Pueblo abandonado de Susín. Foto: Turismo de Biescas.

Pueblo abandonado de Susín. Foto: Turismo de Biescas.

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El rincón más bonito de Aragón para una escapada otoñal: a una hora de Huesca y alejado de masificaciones

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Aragón es tierra de pintorescos pueblos y bonitas ciudades, pero también de muchos pueblos que han sido testigos del problema de la despoblación y del éxodo rural. Lugares que han visto cómo sus calles y casas quedaban invadidas por el silencio y que ahora perduran totalmente abandonados pero manteniendo la belleza de su entorno y sus historias pasadas.

Esto es precisamente los que puede encontrarse en gran parte de los pueblos abandonados de Aragón y en uno concretamente que te invitamos a descubrir en Huesca y en las faldas del monte Oturia. Hablamos en este caso de la aldea de Susín y de uno de los parajes más especiales para descubrir si estás buscando hacer una escapada este otoño.

Este pequeño pueblo situado a poco más de una hora de la ciudad de Huesca, fue años atrás la puerta de entrada del Sobrepuerto y hogar durante muchos años de pastores, ganaderos o leñadores, quienes no necesitaban más que estas tierras para sobrevivir. Uno de los pueblos abandonados más famosos de Aragón y que pertenece a la ruta de los pueblos abandonados del Pirineo aragonés (La Senda Amarilla).

Para acercarte a conocerlo este otoño, simplemente necesitarás acercarte al término municipal de Biescas y al inicio del valle del barranco de Oliván. Esta aldea la encontrarás ubicada entre el curso alto del río Gállego y el Ara.

Pasear por sus calles empedradas y descubrir sus casas, cuadras de piedra y su iglesia anterior al siglo XVIII, es toda una experiencia si lo que buscas es hacer una escapada a uno de los rincones más tranquilos y especiales de todo el Pirineo aragonés. Te contamos todo lo que podrás encontrar en él y sus alrededores si te acercas a descubrirlo.

Cómo llegar al pueblo abandonado de Susín

Para llegar al pueblo abandonado de Susín partiendo de Huesca, es necesario tomar la autovía A-23. El trayecto en coche dura alrededor de una hora y cinco minutos. Si se sale desde Zaragoza, el viaje por la misma vía te llevará aproximadamente una hora y cincuenta minutos.

El acceso a Susín comienza en el pueblo de Oliván, donde se puede admirar una de las Iglesias del Serrablo, un conjunto de catorce pequeñas iglesias de los siglos X y XI distribuidas por los pueblos de la región, que comparten un estilo arquitectónico similar.

Para llegar a Susín desde Oliván, se puede hacer una caminata partiendo desde la pista que se encuentra a la salida del pueblo. El recorrido te lleva a cruzar un puente sobre el arroyo del barranco del río Oliván y, luego, adentrarte en un bosque. La senda está claramente señalizada como el GR-16, y el trayecto es de apenas dos kilómetros.

Qué ver en Susín

Una vez en Susín, cada rincón invita a explorar su pasado y sus encantos. Pasear por su Calle Mayor te lleva a descubrir la Casa Mallau o Casa Ramón, vestigios de la historia del lugar. Las vistas que ofrece el pueblo son impresionantes: desde la majestuosa Peña Oroel hasta Punta Güé, Burrambalo y la Sierra de la Partacua, el horizonte parece no tener fin. Los caminos que parten de Susín llevan hacia otros pueblos del Sobrepuerto, como Berbusa, Ainielle o Casbas de Jaca, envolviendote en la frondosidad del paisaje.

Una visita obligada es la iglesia de Santa Eulalia de Susín, una verdadera joya de las Iglesias de Serrablo. Aunque se cree que fue construida en el siglo XI, los petroglifos en su ábside sugieren que podría haberse levantado sobre una iglesia anterior. La estructura ha cambiado con el tiempo, especialmente con una reforma en el siglo XVIII.

Caminando apenas 300 metros desde la iglesia, se llega a la Ermita Virgen de las Eras, otro templo que merece una visita. Y si tienes la oportunidad de disfrutar de un atardecer desde esta ermita, no la desaproveches: la belleza del paisaje al caer el sol es impresionante.

Pueblo de Susín desde lo alto. Foto: Turismo Biescas.

Pueblo de Susín desde lo alto. Foto: Turismo Biescas.

Susín es un símbolo de resistencia y de lucha y un referente entre los pueblos que vivieron el éxodo rural. Pero hablar del pueblo de Susín, también es hablar de su protectora: Angelines Villacampa. Esta mujer decidida se negó a ver cómo su pueblo desaparecía y dedicó su vida a mantenerlo vivo, organizando actividades que ayudaron a conservarlo.

Aunque Angelines falleció en 2013, su imagen sigue presente en Susín. Hoy en día, la Asociación Mallau Amigos de Susín continúa con su legado, trabajando para que este rincón tan especial siga vivo y pueda seguir recordándose.