En estas fechas, playas, piscinas y ríos se llenan de gente que buscan zambullirse en el agua para refrescarse. Los expertos en salud advierten de los peligros de lanzarse al agua de forma imprudente y recuerdan que “la mejor prevención es evitar el riesgo”.
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El pasado año, 37 menores de edades comprendidas entre los 0 y los 17 años murieron por ahogamiento en España, según datos del Informe Nacional de Ahogamiento (INA) emitido por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental en menores.
El mayor porcentaje de accidentes que se produjo el año pasado por este motivo se dio entre los 11 y los 17 años, seguido del de 0 a 3 años.
Saltos al agua
Durante las vacaciones, muchas personas se refrescan y divierten en playas, piscinas y ríos lanzándose al agua, sin tener en cuenta los peligros asociados con los saltos imprudentes, ya que estas acciones pueden causar lesiones medulares graves con consecuencias devastadoras en la vida de la persona que lo sufre y en la de sus familiares.
Por este motivo, los expertos intensifican las advertencias sobre los peligros asociados a este tipo de prácticas en época estival, ya que es el momento en el que se producen más accidentes relacionados con estas prácticas.
El pasado año ingresaron en el Hospital Nacional de Parapléjicos 8 personas con lesión medular traumática causada por una zambullida, según datos de Juan Pastor, director médico de dicho hospital. "Las 8 personas afectadas fueron hombres, con edades comprendidas entre los 16 y los 47 años, con un promedio de 24,9 años, edad sensiblemente inferior a la de cualquier otro subgrupo de pacientes con lesión medular de causa traumática”, asegura.
Y continúa: “Estas 8 personas tuvieron lesiones cervicales, en la parte más alta de la columna vertebral que "son las potencialmente más graves de entre las diferentes lesiones medulares que existen, porque se producen a la altura de las primeras vértebras cervicales y pueden afectar a la respiración, incluso ser causa de muerte".
Conocer la profundidad
Carlos Alberto Villarón, profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea de Valencia, explica que “la gente joven es normalmente la que tiende a hacer zambullidas sin conocer la profundidad de lugar”, y añade que “se producen muchos tipos de lesiones, algunas de ellas leves, como, por ejemplo, una fractura de rodilla o tobillo, aunque hay muchas otras en las que si el salto se produce de cabeza sí podría suponer un impacto a nivel craneal y lesiones de médula muy graves que pueden provocar tetraplejia”.
En este sentido, Villarón asegura que “la gravedad de las lesiones medulares varía, desde parálisis temporal hasta parálisis permanente y pérdida de la función motora y sensorial”.
Por otra parte, el profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea de Valencia señala que, además del impacto físico y emocional que supone para la víctima, estas lesiones también tienen un impacto significativo en las familias, porque en la mayoría de los casos tienen que adaptar otros aspectos de su vida, como la vivienda. “No tenemos viviendas adaptadas al manejo de sillas de ruedas o grúas, tampoco solemos tener camas acondicionadas ni cuartos de baños preparados con las dimensiones requeridas, que suelen ser bastante grandes”, afirma.
“Es una lesión que te condiciona la vida y, lamentablemente, le suele pasar a gente muy joven” insiste Carlos Villarón, al tiempo que pide no forzar situaciones de riesgo y evitar los saltos de cabeza, así como evaluar riesgos y tomar decisiones informadas.
Además, recomienda tener cuidado cuando se practiquen actividades deportivas, “hay que tenerlo todo controlado y si la actividad se realiza con monitores, no pueden salirse de la norma en ningún momento” y recuerda que “la mejor prevención es evitar el riesgo”.
Carolina De Miguel, presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) señala dos factores fundamentales que servirán de ayuda para prevenir estas lesiones: Conocer la profundidad de la superficie acuática y evitar tirarse de cabeza.
"Las lesiones medulares se pueden evitar siendo prudentes. Cuando estamos en estos entornos veraniegos las personas tendemos a estar más relajadas, pero es necesario no bajar la guardia. Diversión y relax con prudencia es posible", asegura la experta.
Los más pequeños
Los expertos añaden, que los menores que están empezando a nadar deben llevar siempre sistemas de seguridad. "El mejor sistema de seguridad es, sin duda, el chaleco, siempre y cuando cumpla con los estándares de calidad", añade el experto.
A pesar de utilizar accesorios de seguridad es importante que "las familias sepan que, estando en el agua, los niños y niñas pequeños tienen que estar al alcance del brazo de un adulto".