No hay nada más reparador que meterse en la cama para dormir tras un día de duro trabajo. Excepto, para quienes comparten su lecho con alguien que ronca, se mueve mucho durante la noche, se levanta muy temprano, etc.
[Carla Estivill, la sabia del sueño nos da las pautas de la rutina para dormir bien]
Las parejas que duermen en la misma habitación y en la misma cama, suelen ser más proclives a experimentar perturbaciones nocturnas causadas por el otro, y esto puede acarrear problemas de salud (aumento del cortisol, la hormona del estrés) y sobre todo, disputas de pareja.
Un estudio realizado por la Paracelsus Private Medical Univesity en Núremberg (Alemania) desveló que los problemas para dormir y los conflictos de pareja tienden a ocurrir de manera simultánea, es decir, que una noche de insomnio provocada por las perturbaciones de tu pareja puede causar conflictos en la relación a la mañana siguiente.
Por este motivo, no compartir el lecho conyugal se está convirtiendo en el sueño de muchas parejas, incluso hay quienes deciden no compartir ni habitación: un completo 'divorcio del sueño'.
“Ha aumentado mucho la tendencia de dormir separados, pero en referencia a las relaciones personales podría conllevar una pérdida de intimidad, aunque esto es una elección muy personal. En lo que se refiere al sueño, puede ser un beneficio para muchas parejas porque hay personas que necesitan un entorno particular, como el tipo de colchón, la temperatura, la luz y por supuesto, los horarios diferentes de sueño”, asegura la doctora Carla Estivill Domènech, directora y responsable de investigación en la Fundación Estivill Sueño.
Y añade que: “También puede ser beneficioso para personas que roncan, porque con esta separación nocturna, el ronquido no interfiere en la pareja. Igualmente, nos podrían molestar los movimientos de la pareja durante la noche, si bien se puede solucionar con un colchón de buena calidad. En general, podemos decir que puede resultar beneficioso dormir separados, pero en personas con sueño saludable, no es imprescindible”, concluye la experta en el descanso.
¿Qué necesitamos para dormir bien?
Estivill afirma que “el sueño es un hábito, por lo que se deben mantener unas rutinas parecidas cada día. Y debemos prepararlo, porque no viene de golpe, todos los hábitos de desconexión previos, nos abrirán la puerta al sueño”.
La experta asegura que es preciso realizar una serie de rutinas diarias: “Cenar temprano para permitir la digestión y el ayuno nocturno correcto, despues debemos asegurarnos de dejar aparcadas las tareas y preocupaciones para el dia siguiente, y dedicarnos a una actividad relajante, como puede ser leer o mirar el TV. Y finalmente, mantener unas rutinas de higiene previas al sueño, así como establecer la habitacion como espacio exclusivo para dormir, con temperatura adecuada y oscuridad”.
Cómo debe ser una buena rutina previa
"El sueño no viene de golpe. Nos tenemos que preparar dos o tres horas antes de ir a dormir", asegura Carla Estivill y nos aconseja lo siguiente:
-Lo primero de todo, hay que cenar pronto, que aquí va un poco en contra de nuestras costumbres. Deberíamos cenar sobre las ocho y media.
-En este momento, ya debemos apagar todos los dispositivos. Desconectar del trabajo, de las redes, y comenzar a bajar la hiperconectividad.
-Y después de cenar, hay que hacer una actividad que no tenga nada que ver con lo que hemos hecho durante el día, como estar en familia, hablar, jugar, ver la televisión… Muchas veces nos preguntan por el tema de la tele. Es un hábito bastante relajante, y a veces aburrido y lo podemos compartir en familia. Por lo tanto, cambiamos de unos hábitos de trabajo a unos hábitos más sociales, de relajación.
-Realizar los hábitos de higiene.
-Otra opción es leer antes de ir a dormir, una lectura de diez minutos o por ejemplo, también recomendamos hacer meditación…
-Eso sí, lo que hagamos lo tenemos que hacer de forma rutinaria cada día igual, porque nuestro cerebro aprende a que este hábito precede al sueño.
Conflicto de comunicación en pareja
Dormir en camas separadas puede ser una solución práctica para quienes tienen dificultad para conciliar el sueño. En ocasiones, tomar esta decisión de común acuerdo suele ser lo más complejo.
Cuanto más seguras se sienten las parejas en su relación, suelen sentirse más cómodas con la idea de dormir separadas. Las parejas que viven juntas durante años son más propensas a tener habilidades y patrones de comunicación bien desarrollados, cruciales para que funcione el arreglo de dormir separados.
Los expertos aseguran que algunas personas son reticentes a dormir separadas de su pareja porque consideran esta decisión como un ataque personal o una traición al vínculo. Además, dormir en habitaciones diferentes puede llevar a perder esos minutos de conexión, conversación y afecto que se mantienen al acostarnos, así como puede verse afectada la vida sexual.
Y entre las ventajas de dormir separados, obviamente, destaca lograr un buen descanso para ambos. Se mejoran las funciones cognitivas, así como el estado de ánimo, y se consigue un mayor nivel de energía y un mejor rendimiento durante el día.