En Cataluña y Madrid los muertos por Covid cuadruplican esta semana la cifra de Sanidad
El retraso en la comunicación disparará las notificaciones de fallecimientos por parte del ministerio de Sanidad en los próximos días.
7 agosto, 2021 03:16Noticias relacionadas
La realidad no es un videojuego. Es imposible saber al instante el número de casos, de hospitalizados o de fallecidos que hay en cada país, como nos parecían hacer creer aquellas páginas de YouTube que iban actualizando números a un supuesto tiempo real. Obviamente, entre el hecho y la comunicación pública del hecho hay un camino largo y burocrático, y es lógico que así sea: alguien fallece en Aranda de Duero, alguien es hospitalizado en Móstoles, alguien da positivo en Calafell… y todo eso requiere de un proceso de notificación que va complicándose hasta llegar al informe del ministerio de Sanidad, el único que centraliza los datos de diecisiete sistemas de salud distintos.
Ahora bien, dicho esto, en ocasiones la deficiencia de la información y el enorme retraso acumulado hace muy complicado conocer la magnitud de la situación en la que estamos. Ha pasado en todas las olas anteriores y está volviendo a pasar en esta. Hay un abismo entre el número de fallecidos que registran determinadas comunidades autónomas y las que registra el Ministerio, lo que hace muy difícil medir correctamente los tiempos. Pasan muchas semanas desde que empezamos a ver los casos subir hasta que empezamos a ver lo mismo con las defunciones… y esto no se debe solo al habitual decalaje de unas dos semanas entre un parámetro y otro.
Vamos con los ejemplos más claros, que son los de Cataluña y Madrid. En los últimos siete días, Cataluña ha notificado en sus informes regionales 164 fallecidos. En Madrid, se han registrado 103. Solo entre estas dos comunidades, hablamos de 267 fallecidos semanales, es decir, unos 38 al día. En el total del país, siempre según los informes de las distintas consejerías, en los últimos siete días, se habrían notificado 665 defunciones, lo que equivale a 95 al día, una cifra mucho menor a las que nos acostumbraron repuntes anteriores, pero terrible en sí misma, pues nos lleva a los 2.500 de proyección mensual.
Si uno compara estas cifras con las del Ministerio, no acaba de entender nada. Para Sanidad, toda defunción que no pueda ser fechada y que no incluya la ficha completa del paciente no existe. Eso hace que, según el informe del Instituto de Salud Carlos III de este viernes, en España hayan fallecido en esos mismos siete días 342 personas, prácticamente la mitad de lo que están diciendo las consejerías. Si no nos centramos en los fechados sino simplemente en los notificados, tenemos 520, una cifra más parecida a lo que probablemente sea la realidad, pero aún así muy baja.
Según el Ministerio, en Madrid y Cataluña han muerto 62 personas durante la semana pasada, que es prácticamente la cifra que ambas comunidades dan al día. Todo ese decalaje se irá corrigiendo en los días posteriores y, de repente, tendremos días con 150 o 200 muertos notificados… justo cuando en realidad la cifra esté bajando. El problema no es ya de unos cuantos frikis a los que nos gusta analizar números… sino que las medidas restrictivas se toman con esos números como referencia.
La percepción pública de que algo va bien o va mal se basa en estadísticas desfasadas. Así, nos pasamos semanas diciendo: “Hay muchos casos, pero no muere nadie” cuando el número de fallecidos ya era importante… y me temo que podemos pasarnos otro par de semanas llevándonos las manos a la cabeza cuando la situación ya parece estar más o menos controlada.
Por todo esto, es conveniente seguir teniendo a la incidencia acumulada, especialmente la de siete días, como principal referencia, pues nos da la cifra más inmediata, aunque en ocasiones pueda estar distorsionada o incompleta. No es casualidad que dicho parámetro haya bajado un 26,28% en los últimos diez días. Da una medida perfecta de lo que está pasando en el país, pues la virulencia de una ola la marca la capacidad de transmisión del virus. En cuanto el virus deja de transmitirse, el resto baja automáticamente.
Así, esa bajada drástica en casos, ya se traslada a un estancamiento del número de hospitalizados totales (10.015 por 9.825 del pasado viernes, una subida de apenas un 1,93%) y muy pronto se trasladará en camas UCI ocupadas (1.928 por 1.698, todavía un 13,54% más). Incluso en el mejor de los escenarios estadísticos, en el que pudiéramos contabilizar cada óbito según se produce, siempre habría un momento en el que todos los parámetros bajaran y este último aún estuviera al alza.
El asunto es que nos vamos a encontrar con una subida artificial. Todos estos indicadores empezarán a despeñarse… y el Ministerio nos seguirá hablando de cifras enormes y desactualizadas de fallecidos. Tengamos prudencia en ese momento para saber qué hay de verdad y qué hay de acumulado en esas cifras y no nos precipitemos.
En otras palabras, no cometamos a la inversa el error de infravalorar el virus de principios de julio. Por entonces, nadie habría imaginado siquiera 1.000 muertos al mes. Desgraciadamente, vamos por unos 1.100 en quince días, y ya digo que queda aún una semana, probablemente, hasta la estabilización y posterior bajada.