechando la oscuridad, su peor enemiga regresó. Esta vez, a la puerta de su casa. "Se metió en el edificio y llegó a la puerta de mi piso. Por suerte, unos vecinos lograron sacarla", relata. 

Rebeca se coló dentro del edificio de Daniela.

Rebeca se coló dentro del edificio de Daniela. Daniela Belloso Redes sociales

La policía nunca le atendió. Daniela tomó la decisión de marcharse de forma definitiva. "Me vi en la obligación de emigrar. Al llegar a España, me sentí un poco más tranquila. Cambié de número, email, cerré mis redes sociales y, aunque tomé todos los pasos necesarios, el acoso electrónico no cesó". 

Aún con miles de kilómetros de separación, Rebeca volvió a encontrar a Daniela: "Llamó a mi oficina amenazando con quemarla si no les daban mi número de contacto".  

En un nuevo grito de ayuda, Daniela decidió llamar a la madre de Rebeca. "Me gritó, me dijo que ignorara la situación y me bloqueó", afirma. No obtuvo ningún tipo de solución por su parte, y este contacto solo le sirvió para confirmar sus peores pesadillas: Rebeca estaba en España

Puso una denuncia ante la Policía Nacional, pero no solucionó nada. El acoso persiste a día de hoy. Daniela confiesa que ha recibido llamadas de Rebeca hace tan solo una semana. Está harta, y quiere denunciar no solo a Rebeca, sino a su familia: "Quiero hacer responsable a la familia de Rebeca García de cualquier cosa que me pueda pasar"

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"Te voy a violar"

Andreina de Trindade, alias Anny, es una joven de 27 años que reside en Caracas. Es maquilladora y comunicadora social, y fue a través las redes sociales como Rebeca dio con ella. "Lo que tenemos en común las víctimas de Rebeca es que somos amigas entre nosotras, y por redes sociales es como me capturó a mí". 

En su caso, todo empezó como un encuentro de trabajo. Rebeca se puso en contacto con Anny:. "Desde el principio la encontré un comportamiento extraño. Cuando ella dice su nombre, yo ya me percato de que es ella, y ahí empezó todo". Era agosto de 2020

"Ella me llamaba por diferentes números de teléfono, me mandaba mensajes de texto... yo bloqueaba los números, pero ella siempre encontraba la manera de comunicarse conmigo", cuenta. Al igual que a Daniela, le pintó grafitis en las calles de su barrio. 

Imagen de los grafitis que Rebeca hizo para Daniela.

Imagen de los grafitis que Rebeca hizo para Daniela. Redes sociales

Rebeca siempre empieza con un tono "más romántico, como de quererme conocer". Con el tiempo, se fue volviendo cada vez más violenta. "A medida que ella veía que yo la ignoraba, se iba poniendo agresiva. También morbosa, porque era un comportamiento intermitente", explica Anny.

Pero todo empeoró con el inicio de 2024. "Ella averiguó dónde trabajaba y empezó a mandarme regalos, cartas, dibujos, flores... mientras seguía mandándome mensajes violentos y explícitos, por mensaje y por correo electrónico. Aunque yo la tenía bloqueada, todo eso me llegaba a la bandeja de spam", narra.

A pesar de sus intentos, las autoridades no la hicieron caso. Cree que si Rebeca hubiera sido un hombre "seguramente hubieran actuado diferente". Y es que en Venezuela no hay una ley que regule el acoso de una mujer a otra mujer. "Me decían que hasta que no me hiciera nada físicamente no podían hacer nada". 

Algunos de los mensajes que Rebeca enviaba a Andreina.

Algunos de los mensajes que Rebeca enviaba a Andreina. Redes sociales

En el caso de Daniela, incluso llegaron a burlarse. "Llegó a tal nivel que me escribían los mismos policías diciendo 'hola bella, mándame a la loca para acá que nos hacen falta unos regalitos' y mensajes de esa índole".

