El horno es un electrodoméstico presente en todas las cocinas de España, pero también uno de los que más trabajo nos da cuando llega la hora de limpiar. Retrasar esta tarea puede complicar más aún nuestro cometido, ya que con el tiempo y su uso habitual, este va acumulando una película de grasa que se deja ver (y no es nada agradable) en sus paredes y bandejas.
Sin embargo, en los últimos años han proliferado en redes trucos ingeniosos que prometen amenizar lo que para muchos, incluso para los amantes del orden, constituye una verdadera pesadilla de limpieza.
En VIVIR nos hemos hecho eco de uno que, además de ayudarnos a dejar el horno como nuevo, nos permite hacerlo por la noche y sin dedicarle esfuerzo alguno. Y, sí, por curioso que pueda parecer... Funciona.
Efectivo y sin esfuerzo
Quizás al empezar a leer este artículo te hayan saltado las alarmas y estés preguntándote si este método entraña algún tipo de peligro. Nada más lejos de la realidad, porque para ponerlo en marcha no necesitas ningún producto de limpieza que sea nocivo para la salud —y tampoco para el medio ambiente.
Eso sí, tal como recomiendan quienes lo han probado en TikTok: las manos son muy sensibles, así que no olvides cubrirlas con unos guantes para mantener tu piel protegida y evitar posibles reacciones alérgicas.
Pasos a seguir
Bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Solo necesitarás hacerte con estos dos clásicos de limpieza que seguro que tienes por casa, coger un estropajo que no rasque, un trapo, un pulverizador y un tupper.
Una vez tengas todo listo, aquí te dejamos el proceso completo para que puedas probarlo cuando quieras:
- Retira las bandejas y rejillas y déjalas reposar en el fregadero con agua caliente. Así conseguirás que los restos de suciedad vayan ablandándose mientras dejas el horno libre de espacio.
- A continuación, coge el tupper y añade en él dos cucharadas grandes de bicarbonato de sodio. Mézclalas con un poco de agua y remueve bien hasta obtener una pasta heterogénea, ni muy espesa ni tampoco demasiado líquida, ya que esta es la mezcla que has de aplicar en el horno y tiene que ser algo compacta para quedarse bien incrustada en las superficies.
- Aplica la pasta por todo el interior del horno de manera que quede cubierto. Después, elimina el exceso de agua de las bandejas y rejillas y repite el mismo proceso, llenándolas por completo de la mezcla de bicarbonato.
- Una vez hayas completado este proceso, sin tocarlo, deja que actúe durante varias horas con el horno apagado. Nuestra recomendación es que pruebes este truco por la noche, ya que así dejarás que el bicarbonato vaya haciendo su función mientras duermes.
- Cuando regreses a la cocina, humedece un estropajo y utilízalo para ir retirando la pasta poco a poco. Verás cómo el horno se ha aclarado y la mezcla sale llena de suciedad, lo cual es una señal inequívoca de que el truco ha funcionado y el bicarbonato ha absorbido la grasa correctamente.
- Si quieres darle un toque final y garantizar que tu horno quede como nuevo, también puedes coger el pulverizador y diluir un poco de vinagre blanco con agua. Finalmente, pásale un trapo o una bayeta y… ¡voilà! Ya estaría tu horno completamente reluciente.