Macron afirma que la nueva ley de inmigración "es una derrota" para la ultraderecha

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha indicado que la aprobación de la nueva ley de inmigración "es una derrota" para la ultraderecha liderada por Marine Le Pen, porque incluye muchos puntos que siempre ha rechazado.

Macron, durante una entrevista emitida en France 5, ha resaltado que la ley "es el escudo que nos faltaba" para combatir mejor la inmigración irregular. Sin embargo, pese a insistir en que el texto "es útil", ha admitido que hay algunos elementos que no le gustan, pero que son resultado del pacto necesario con los conservadores.

Sin embargo, la nueva ley de inmigración francesa, que legislará "la regularización de quienes no tienen papeles", fue aprobada por 349 votos a favor, entre los que se incluyeron los de la ultraderecha de Marine Le Pen.

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Un hecho incómodo para Macron y del que se quiere desmarcar recordando que la ultraderecha de Le Pen se había opuesto al texto que salió en primera lectura del Senado "porque lo consideraba demasiado blando". 

El presidente ha rechazado que la nueva legislación aplique la "preferencia nacional" en favor de los ciudadanos franceses frente a los inmigrantes, tal como considera la ultraderecha a la vez que se atribuye el mérito.

El presidente francés ha resumido que la ley tiene medidas para dos grandes objetivos: por un lado intenta "muy claramente" desincentivar la llegada de clandestinos, con una respuesta más eficaz en su devolución, y otro "integrar mejor con la lengua y el trabajo" a los inmigrantes legales.

Sin embargo, ha reconocido que hay elementos de la ley que no le gustan, como la garantía financiera prevista para los estudiantes extranjeros que lleguen al país, pero ha insistido en que el conjunto de la ley "es producto del compromiso".

En otro sentido, Macron ha evitado hacer declaraciones sobre el conato de crisis política que afrontó ayer su movimiento, con la dimisión del ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, aunque se lograse evitar la marcha de una media docena de miembros del Gobierno.

Sobre Rousseau, ha expresado respeto sobre su decisión, al igual que también lo ha manifestado por los diputados de su movimiento que votaron a favor de la ley (una cuarta parte se opuso o se abstuvo) a pesar de que "no les gustaban todas las disposiciones".