El mensaje de que dos litros de agua es la cantidad que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano ha ido calando en la sociedad por medio de charlas de alimentación, consejos generales de los médicos y artículos de nutrición, aunque no está demostrado que sea tan bueno como dicen.
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Esta extendida recomendación puso en marcha un estudio publicado en el año 2002 por el doctor Heinz Valtin en la revista American Physiological Society en el que se cuestionaban los verdaderos efectos del consumo aconsejado de agua en el ser humano.
El trabajo, titulado Drink at least eight glasses of water a day. Really? Is there scientific evidence for 8 × 8? ("Beba al menos ocho vasos de agua al día. ¿De verdad? ¿Hay alguna evidencia científica para el 8x8?") estuvo en marcha durante más de 10 meses y logró alcanzar unas conclusiones que sorprenderían a la mayoría.
El primer y gran descubrimiento de esta investigación es que no existe documentación científica verdadera y suficiente para defender que todo el mundo deba consumir esa cantidad de agua al día. De hecho, algunas pruebas demuestran —aunque no a un nivel que permita convertirlo en evidencia— que no se debe beber tanto como ocho vasos al día.
Dos litros de agua diarios pueden resultar excesivos para algunos perfiles. Un ejemplo de persona que no necesitaría tal cantidad sería un adulto medio, saludable, que viva en un clima templado y que tenga una vida sedentaria. En este rango también entran los trabajadores de oficinas que pasan la mayor parte del día y que realizan ejercicio moderado aunque sin mucha sudoración.
Además de dudar de su beneficio, dicho estudio también saca a relucir algunos aspectos perjudiciales del consumo excesivo de agua, como el riesgo de sufrir una hiponatremia potencialmente peligrosa (bajos niveles de sodio en sangre) o la frustración y/u obsesión que genera cumplir con los hábitos de salud recomendados.
Desde que se publicó el estudio, estas conclusiones también han sido avaladas por otros especialistas. Entre ellos son resaltables las declaraciones de la doctora Margaret McCartney para la revista British Medical Journal en la que explicaba que "beber de seis a ocho vasos de agua al día no sólo carece de sentido, sino que además está ampliamente desacreditado".
¿Cuánta agua hay que beber?
Varios médicos, nutricionistas y publicaciones divulgativas coinciden: debemos beber lo que nuestro cuerpo nos pida. Sin embargo, sí es cierto que hay determinados factores que debemos tener en cuenta cuando fijamos nuestro consumo de agua:
- De la edad.
- De la composición corporal.
- Del ambiente en el que estamos.
- De si tenemos más o menos masa corporal.
- Del calor que haga.
- De si estamos haciendo ejercicio físico.
Se debe también considerar que hay determinados casos en los que la ingesta de agua debe ser mayor a la que nos exige nuestro cuerpo. En este contexto destacan: las personas mayores, aquellos que padecen alguna patología o que tengan diarrea o vómitos frecuentes y los practicantes de deportes de alta intensidad, sobre todo en ambientes cálidos.
La mayor preocupación a la hora de cumplir con el consejo de los ocho vasos al día es la falta de hidratación, aunque este escenario está lejos de suceder en condiciones normales: cuando lo necesitan, las neuronas mandan un mensaje al cerebro para buscar agua y calmar la sed.