Cepillar los dientes a nuestro gato puede parecer una tarea imposible, sobre todo en aquellos que se esconden para evitar cualquier tipo de afecto o actividad. Sin embargo, acostumbrarles a ello puede ser muy beneficioso.
Así como nosotros nos lavamos los dientes, los más peludos de casa también deben hacerlo. Resulta una práctica recomendada para mantener una buena salud bucal en nuestras mascotas y evitar futuros problemas dentales.
El cepillado dental regular ayuda a prevenir la acumulación de placa y sarro, reduciendo el riesgo de enfermedades periodontales y malestar general. Además, contribuye a mantener un aliento fresco y promueve la salud total de nuestras mascotas.
Bien es sabido que los gatos son animales popularmente conocidos como ariscos y les cuesta más acostumbrarse a tareas relacionadas con la higiene como la ducha, la manipulación de sus uñas o la limpieza de las zonas que acumulan más suciedad como los ojos.
Sin embargo, la personalidad de los gatos puede variar ampliamente e incluso aquellos que inicialmente parecen más ariscos pueden volverse más amigables con el paso del tiempo y, sobre todo, la paciencia.
Por ese motivo, para que nuestros felinos se acostumbren a todas esas actividades que en un principio evitan solo hace falta proporcionarles un entorno tranquilo, respetar su espacio personal y ofrecerles interacciones positivas.
Con el cepillado de dientes funciona igual, respetando sus límites y siempre relacionando la actividad a una recompensa, para que no vea la higiene bucal como un enemigo. Existen algunos consejos para que este proceso sea mucho más ameno para nosotros y, sobre todo, para ellos.
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Dientes limpios
Laura Londoño, médica veterinaria zootecnista, ha publicado en sus redes (@lau.vet) un vídeo para explicarnos a la perfección como acostumbrar a los felinos de casa al proceso de limpieza de dientes.
Para acostumbrar a nuestro gato al proceso de cepillado de dientes debemos comenzar con una gasa, olvidándonos en un primer momento del cepillo y de la pasta de dientes.
En este proceso de adaptación, podemos impregnar nuestra gasa con su alimento preferido. Si desde un primer momento empapamos la tela con la pasta de dientes, nuestra mascota va a rehuir, puesto que el sabor es muy fuerte y le va a resultar tanto desconocido como desagradable.
Con la gasa enrollada en el dedo, debemos pasarla ligeramente por todos sus dientes. Una vez hayamos superado la primera prueba, es recomendable premiarle con una chuche o alimento que le guste, como método de recompensa.
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En el momento en el que nuestra mascota se acostumbre a la gasa, cambiaremos el líquido y pasaremos directamente a la pasta de dientes. Tan rápido como se acostumbre al sabor y textura, podremos pasar al último paso.
Cuando nuestro gato ya esté habituado a la manipulación de sus dientes, podremos cambiar nuestra gasa por el cepillo de dientes. Es importante que sea de cerdas muy suaves, puesto que sus encías son muy sensibles y tienen una boca muy pequeña.
El cepillado de dientes de nuestros felinos se trata de un proceso de tiempo, el cual también depende de la personalidad de nuestro gato. Lo primordial es tener paciencia y que sepa relacionarlo siempre con un estímulo positivo y no con algo negativo.