Publicada
Actualizada

La ducha, al estar en un contacto permanente con el agua y la humedad, suele sufrir problemas de moho, que en muchas ocasiones puede llegar a resultar realmente complicado de eliminar. Si te encuentras en esta situación, debes conocer el truco definitivo para eliminar el moho con un ingrediente de cocina, y este no es ni el limón ni el bicarbonato de sodio, dos productos muy utilizados para fines de limpieza.

El procedimiento es tan sencillo como mezclar vinagre blanco y agua a partes iguales, para seguidamente verter el producto en una botella con pulverizador. Una vez creada la preparación, habrá que aplicar la mezcla de forma generosa sobre todas las superficies de la ducha, incluyendo el suelo, las paredes y la grifería.

Una vez aplicada la mezcla, habrá que dejar que repose durante 15 minutos, consiguiendo de esta forma que el vinagre pueda descomponer la suciedad y el moho. A partir de entonces, con la ayuda de una esponja o un cepillo suave, habrá que frotar las superficies, prestando especial atención a las juntas y rincones, que es donde se suele acumular una mayor suciedad. Finalmente, habrá que echar agua caliente para así eliminar cualquier residuo que pudiese caer, dando el toque final, pasando un paño de microfibra para secar las superficies y evitar las manchas de agua.

Otros métodos caseros 

Además del uso de vinagre blanco para poder eliminar el moho de la ducha de forma sencilla, existen otras posibilidades a las cuales recurrir y que también ofrecen unos excelentes resultados a la hora de deshacerse del moho y la suciedad incrustada en la zona de la bañera o ducha:

  • Bicarbonato de sodio: uno de los productos de limpieza más eficaces es el bicarbonato de sodio, que se debe mezclar con agua para así formar una pasta que aplicar posteriormente sobre las áreas afectadas. Tras dejar actuar durante unos minutos, habrá que frotar antes de finalmente enjuagar y comprobar el resultado final. Se puede repetir el proceso tantas veces como sea necesario hasta deshacerse por completo del moho y otra suciedad.
  • Cloro: se puede diluir cloro en agua, con una parte de cloro por cada 10 partes de agua, para luego aplicar y dejar que actúe sobre las superficies antes de enjuagar. A la hora de manipular cloro conviene utilizar guantes y ventilar bien el cuarto de baño mientras se aplica y posteriormente.
  • Jugo de limón: la acidez del limón es un gran aliado para hacer frente al moho que aparece en la zona de la ducha. Para utilizarlo es suficiente con aplicar jugo de limón de forma directa y dejar que actúe antes de enjuagar.
  • Limpiadores específicos para moho: en el mercado se pueden encontrar productos comerciales que están específicamente diseñados para la eliminación de moho y los hongos. En este caso, habrá que seguir las instrucciones del fabricante para aplicarlo de la forma correcta.

Recomendaciones para mantener la ducha limpia

Más allá de utilizar alguno de los remedios ya mencionados, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas gracias a las cuales se puede mantener la ducha perfectamente limpia y preparada para su uso:

  • Rociar con vinagre blanco: un truco para conseguir que la ducha esté limpia en todo momento pasa porque, después de cada uso, se rocíe con vinagre blanco en las paredes y la puerta de la ducha, un remedio que ayuda a prevenir la acumulación de moho y de jabón.
  • Ventilación adecuada: una máxima que se debe aplicar para conseguir que el cuarto de baño se encuentre en perfecto estado de limpieza e higiene pasa por mantener el baño bien ventilado. Para ello, conviene abrir una ventana o utilizar un extractor de aire mientras se da una ducha y después de esta, lo que ayudará a reducir el nivel de humedad.
  • Seca las superficies: después de darse una ducha, es recomendable utilizar un paño de microfibra o una escobilla de baño para secar las superficies, lo que contribuye a reducir la humedad que puede provocar la aparición del moho.
  • Limpieza regular: una clave para evitar que se forme moho en la ducha y que esta se encuentre debidamente limpia, resulta imprescindible dedicar unos minutos cada semana para limpiar la ducha. Con un mantenimiento regular se conseguirá evitar que tanto la suciedad como el moho se acumulen, evitando así que esperar mucho tiempo para su limpieza haga que se incrusten y sean más complicados de eliminar.
  • Utiliza productos antimicrobianos: para prevenir el crecimiento de moho, conviene considerar productos de limpieza que contengan componentes antimicrobianos.
  • Limpia las juntas: las juntas de silicona son lugares en los que habitualmente se acumula la suciedad y el moho, motivo por el que hay que prestarles mucha atención y tratar de limpiarlas con frecuencia. De igual modo, conviene revisarlas con regularidad para poder comprobar cualquier problema en ellas, y dado el caso de que sea oportuno, repararlas.
  • Almacenamiento adecuado: conviene mantener los productos de baño en un lugar que esté seco, evitando que se puedan acumular en la ducha. De esta forma, también se consigue reducir la cantidad de moho.
  • Usa alfombras y cortinas resistentes al agua: el uso de alfombras y cortinas de ducha que estén fabricadas con materiales resistentes al agua es altamente recomendable, de forma que no retengan la humedad, que provoca la aparición de moho.