Glaciares de la Antártida derritiéndose.

Glaciares de la Antártida derritiéndose. iStock

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Alerta por el derretimiento del glaciar más importante de la Antártida: cada año se derriten casi 30.000 km de hielo

La preocupante situación está suponiendo una crisis medioambiental sin precedentes, necesitando una actuación real inmediata.

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Las devastadoras consecuencias del cambio climático no parecen tener fin. El deshielo en Groenlandia avanza a un ritmo alarmante, con unos efectos alarmantes no solo para la región ártica, sino para el global del planeta. 

Un estudio reciente de la universidad de Barcelona, publicado en el Journal of Climate, muestra que los episodios de fusión extrema, cuando grandes áreas de hielo se derriten rápidamente, se han duplicado en frecuencia desde la década de 1950.

Este fenómeno, causado por el calentamiento global, está acelerando el aumento del nivel del mar y amenazando ecosistemas y comunidades costeras en todo el mundo. Y es que, el deshielo en Groenlandia es mucho más rápido de lo que se pensaba.

Estos episodios, que se concentran principalmente en los meses de verano, han alcanzado cifras récord en la última década. Según las últimas investigaciones, desde 1980, Groenlandia ha perdido un volumen de hielo equivalente a 48 millones de piscinas olímpicas cada año.

Un claro reflejo de la crisis climática que enfrenta el mundo. A menos que se tomen medidas inmediatas, las consecuencias serán irreversibles, y el futuro de todos estará en grave peligro.

Groenlandia se vuelve verde

Solo en el verano de 2012, por ejemplo, se fundieron 610 gigatoneladas de hielo, y en 2019 la cifra fue de 560 gigatoneladas. Datos que subrayan la gravedad del calentamiento global en Groenlandia, una región que se está calentando cuatro veces más rápido que el promedio mundial.

Además del preocupante deshielo, la isla está experimentando una transformación visible desde el espacio. La vegetación está ganando terreno donde antes solo había hielo.

Iceberg derritiéndose.

Iceberg derritiéndose. iStock

Imágenes satelitales recientes muestran cómo el calentamiento global ha permitido que los arbustos y otras formas de vegetación cubran áreas previamente congeladas. Se estima que se hayan derretido alrededor de 28.707 kilómetros cuadrados de la capa de hielo, una superficie comparable al tamaño de Albania.

Este "enverdecimiento" de Groenlandia tiene implicaciones graves. Las zonas de vegetación absorben más radiación solar que la nieve y el hielo, lo que a su vez acelera el calentamiento global.

El efecto de retroalimentación positiva significa que, a medida que el hielo desaparece, el calentamiento global se intensifica, lo que provoca un ciclo vicioso de deshielo y calentamiento.

Consecuencias globales del deshielo

El impacto global del deshielo de Groenlandia no puede subestimarse. Los estudios más recientes indican que el 20% de la capa de hielo de Groenlandia ha desaparecido desde 1985, lo que ha contribuido significativamente al aumento del nivel del mar.

Si toda la capa de hielo de Groenlandia se derritiera, el nivel del mar mundial aumentaría más de siete metros, lo que tendría consecuencias catastróficas para ciudades costeras y países insulares.

El aumento del nivel del mar ya está intensificando las inundaciones en muchas partes del mundo. Según los expertos, cientos de millones de personas podrían verse afectadas por este fenómeno en las próximas décadas. Los patrones climáticos también se están alterando.

El deshielo en esta zona del Ártico está modificando la circulación atmosférica global, lo que puede desencadenar eventos climáticos extremos en regiones tan lejanas como Europa.

Imagen de archivo de un oso polar.

Imagen de archivo de un oso polar. Cedida James Raffan

Además, la pérdida de hielo en Groenlandia está afectando a las comunidades indígenas que dependen de los ecosistemas árticos para su subsistencia. La caza y otras actividades tradicionales están cada vez más amenazadas por los cambios en el clima y la transformación del paisaje.

A medida que el hielo se derrite, también se liberan gases de efecto invernadero como el metano, lo que exacerba aún más el problema del calentamiento global.

Un preocupante futuro

El futuro de Groenlandia y del planeta en total es incierto, pero las predicciones no son alentadoras. Los modelos climáticos actuales sugieren que el ritmo del deshielo podría aumentar en las próximas décadas.

Las temperaturas en el Ártico siguen subiendo, y los episodios de calor extremo, impulsados por patrones atmosféricos inusuales, son cada vez más frecuentes.

Para mitigar los efectos del deshielo en Groenlandia, es necesario tomar medidas urgentes a nivel global. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial para frenar el calentamiento global y sus efectos devastadores.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático, los niveles de gases de efecto invernadero continúan aumentando, lo que plantea serios desafíos para el futuro.