Retrato de Hilma af Klint. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252 ©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

Retrato de Hilma af Klint. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252 ©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

Arte

Hilma af Klint, la pintora y médium que encriptaba los mensajes de los espíritus en sus lienzos

Publicada

La exposición más visitada del Guggenheim Nueva York en sus setenta años de historia, con unas cifras récord de 600.000 visitantes, llega a Bilbao. El ciclón Af Klint vendió más catálogos que el mismísimo Kandinsky y el número de socios del museo se incrementó un 34 % tras su asombrosa muestra de 2018.

Hilma af Klint. Museo Guggenheim. Bilbao.

Comisarias: Tracey R. Bashkoff y Lucía Agirre. Patrocinada por Iberdrola. Hasta el 2 de febrero

Quizá haya sido porque inventó el arte abstracto antes que Kandinsky, Malevich o Mondrian, porque prohibió la exhibición de sus obras hasta veinte años después de su muerte ya que, afirmaba, el mundo no estaba preparado para entenderlas, o porque imaginó un templo helicoidal para su serie más ambiciosa, Pinturas para el templo, y, casualidad o causalidad, el Guggenheim es una enorme espiral.

Pero ¿quién es Hilma af Klint? Nace en Estocolmo en 1862 en una familia de importantes cartógrafos (su padre era comandante naval), por lo que estaba familiarizada con las ciencias naturales y su taxonomía; prueba de ello son los Cuadernos azules –tres de ellos se pueden ver en esta exposición–, una suerte de catálogo razonado de toda su obra que llevaba siempre consigo.

Con apenas dieciocho años acompaña en el lecho de muerte a su hermana Hermina de diez. Esa experiencia provoca en ella una inquietud por el mundo espiritual. Se gradúa en 1887 en la Real Academia Sueca de las Artes con honores. Sus cuadros naturalistas ya incluían un fascinante uso del color, la composición y el dibujo por lo que le concedieron el Premio de la Academia de Bellas Artes en 1888. En 1904 recibe de un ser espiritual llamado Ananda sus primeros vaticinios e ingresa en la Sociedad Teosófica.

En 1908 tiene que dejar la pintura académica para cuidar a su madre ciega. Mientras tanto, las prácticas espiritistas y teosóficas fascinaban a los círculos creativos de las sociedades noreuropeas suponiendo una de las rupturas epistemológicas y políticas más importantes (y más despreciadas) de la historia occidental. Las prácticas espiritistas eran ejercicios creativos, democráticos, abiertos, sincréticos, anárquicos, fluidos y no normativos.

'Los diez mayores, Niñez, Serie sin título, Grupo IV', 1907. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

'Los diez mayores, Niñez, Serie sin título, Grupo IV', 1907. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

El sustrato perfecto no solo para el nacimiento de la pintura abstracta, sino para el empoderamiento de la mujer y los marginados sociales de la época. Sus reuniones fueron cuna del protofeminismo y se sabe que en ellos se urdió, por ejemplo, el movimiento sufragista. No solo Af Klint, también Emma Kunz, Georgiana Houghton, Jeanne Tripier, Nina Karasek o en España Josefa Tolrá, como así ha investigado la historiadora Pilar Bonet, fueron una importante generación de artistas outsiders cuya creatividad estaba mediada por los guías del mundo espiritual.

Pero volvamos al Guggenheim, a la que es, sin duda, la exposición del año. El segundo piso en su totalidad contiene 193 obras de 1906 a 1920, cuya característica principal es la exhibición de series completas. Esto favorece la comprensión profunda de su metodología de trabajo, mientras resulta un diseño expositivo muy cinematográfico, orgánico, dividido en planos y secuencias, que ha aprovechado inteligentemente las paredes curvas del edificio para crear esa narrativa ascendente helicoidal.

En la primera sala destaca su trabajo con Las cinco (De Fem), cinco amigas inspiradas en las enseñanzas de Helena Blavatsky, la teosofía, el cristianismo, el judaísmo, el budismo, el bramanismo, el antroposofismo o el rosacrucismo, que realizaban dibujos automáticos –precedentes surrealistas– y usaban el psicógrafo, un aparato que consistía en un casco con 32 sondas que exploraba, supuestamente, la personalidad del sujeto que lo portaba.

Su objetivo era conducirse por la senda del crecimiento espiritual con liturgias, lecturas bíblicas y bendiciones. Nos acompañan por las salas series de pinturas, acuarelas y dibujos deliciosos: Pinturas para el templo, las más monumentales y ambiciosas; Parsifal o las series del Átomo, inspiradas en el descubrimiento de esta partícula invisible de la materia; El Cisne, en la que este ave va descomponiéndose en figuras geométricas que simbolizan la dualidad hasta alcanzar una esencia circular, casi pop; o La Paloma, que evoca la crisis y caída del cristianismo… Todas ellas fueron creadas siguiendo las guías de los espíritus. Hilma af Klint fue, ante todo, una médium.

'Grandes pinturas  de figuras, Grupo III', 1907. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

'Grandes pinturas de figuras, Grupo III', 1907. Foto: The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 1252©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024

Su obra emerge en los caligramas de los símbolos encriptados, el baile de los corazones y las letras, la mitosis de las formas, la vorágine de conchas y planetas interseccionados, expansivos, meándricos, de colorimetría exquisita.

En su contemplación experimentamos el vértigo de lo invisible que trepa por minuciosos árboles del conocimiento, ángeles custodios, retablos apóstatas, caracoles y volutas que parecen flotar en un plasma mágico de células hechizadas.

Al fallecer tras un accidente de tranvía en 1944, su sobrino Erik hereda 1.300 pinturas y 124 cuadernos de más de 26.000 páginas que tuvo que mantener ocultas.“Aunque atraviesen el polvo, su pureza se mantendrá intacta”, escribió Hilma af Klint. Aún hoy continúan investigando y descubriendo nuevos datos de su ingente legado, situando a esta prodigiosa artista en el lugar que le fue usurpado por la historiografía.