Pero la gota colmó el vaso de Anny el día 5 de mayo, cuando recibió en su bandeja de entrada más de 76 correos electrónicos. "Me amenazaba con matarme, describía explícitamente cómo me quería violar... Son mensajes realmente perturbadores. También mencionaba a personas de mi vida personal que también podrían verse afectadas y yo dije no, ya no puedo más", explica.

Anny fue la primera que denunció públicamente los abusos que sufría por parte de Rebeca García. Ahora, el Ministerio Público de Venezuela la ha llamado a declarar y espera que, por fin, se haga justicia. 

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No actuaba sola

Tanto Andreina como Daniela afirman que Rebeca nunca actuó sola. Siempre tuvo el respaldo de su familia detrás pero, sobre todo, contaba con la ayuda de su hermano, Francisco García Álvarez, que también se encuentra en busca y captura por los mismos delitos que Rebeca. 

En el caso de Daniela, la joven afirma que el día que Rebeca se coló en su edificio, era su hermano quien la esperaba fuera con el coche. Además, él, acompañado de otra persona a la que todavía no han identificado, le profería gritos de "te veo" o "no te escondas". Además, alega que también fue él quien publicó en Instagram fotos suyas, que ella misma había subido a redes sociales: "Publicó títulos con mensajes sexuales asquerosos".

De hecho, no es la primera vez que Francisco García tiene problemas con la difusión de imágenes. Según alguna de las víctimas, fue también en el club 'La Lagunita', donde se dedicaba a fotografiar a menores de edad que subían y bajaban de la piscina para luego difundirlo a través de cientos de perfiles que se creaba en redes sociales. 

Tanto es así que, al igual que a su hermana, se le echó del club. "Se les quitó el carné de socios, pero aún así seguían entrando. Se colaban por los campos de golf", explica Daniela Belloso. 

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'Un libro para Coco'

Claudia Aguirrezabal, Coco Aguirre como la conocen en redes, fue una de las primeras víctimas de Rebeca. El acoso hacia ella comenzó casi a la par que el de Daniela.

"En mi caso venía esporádicamente a gritar frente a mi edificio, me mandaba mensajes de texto y correos. Nada parecía ser muy peligroso", ha relatado a través de un hilo de X.

Sin embargó, todo incrementó a raíz de la pandemia. "Este incesante acoso fue escalando. Todo tomó otro rumbo cuando Rebeca entró a mi edificio y esperó a que yo entrara con mi coche, salió corriendo hacia mi puerta y la intentó forzar. Al no poder entrar, se montó en el capó de mi coche y saltó en el techo". 

El acoso llegó hasta tal extremo que Rebeca ha publicado un libro de más de 400 páginas que está a la venta en Amazon y que se titula Un libro para Coco Aguirre. Según ha contado Anny, Rebeca empezó escribiéndolo "en un drive, a modo diario" e iba guardándolo para después enviárselo a sus víctimas. "En el libro relata todo lo que nos hacía. Además, luengo nos lo mandaba a nosotras para que los leyéramos. Es realmente terrorífico", expresa Anny. 

De momento, son pocas las víctimas que han tenido el valor de hablar. No se cuentan con los dedos de una mano pero, en el libro, la propia Rebeca habla de hasta 15 víctimas, a las que cita con nombres y apellidos. 

Ahora, el asunto está en manos de la justicia. Las autoridades venezolanas, a través de la Dirección de Asuntos Internacionales, ya se han puesto en contacto con España para solicitarle la ubicación, tanto de Rebeca como de su hermano Francisco, para iniciar los trámites respectivos de extradición. 

Así lo ha comunicado el fiscal general, Tarek William Saab, a través de sus redes sociales. Ha aprovechado también para expresar su deseo, así como el del Ministerio Público de Venezuela, de que "la Justicia española no califique a estos depravados -hoy prófugos- como 'perseguidos políticos'".