La gran pantalla ha mostrado en varias películas problemas y trastornos mentales que han acercado al espectador a comprender la psicología de sus personajes. La depresión, los trastornos alimenticios y la esquizofrenia son algunos de los temas más recurrentes en el cine. Estas son tres películas que abordan trastornos psicológicos.
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Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010)
Esta película de 2010 muestra la vida de Nina, una joven que dedica su vida al ballet. Todos sus problemas mentales comienzan cuando le nombran protagonista de la obra El lago de los cisnes, en la que debe representar al cisne blanco y al negro simultáneamente.
A lo largo de la cinta se observa el desarrollo de un trastorno alimentario como la anorexia nerviosa. La protagonista comienza una dieta estricta en la que ingiere pocos alimentos, lo que provoca una severa malnutrición. Esto puede observarse en la escena en la que su madre le prepara una tarta y Nina la rechaza por las exigencias del papel.
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La psicóloga y escritora Florencia González nos ayuda a comprender los síntomas y factores que propician la anorexia. "La anorexia es uno de los trastornos de alimentación que genera que las personas tengan menor peso de lo que se considera saludable para su edad, estructura y estatura. Por lo general, sucede tras una pérdida excesiva de peso", explica.
Además, aclara que las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando su peso es insuficiente. Los síntomas principales de la anorexia nerviosa son el miedo a ganar peso, la distorsión de la imagen corporal y la reducción del peso por debajo de lo normal. Esto puede provocar desnutrición o mal nutrición.
"Hay que destacar también que hablar de anorexia y anorexia nerviosa conlleva una diferencia, a saber: la anorexia haría referencia al síntoma en sí, que sería la falta de apetito, el cual es típico de varios trastornos o enfermedades. Y la anorexia nerviosa es el trastorno de la conducta alimentaria, no el síntoma en concreto", aclara la psicóloga.
La película muestra la evolución de la esquizofrenia paranoide en la bailarina. Los síntomas que sufre a lo largo de la historia son delirios, negatividad y alucinaciones, como las voces alucinatorias, entre las que destacan las risas y los murmullos. Además, tiene pensamientos de persecución, celos y alucinaciones sobre transformaciones corporales, sexuales y visuales.
Según explica la experta, los signos y síntomas de la esquizofrenia están divididos según su tipo. En la esquizofrenia simple predominan los síntomas negativos como la apatía, el distanciamiento social, sensación de fragmentación del mundo o de escisión del cuerpo.
"En la esquizofrenia paranoide, la persona, además de presentar varios de los síntomas anteriores, también presenta delirios, que son alteraciones del pensamiento y alucinaciones", explica Florencia.
Asimismo, Nina presenta un posible trastorno de identidad disociativa (TID). La joven tiene una personalidad obediente, introvertida y complaciente que pronto se ve opacada por el cisne negro. Esta se convierte en una persona que muestra de forma esporádica una evidente tristeza, rabia y enfado en sus relaciones interpersonales.
Su obsesión por ser la perfecta protagonista para la obra le provoca esta doble personalidad. La segunda parece estar marcada por sus traumas infantiles, que se deben a la alta exigencia de su madre para que se convirtiera en una bailarina de éxito.
Florencia González manifiesta que "el diagnóstico suele implicar la evaluación de los síntomas y el descarte de cualquier afección médica que pudiera causar los síntomas". Los síntomas generales son amnesia, sensación de estar separado de ti mismo y de tus emociones, percepción de que las personas y lo que te rodea están distorsionados o son irreales y sentido confuso de la identidad.
"El TID puede considerarse un trastorno raro", dada su aparentemente baja prevalencia, pero en los últimos años se apunta a su posible infradiagnóstico a causa de su complejidad y de la confusión que puede haber a la hora de establecer el diagnóstico diferencial; un ejemplo de esas rarezas sería la simulación de una psicopatología", continúa la psicóloga.
Se dice que es uno de los trastornos más difíciles de diagnosticar porque tiene características propias y a la vez se solapa con otras patologías fronterizas, desde la amnesia disociativa y la fuga disociativa hasta la propia esquizofrenia.
Joker (Todd Phillips, 2019)
Joker es una película que hace una crítica a la sociedad, en la que muestra la incomprensión de esta hacia los enfermos mentales. Una de las frases extraídas del diario de Arthur Fleck (que más tarde será Joker) en la película dice: "La peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras".
En ella, se expone una sociedad que deja de lado a estos enfermos, como se observa en la escena en la que la trabajadora social explica a Arthur, el protagonista, que no podrá seguir ayudándole debido a que no hay fondos suficientes para mantener las ayudas.
Esto, unido a la difícil infancia del protagonista y los traumas provocados por una madre con trastornos mentales que permitió que sus parejas abusaran sexual y físicamente de su hijo, provoca una evolución del personaje. Este comienza a mostrar su odio por aquellos que poseen una buena situación social y económica, los cuales parecen despreciarle. Arthur pasa de ser una persona insignificante en el mundo a crear un movimiento social.
Según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Marista de Mérida (México), Arthur presenta el trastorno de afección pseudobulbar, caracterizado por risas y llantos descontrolados e involuntarios. Esto puede agotar al paciente si se descontrola. Otro síntoma es la expresión de las emociones de manera exagerada, involuntaria y descontrolada. El resultado del trastorno puede derivar en episodios depresivos y de ansiedad.
Además, como se destaca en el estudio, la depresión en el personaje es notoria. El rechazo y las constantes humillaciones provocan un deterioro de su estado mental. Esto desemboca en un odio radical a la sociedad y un sentimiento de violencia que le incita a acabar con la vida de varias personas. Tras esto se encuentra un posible trastorno psicótico.
El Joker es un personaje al borde de la psicopatía que carece de empatía. Todos sus actos parecen estar exentos de un sentimiento de culpa, al tiempo que justifica la violencia al punto de movilizar a la sociedad para hacer lo mismo que él.
Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola, 1999)
La película, estrenada en los cines en el año 1999, trata los problemas en la adolescencia como la depresión y los problemas de salud mental. Como su propio título indica, aborda el suicidio como un problema social difícil de prevenir. La historia es narrada con tono nostálgico y melancólico por uno de los jóvenes testigos de lo sucedido.
La familia de las hermanas protagonistas es descrita como represiva y controladora. Esto provoca la rebeldía de algunas de las chicas, que no aceptan la educación de sus padres. En numerosas escenas se muestra su hogar como una prisión que priva a las jóvenes de libertad. Esto desemboca en sentimientos de tristeza y episodios depresivos con intentos de suicidio.
Hay una clara crítica social hacia los adultos que no ofrecen ayuda a los adolescentes con este tipo de problemas. Al final de la película hay una escena en la que uno de los padres de los chicos se tira a la piscina con ironía, fingiendo que es un adolescente con problemas mentales. Esta burla es una muestra de la incomprensión por parte de los adultos a los problemas mentales que los jóvenes sufren.