Soldados estadounidenses en el paso fronterizo de Friedrichstrasse, en Berlín, en 1961.

Soldados estadounidenses en el paso fronterizo de Friedrichstrasse, en Berlín, en 1961. Wikimedia Commons

Historia

Cómo la IA puede revolucionar la Guerra Fría y destapar los secretos más oscuros de la Stasi

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En las semanas previas a la caída del Muro de Berlín, la Stasi, la policía secreta de la RDA, destruyó todos los papeles que podían arrojar luz sobre sus incontables crímenes. Según los historiadores, entre 45 y 55 millones de documentos fueron devorados por las máquinas trituradoras o rotos en pedazos por decenas de sus colaboradores —en 1989 se calcula que uno de cada 50 ciudadanos proporcionaban información y espiaban para el órgano de inteligencia—. Los restos se acumularon en 16.000 bolsas de basura que debían ser incineradas o arrojadas en una cantera abandonada. Pero la escasez de recursos provocó que gran parte de ellas se almacenasen en el sótano de la sede del servicio comunista.

Tras la reunificación de Alemania, el Gobierno inició un proyecto para reconstruir esos documentos a mano: un puzle prácticamente irresoluble de mucha paciencia y pocos resultados. En 1996, un científico del Instituto Fraunhofer desarrolló una máquina, el "E-puzzler", para realizar este trabajo. Gracias a un algoritmo que identificaba elementos de cada informe (papel, forma, color, tipo de letra, etc.), se pudo indagar en algunas de las sombras de la Stasi: persecución de disidentes, dopaje de atletas, el encubrimiento de un accidente de tren en el que murieron 75 niños o algunos de los asesinatos sin resolver, como el de un bombero polaco llamado Czeslaw Kukuczka.

Este hombre se presentó el 29 de marzo de 1974 en la embajada de Polonia en Berlín oriental bajo la falsa amenaza de que su maletín iba lleno de explosivos. Lo que pretendía era conseguir un visado para poder cruzar al otro lado del Muro, al territorio de la República Federal de Alemania. Los funcionarios, tras avisar a la Stasi, accedieron a la petición y varios agentes de la policía secreta acompañaron a Kukuczka, de 38 años y padre de tres hijos, hasta el punto de control de Friedrichstrasse. Cuando estaba a punto de cruzar el paso fronterizo, fue abatido con varios tiros por la espalda. Murió de en un hospital controlado por el propio servicio de inteligencia y sus restos incinerados fueron enviados a su familia sin explicación.

Czeslaw Kukuczka, un ciudadano polaco que intentó huir a Occidente desde la RDA y terminó asesinado en 1974.

Czeslaw Kukuczka, un ciudadano polaco que intentó huir a Occidente desde la RDA y terminó asesinado en 1974. Wikimedia

La identidad del supuesto autor material del asesinato no se habría llegado nunca a conocer si no es por el arduo trabajo de reconstrucción de la documentación triturada de la Stasi. Martin Manfred Naumann, un octogenario exagente de la Stasi que hasta ahora llevaba una tranquila vida en Leipzig, ha sido condenado ahora, cinco décadas después de apretar el gatillo, a diez años de cárcel.

La implicación de Naumann en este caso salió a la luz en 2016 gracias a la reconstrucción de uno de estos documentos. Se trata de una orden firmada por el ministro de Seguridad del Estado de la RDA, Erich Mielke, en la que se recogían los nombres de 12 agentes del Ministerio para la Seguridad del Estado (MfS, por sus siglas en alemán) para ser conmemorados por el asesinato de Kukuczka. "El camarada teniente N. resolvió la tarea con prudencia, valor y decisión y pudo neutralizar al terrorista a través del uso de su arma de fuego", se indica en el informe, revelado por medios alemanes.

A pesar de este notable éxito, el lento proceso de recuperación y ensamblaje de los papeles abocó a la suspensión del proyecto el mismo año que salieron a la luz las revelaciones sobre el caso de Czeslaw Kukuczka. Y así se mantuvo hasta 2023, cuando el Archivo de la Stasi, ubicado en el antiguo cuartel general del servicio secreto, reemprendió el trabajo con el objetivo de apoyarse en las herramientas de las nuevas tecnologías: los últimos escáneres y softwares de inteligencia artificial. A falta de que se anuncie a la empresa encargada de acometer esta titánica labor, el pasado más oscuro de la RDA y la Guerra Fría está más cerca a ver la luz que nunca.

Hace unos meses, un proyecto de investigación liderado por investigadores de Estados Unidos, Suiza y Alemania lograron descifrar parte de un antiguo pergamino romano carbonizado hallado en una villa de Herculano, cerca de Pompeya. Gracias al uso de tomografías computarizadas, reproducciones en 3D y un adecuado uso de herramientas de inteligencia artificial se pudo documentar, entre otras cosas, un texto en griego que pertenecería a una obra filosófica inédita escrita por el epicúreo Filodemo de Gadara. Un método similar podría utilizarse ahora para desentrañar los secretos de la Stasi conservados en esos millones de trozos de papel.