Vivimos en una época en la que los niños ya no quieren ser futbolistas, ni astronautas, sólo quieren ser instagramer, tiktokeros y youtubers. Es la era digital y la mayoría de los pequeños son nativos digitales.
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A este respecto, la empresa Remitly ha elaborado un estudio que determina cuáles son las profesiones y carreras favoritas en cada país. Según sus datos, en Italia muchos quieren ser emprendedores, y en Francia la profesión favorita es la de abogado. En muchos países de Europa y África triunfa la profesión de escritor, y en Estados Unidos, Reino Unido y Australia la favorita es la de piloto de avión. En China, en cambio muchos jóvenes quieren ser dietistas.
Llama la atención que, según el estudio, en España uno de cada tres jóvenes quiere ser influencer. También tienen preferencia por esta profesión en países como Argentina, Venezuela o Costa Rica.
Así que si tu hijo quiere ser influencer, los especialistas aconsejan guiarle desde un punto de vista adulto, empático pero con perspectiva.
Y es que, cada vez son más los padres que se encuentran con esta situación. El informe de Adecco XV Encuesta, ¿qué quieres ser de mayor?, ofrece las respuestas de más de 1.800 niños y niñas consultados. En general, a casi todos les gustaría ser futbolistas, profesores, médicos, policías, pero lo curioso es que ahora también quieren ser youtubers. Muchos menores según estos datos quieren ser influencers.
El primer reto para los progenitores consiste en ofrecerles una correcta educación digital que incluye enseñarles un uso responsable de la tecnología, abordando los riesgos que implica el entorno online y compartiendo los distintos puntos de vista generacionales.
Los educadores insisten en no prohibir esta actividad, siempre que se trate de algo complementario a una formación reglada, que permita asentar bases de conocimiento sobre las que ellos puedan comenzar su vida laboral, cursando un grado superior o una carrera universitaria.
Según el estudio de redes sociales de IAB, ocho de cada diez menores (de 12 a 17 años) siguen a creadores de contenido, principalmente a través de Instagram y Tik Tok.
Actualmente, uno de cada diez usuarios de Internet en España es menor y le dedica a las redes sociales una hora al día de media. Por ello, desde GO, agencia especializada en influencers y márketing, se han identificado cuatro claves para condensar todo aquello que sería aconsejable decirle a un hijo o hija si alguna vez comenta que quiere seguir los pasos de sus referentes digitales.
Comunicación, no influencia
Según la agencia especializada en influencer, hay profesiones donde se equivoca el medio con el fin. En realidad, las redes sociales son un medio más y, por tanto, ser influencer es una manera de ser comunicador. Los jóvenes deben entender esto y tener altura de miras para contemplar más profesiones parecidas, aunque sea en otros medios como la televisión o la radio.
Esto les ayudará a entender mejor cómo es esta profesión (poder de influencia, capacidad para llegar a muchas personas, etc.), pero también a reflexionar sobre las habilidades necesarias para triunfar, como el carisma, el potencial creativo y la organización. Y todo ello, sin olvidar los riesgos que conlleva: exposición, ansiedad, posibles impactos a la salud mental, presión social…
Tener un proyecto
Ser influencer, más que una apuesta profesional en sí misma, debe ser una consecuencia de otros proyectos que implican exposición y que usan la fuerza de las redes para difundirse. Por ello, es aconsejable animar a los hijos a que saquen partido en redes de sus talentos, habilidades, hobbies, etc. Esto les animará a desarrollar o a retomar aficiones, mientras descubren cómo compartirlas con el mundo a través de su pantalla.
Las redes sociales no siempre son amables
Según GO, insultar detrás de una pantalla es muy fácil. Por ello, las redes sociales se han convertido en un lugar donde a veces impera el odio, la crítica destructiva y el insulto fácil. Pero también pueden proporcionarnos experiencias muy positivas. Simplemente, hay que saber lidiar con ese tipo de comentarios y no interiorizarlo como algo personal, aunque cueste. Esto, para una persona joven o adolescente, es de vital importancia, ya que a esas edades la confianza y la autoestima se quebrantan fácilmente.
Lidiar con el fracaso
Hay que mantener los pies en el suelo y ayudar al menor a ser realista: es probable que fracase en el intento. Ni todos los actores ganan el Oscar, sino un porcentaje ínfimo sobre el total de intérpretes, y lo mismo sucede con los influencers. Además, las redes sociales se mueven por tendencias y algoritmos, que no siempre corren a nuestro favor. Por ello, si queremos acompañarlos en su objetivo, debemos aportar ese punto de vista más cauteloso que a veces los jóvenes pierden. Como cualquier experiencia en la vida, tanto si fracasan como si tienen éxito, será una experiencia de la que podrán aprender.