Suena el despertador, le das un manotazo, te frotas los ojos y maldices mientras sueñas con estar de vacaciones antes de levantarte y afrontar un nuevo día. No parece una buena manera de ponerte en marcha, de mal humor y con cierta negatividad. Es un mensaje negativo que le mandas al cerebro y puede que no consigas remontar tu estado emocional con el paso de las horas. Lo que mal empieza... puede también acabar mal.
De todos es sabido el afán de los japoneses por buscar el bienestar y la felicidad. Aunque es el país de las prisas y la tecnología, también tienen una filosofía muy conectada a la espiritualidad y el bienestar. Son muchos los métodos que practican, pero nos fijamos en uno de los más sencillos y útiles. Lo importante para que algo funciones es también que sea fácil de realizar. Estos cuatro pasos lo son.
Antes de nada avisar de que vas a tener que madrugar porque, como dice el refrán: "A quien madruga Dios le ayuda". Creencias religiosas aparte, es simplemente una cuestión de lógica aunque a los más perezosos les cueste un mundo. La actitud es la clave y las rutinas que lleves a cabo servirán para aumentar esa sensación de felicidad.
El desayuno
Lo primero de todo es disfrutar de un desayuno nutritivo con cierta calma, sin prisas. Nada de tomarse un café rápido y salir corriendo, ya que así sólo conseguirás estresarte aún más. La alimentación es una fuente importante de bienestar físico y mental. Aportarle al organismo energía para afrontar el día es crucial. Además, comer libera endorfinas, la hormona de la felicidad.
Un poco de ejercicio
Para los japoneses el ejercicio físico es una prioridad y uno de los secretos de su longevidad. Aprovecha cada mañana para hacer algo de deporte. No es necesario que vayas al gimnasio a primera hora, puedes dar un paseo suave (mejor si es al aire libre y disfrutando de la naturaleza) o hacer actividades de baja intensidad en casa, como el yoga. A través del entrenamiento matinal se activan las funciones nerviosas y la circulación de la sangre a los músculos y el cerebro, lo que permite despertarse antes. Puedes hacerlo antes del desayuno. ¿Da pereza? Puede, pero pronto cogerás la rutina al ver cómo cambia tu humor.
El aseo personal
Quizá parezca una obviedad, pero en el país nipón el aseo es una de las rutinas principales del día que también ayuda a conseguir esa felicidad. En la filosofía sintoísta la limpieza te purifica y ayuda a evitar las calamidades y eso lo aplican a su propia higiene y a la limpieza del hogar y de los pueblos y ciudades. Así pues, un buen baño será la siguiente pieza para empezar el día con una gran sonrisa.
Relaciones sociales
Los japoneses, con su particular modo de ver el mundo, consideran que vivir desde la gratitud y la empatía refuerza las conexiones con las personas de nuestro entorno y ayuda a construir relaciones sociales más sólidas y felices. Por eso, empezar el día manteniendo una breve charla o simplemente compartiendo un té con un amigo, vecino o familiar con el que nos una relaciones bonitas de afecto es otro de los secretos para tener un día feliz.
Muchos de estos consejos vitales se relacionan con el método ikigai, que podría definirse como el propósito de vida, lo que inspira a levantarse de la cama cada día. Consiste en identificar una labor para el que uno es bueno para luego poder diseñar un estilo de vida laboral bueno, crear conexiones sociales, disfrutar, lograr los sueños y crear un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.