A todos nos ha pasado en algún momento. Estás más ilusionado que nunca con una persona, sonríes al teléfono cuando recibes un mensaje y esperas ansiosos a que te diga cuando podéis volver a veros. Pero, de repente, de un día para otro, las cosas cambian.
Tu último mensaje está sin responder, las llamadas dan el contestador, si tienes la suerte de que está receptivo te responde con monosílabos o solo lees excusas cuando propones de veros.
Conocer a una persona nueva es todo un reto, que puede llevar consigo riesgos como estos. Sin embargo, también puede darse en relaciones más largas. Cuando pasa, lo único que quieres es tener el poder de leer la mente para saber qué has hecho mal o qué está pasando por su cabeza.
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Este fenómeno, en la actualidad, es conocido como ghosting, que designa esa mezcla fatal entre pérdida de interés que termina por convertirse en ignorar a la otra persona de manera deliberada.
Es cierto que hay veces que somos nosotros quienes poco a poco van perdiendo la ilusión. Al fin y al cabo, resulta mucho más fácil no responder a un mensaje que dar explicaciones acerca de lo que estás sintiendo. O eso creen muchas personas.
Las mujeres, especialmente, son quienes más protestan por este fenómeno. Quizás tienen peor suerte en la búsqueda del amor o es, simplemente, que la personalidad de los hombres tiende a ser más desapegada.
Para ello, el autor de El arte de la primera cita, Matthew Coast ha analizado profundamente la psique de un hombre cuando elige el camino del silencio, para entender en mayor medida el motivo.
En un primer momento, el autor explica cómo han crecido los hombres en comparación a muchas mujeres: bajo la enseñanza de ser pilares de fuerza y estoicismo.
Muchos de ellos han escuchado a lo largo de toda su vida que 'los hombres no lloran' un condicionamiento social que empuja a muchos de ellos a reprimir sus sentimientos en lugar de expresarlos.
Cuando reprimen lo que sienten, entienden que el mejor mecanismo de defensa es ignorar a la otra persona de forma inconsciente. De esta manera, tampoco sabrá qué están sintiendo.
¿Cuáles son los motivos más comunes?
Además de todo lo que han aprendido o han visto a medida que crecían y desarrollaban su inteligencia emocional, entran también otros conceptos que les incentiva a ignorar a la otra persona.
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Presiones externas
Así como pasa con las mujeres, muchos de los hombres se ven claramente presionados por diferentes factores como laborales, familiares o personales. Estos problemas pueden construir un caparazón que evitará, a toda costa, verse receptivos con otras personas.
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Muchas emociones
Como hemos nombrado anteriormente, el género masculino tiende a ser más desapegado en comparación al femenino. Los momentos de intensidad emocional, ya sean discusiones o, incluso, emociones a las que no están acostumbrados, pueden hacer que se sientan acorralados, según el autor.
Si una persona no está acostumbrada a afrontar emociones fuertes y variadas, su respuesta por defecto podría ser volver a incorporar el caparazón, cerrarse e ignorar el porqué se sienten así —a pesar de que puedan ser emociones bonitas—.
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El espacio personal
El espacio personal es necesario para todo el mundo, todos necesitamos desconectar de todo lo que nos rodea para construirnos de nuevo. Para el autor, muchos de los hombres se alejan para recargar energías y encontrar el equilibrio.
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El miedo al amor
El momento en el que comenzamos a sentir mucho por una persona, sentimos que podemos construir una relación con ella o percibimos que nunca hemos experimentado algo parecido, puede desembocar en dos respuestas: abrazar el momento o huir de él.
Se puede huir por muchos motivos, miedo a que nos hagan daño, no ser suficiente o que no nos quieran de la misma manera. Los hombres, para Matthew Coast, no son una excepción y son quienes más tienden a distanciarse si sienten que están desarrollando sentimientos fuertes hacia alguien.
Las dudas sobre a dónde se puede dirigir esa relación o las preocupaciones sobre un posible compromiso hace que levanten un muro, con la esperanza de que el silencio les proteja.
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Ignorar como táctica de control
El silencio, en muchas ocasiones, puede ser una herramienta de manipulación. Esta táctica también es conocida como ley del hielo, un conjunto de comportamientos que tienen por objetivo ignorar al otro.
A partir del silencio, muchas personas ejercen dominio o intentan causar angustia emocional. En este sentido, es una forma de dominar a la otra persona para conseguir aquello que quieran.
¿Qué hacer si te ignoran?
La comunicación es la base de todo. Es esencial dar espacio a las personas, pero también es esencial comunicarse con ellas. Si sientes que alguien se está distanciando, comienza por iniciar un diálogo.
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Las relaciones prosperan no solo por compartir momentos de alegría, sino también por comprender los que son difíciles. Al comprender las razones detrás del silencio, podemos enfrentarlas con empatía y paciencia.
Sin embargo, el error más común es tender a buscar una última conversación para expresar 'todo lo que queda por decir', cuando realmente ya está todo claro. Lejos de ser una ayuda, esa situación puede convertirse en una trampa.