La UE trata de contener la onda expansiva de la crisis entre Sánchez y Milei: "Es una disputa bilateral"

El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ya censuró el domingo por la tarde las palabras del presidente argentino sobre Begoña Gómez. "Los ataques contra familiares de líderes políticos no tienen cabida en nuestra cultura: los condenamos y rechazamos, especialmente cuando provienen de socios", escribió Borrell en su cuenta de X. 

"La libertad política, la prosperidad, la cohesión social basada en la redistribución fiscal y el respeto en el debate público son pilares de la UE", afirmaba además en su tuit el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común. Una declaración escrita tras recibir la llamada del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.

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Al ser preguntada de nuevo este martes, la Comisión Europea no ha querido ahondar en la polémica entre España y Argentina. "Es muy importante para nosotros rechazar y condenar los ataques que se dirigen contra los miembros de las familias de los políticos. Porque en la UE tenemos la cultura de la discusión, la democracia y la pluralidad, pero en el campo político. Los ataques personales a los miembros de las familias de los políticos no son aceptables", se ha limitado a repetir el portavoz de Exteriores.

El propio Borrell se reunió el pasado 6 de mayo en la capital belga con la ministra argentina de Exteriores, Diana Mondino. Un encuentro que se desarrolló en un ambiente distendido y constructivo en el que Mondino aseguró a Borrell que Argentina considera a la UE como un "socio natural". El Gobierno de Milei parecía dar por zanjada la polémica por las declaraciones de Óscar Puente.

Sin embargo, el discurso del presidente argentino en la convención de fuerzas de derecha radical organizada por Vox ha creado incomodidad en Bruselas no sólo por su ataque a la mujer de Pedro Sánchez. También por la "descalificación radical" de uno de los "pilares básicos" de la sociedad europea: la "construcción de un Estado de redistribución fiscal". "Nos choca que digan que eso sea robar o utilizar la violencia", explican fuentes europeas.

En todo caso, Bruselas descarta de momento cualquier intervención para enfriar la disputa entre España y Argentina. La bronca tampoco figura en la agenda de la reunión de ministros de Exteriores de la UE que se celebra el 27 de mayo. "En Europa procuraremos que la cosa no afecte a las relaciones con la UE, en un momento en que estamos discutiendo Mercosur", subrayan las fuentes consultadas.

De hecho, fue el propio Sánchez el que se esforzó por impulsar el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur (un grupo en el que están Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) durante la presidencia española en la segunda mitad de 2023. No lo consiguió por la oposición de países como Francia o Irlanda, que quieren proteger a su industria cárnica. 

El pacto con Mercosur -que se cerró en 2019 tras 20 años de negociaciones- es el mayor acuerdo comercial celebrado por la UE hasta la fecha y supondría un ahorro de más de 4.000 millones de euros anuales en aranceles para las empresas de la UE. Para Bruselas tiene además una dimensión geopolítica importante porque refuerza las relaciones con América Latina. Sin embargo, su firma se ha atascado tras plantear la UE. nuevas exigencias medioambientales al bloque latinoamericano.

"Los equipos UE-Mercosur continúan en contacto a nivel técnico para avanzar en los temas pendientes. La prioridad para la UE sigue siendo garantizar que el acuerdo cumpla los objetivos de sostenibilidad de la UE, respetando al mismo tiempo las sensibilidades de la UE en el sector agrícola", ha explicado a EL ESPAÑOL el portavoz de Comercio de la Comisión, Olof Gill.

Si como consecuencia de esta crisis con Milei, España -que tradicionalmente ha ejercido como abanderado de los intereses de América Latina en Bruselas- también se desentiende, eso podría enviar el acuerdo con Mercosur definitivamente al congelador. 

Las relaciones económicas bilaterales entre la UE y Argentina se rigen por el Acuerdo Marco de Cooperación Comercial y Económica, que entró en vigor en 1990. La UE es ahora mismo el tercer socio comercial de Argentina, tras Brasil y China. La UE es también el primer inversor en el país latinoamericano.

En 2023, el total de exportaciones de la UE a Argentina (principalmente maquinaria, electrodomésticos y productos químicos) ascendió a 9.900 millones de euros. Por su parte, las exportaciones de Argentina a la UE (productos agrícolas, químicos, pescados y mariscos) se situaron en 6.900 millones de euros.