El pueblo con la única cascada de Europa que desemboca en el océano: así es el 'Niágara' español
40 metros de caída y el fragor de las aguas al romper sobre el cañón componen la sorprendente postal de la Fervenza do Ézaro, en La Coruña.
26 septiembre, 2023 02:02España es un país lleno de rincones de ensueño que maravillan tanto a sus locales como a quienes los visitan maravillados por sus historias y curiosidades. En uno de ellos, precisamente, se esconde un espectáculo natural en movimiento que no se repite en ningún otro lugar del continente: la única cascada del conjunto de los 50 países que se despide de sus aguas en la inmensidad del océano.
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40 metros de caída y el fragor de las aguas al romper sobre el cañón componen la sorprendente postal de la Fervenza do Ézaro, un enclave de excepción, situado en plena Costa da Morte, que encuentra su recta final en la localidad coruñesa de Dumbría.
La cascada se nutre del caudal del río Xallas, que pasa por cuatro presas hasta finalizar su trayecto en las que uno puede encontrar desde centrales hidroeléctricas hasta parques y zonas recreativas mucho más amables a los ojos que hacen de este un entorno pintoresco erigido a 440 metros de altitud.
El último punto del recorrido, la cascada de Ézaro, se sitúa en una pintoresca localidad homónima de 600 habitantes que ha visto su turismo multiplicarse desde que este entorno se dio a conocer al resto de España.
Para disfrutar de las vistas de la Fervenza do Ézaro hay que recorrer una pasarela de madera, aunque también es posible subir al Mirador do Ézaro. Se trata de una subida que, aunque resulta algo empinada y dificultosa —hasta tal punto que forma parte del recorrido de la vuelta ciclista— vale la pena hacer por la panorámica que ofrece, una que no se compara con ningún otro lugar en el continente.
Desde entonces, esta se ha convertido en un atractivo turístico y cada año atrae a cientos de amantes de la naturaleza salvaje. Su característica más distintiva, el hecho de que desemboca directamente en el océano Atlántico —es la única en Europa que lo hace— le ha valido el apodo de Niágara español al entorno en el que se sitúa.
En realidad, hay referencias documentadas que ya en 1724 mencionan la cascada, describiéndola como una gran humareda que podía divisarse desde el mar. Aunque el levantamiento de una presa en los ochenta hizo que la cascada desapareciera, desencadenando la muerte de miles de escalos y truchas, desde hace 12 años, y gracias a la presión ciudadana, la presa cuenta con un caudal mínimo ecológico.
La mejor época para admirar este monumento natural es en invierno, después de fuertes lluvias, ya que por estas fechas el caudal del río se incrementa intensificando la caída del agua y, con ella, también lo hace el poderío de esta imponente maravilla vertical.
Este entorno no deja indiferente a los visitantes tanto por su postal como por sus curiosidades. La cascada de Ézaro sirvió de inspiración para poetas, como Manuel Murguía, que trataron de describir con palabras el bello espectáculo que puede divisarse a orillas del Atlántico gallego.