El Día de los Santos Inocentes ha llegado. Mantén los ojos muy abiertos y prepárate para ser el blanco de las bromas pesadas de tus familiares, amigos y compañeros de trabajo (si te toca trabajar). Con esta festividad, el mundo de tradición cristiana rememora el pasaje bíblico que relata la matanza de los infantes menores de 2 años que ordenó el rey Herodes para dar con el niño Jesús. Esa es, al menos, la versión oficial.
[Día de los Santos Inocentes: conoce su origen y por qué se celebra]
Lo cierto es que este día donde se da rienda suelta a las inocentadas hunde sus raíces en la tradición pagana. Sería inverosímil vincular un hecho trágico, en el cual miles de niños fueron asesinados, a un día de diversión y desenfreno. Gran parte de los historiadores modernos sugieren que el carácter bromista del 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, se origina en el Día del Obispillo o Día de los Locos. Otros días especiales que se festejan durante estas señaladas fechas son la fiesta del asno o la del rey de gallos.
Una tradición también era elegir a un 'alcalde de los locos', una persona que dirigiera el festejo, que se realizaba principalmente en las catedrales e iglesias. La persona escogida como 'obispo' solía ser uno de los aprendices de la catedral, del coro o estudiantes clericales. Se ponía su atuendo, daba sermones disparatados e incluso gastaba bromas a los fieles. En su origen más primitivo, esta fiesta consistía en cuatro fases: procesión a la iglesia, la misa, carnavalescas en la iglesia y, por último, carnavalescas y representaciones teatrales fuera de la iglesia.
Durante la Edad Media, el Día de los Locos suscitó el rechazo de algunos miembros de la Iglesia. En 1445, la Facultad de Teología de París dirigió una carta a los obispos y capítulos de Francia en la cual se condenaba la fiesta que se celebraba en distintas catedrales e iglesias durante Navidad y Año Nuevo. En la misiva se refieren a la festividad como festum Fatuorum (Fiesta de los locos). A partir de esta época es cuando se empiezan a sincretizar estas tradiciones.
Todavía hay lugares donde se conserva este disparatado rito, como en Jalance (Valencia), donde al comenzar el día se nombra a un 'alcalde entre los locos' —un o una joven de 18 años— al que se le hace entrega de un "vara de mando" para gobernar el pueblo durante 24 horas.
También es muy conocido el caso de Gilena (Sevilla), que celebra la Fiesta de los Tontos con un pasacalles carnavalesco con el Paseo de Andalucía como destino final. Burgos, Murcia y Palencia celebran la fiesta de El Obispillo, en la cual un niño disfrazado de San Nicolás de Bari (el patrón de la infancia) pasea las calles de la localidad acompañado por una comitiva.
Ya sea recuperando su sentido más pagano, o reivindicando su significado religioso, el 28 de diciembre es un día para reír. Por algo el día de las bromas e inocentadas desternillantes es celebrado en todo el mundo, a pesar de que en la mayoría de los países tenga lugar en abril (April's Fools, Poisson d’Avril, Dia das Mentiras, Sizdah Bedar, etc.). Desde Vivir, recopilamos las 5 bromas más divertidas para celebrar este día mágico.
1. Colocar el monigote en la espalda
A todo el mundo le han pegado un papel o un monigote en la espalda. Esta es probablemente la inocentada por antonomasia. En este día señalado, la tradición debe anteponerse y la mejor forma de rendir homenaje es colocando un muñeco o figura blanca en la espalda de algún despistado. El blanco de las bromas se paseará todo el día (o hasta que alguien se lo diga) con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta.
2. Cambiar el azúcar por sal
Esta broma puede chafarle el día a cualquiera, sobre todo a los golosos acostumbrados a tomarse el café con azúcar. Antes de que nadie se despierte o llegue a la oficina, vacía el recipiente de azúcar y llénalo hasta arriba de sal. Los más avispados se percatarán inmediatamente (incluso antes de probarlo) de la fechoría. Pero seguro que alguien cae.
3. Pegar una moneda o billete al suelo
Unos días después de repartir los premios de la Lotería de Navidad, es posible que la suerte sonría a la inmensa mayoría de gente que no obtuvo ni el reintegro. Encontrarse una moneda o un billete en el suelo puede resarcirnos de la vergüenza de haber caído una vez más en la trampa de las loterías. Una oportunidad de oro, pero solo para aquellos que logren despegarla del suelo.
4. Adelantar o atrasar la hora de los relojes
Esta broma es estupenda si la víctima es una persona que presume de puntualidad, o a la que le da rabia llegar tarde. En un momento en el que esté ausente, adelanta o atrasa las manecillas del reloj de pared y/o de todos los relojes que sabes que consultará la víctima.
5. Broma telefónica
Esta inocentada puede no ser muy efectiva hoy en día. Se están acabando esos días de contestar a las llamadas telefónicas, sobre todo a aquellas con número desconocido u oculto. Pero eso no significa que no se pueda intentar. Siempre habrá algún incauto que responda al teléfono.