Inundaciones en 2019 en la Vega Baja de Alicante (izquierda) y en 2024 en Valencia (derecha).

Inundaciones en 2019 en la Vega Baja de Alicante (izquierda) y en 2024 en Valencia (derecha).

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DANA de Alicante (2019) y Valencia, enfrentadas: parecidos y diferencias de los desastres

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La Comunitat Valenciana acumula un largo historial de tragedias ligadas a episodios de Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), más conocida como gota fría, pero ni la riada de 1957, ni la rotura de la presa de Tous en 1982, ni las inundaciones de 1987, ni la tormenta de 2019 llegaron al extremo de la catástrofe sufrida en Valencia.

Con más de 200 muertos y decenas de desaparecidos, la DANA de 2024 se sitúa en la primera posición en la tabla de catástrofes naturales en la Comunitat Valenciana, superando al fenómeno de 2019 que azotó el sur de Alicante y la Región de Murcia.

Cinco años y un mes y medio después, la historia se ha repetido en una zona marcada en rojo en el mapa como diana de este tipo de fenómenos meteorológicos. Pero ¿en qué se parecen y en qué se distinguen estos dos episodios?

Causas

Todo el territorio valenciano está expuesto a fuertes lluvias otoñales de intensidad extrema debido a su ubicación en una región mediterránea con una cuenca marina relativamente cerrada, con aguas muy cálidas al final del verano y en otoño.

Los factores atmosféricos desempeñan un papel importante: las irrupciones de aire frío y una elevada evaporación producida por la temperatura de las aguas superficiales del mar. Todo ello, sumado a las cadenas montañosas que elevan las corrientes de aire, conforma el cóctel perfecto para un desastre.

Desbordamientos

El desastre de 2019 ocurrió entre el 12 y el 14 de septiembre y afectó a Alicante y Murcia, además de a otras comunidades en menor medida. La gota fría causó el desbordamiento del río Segura en la comarca de la Vega Baja y numerosas incidencias en Andalucía, con precipitaciones que superaron en algunas localidades los 600 litros por metro cuadrado.

En la DANA de Valencia cayeron en algunos puntos cerca de 500 litros por metro cuadrado, una cantidad que podría acumularse en un año lluvioso, lo que provocó el desbordamiento de múltiples ríos, como el Magro.

Tantos litros en tan poco tiempo hacen que cauces y almarjales, que suelen encontrarse secos, registren inundaciones relámpago, generando caudales y calados extraordinarios, como explica el Centro de Estudios Geográficos en su estudio sobre las lluvias torrenciales de 2019.

Víctimas

Las semejanzas en lo climatológico y natural se desvanecen en relación con las víctimas causadas. En 2019, seis personas perdieron la vida en toda España y 4.000 personas tuvieron que ser evacuadas o incomunicadas, según datos de Cruz Roja.

Durante aquellos días, Cruz Roja movilizó a más de 700 personas, se realizaron más de 6.500 asistencias y se habilitaron 340 albergues donde se acogieron a más de 2.800 personas.

La DANA de Valencia multiplica por 20 las víctimas mortales, que ya superan las 200 a la espera de determinar las cifras oficiales tras la intensa búsqueda de desaparecidos en las zonas más afectadas. Cruz Roja ha abierto hasta el momento 11 albergues, de los cuales dos son para personas sin hogar.

Pérdidas

Las pérdidas de la nueva gota fría son incalculables, pero es posible hacer una estimación teniendo en cuenta los graves daños a la economía y a múltiples sectores productivos de su réplica más reciente.

La DANA de la Vega Baja está considerada hasta ahora el desastre natural con mayor coste económico en la historia reciente de España, con 1.319 millones de euros, según el informe El coste de las catástrofes de la Fundación Aon España, publicado en 2021.

El cálculo de los costes incluyó la repercusión en las partidas presupuestarias, subvenciones y ayudas, el impacto en las economías domésticas y en el sector agrícola.

Precisamente por sectores, el agrícola fue el más afectado, con un 35 % de las pérdidas, seguido de las economías domésticas, con un 31,6 % del coste total. Las partidas presupuestarias de Protección Civil, la Unidad Militar del Ejército (UME) y Cruz Roja, sumadas a las subvenciones de ayuda de Protección Civil, supusieron un 4,13 % del total.

Aún es pronto para calcular la repercusión de la tragedia de Valencia en términos económicos, pero los daños en infraestructuras, negocios, plantaciones y rescates apuntan a que se superarán todos los registros hasta la fecha.