El año 2023 será recordado como uno de los mejores en cuanto a calidad de las producciones lanzadas, pero también como uno de los más convulsos dentro de la propia industria del videojuego. Enero comenzaba con Google tirando la toalla con Stadia, su multimillonario proyecto de juego en la nube, y diciembre ha terminado con unos premios The Game Awards, “los Óscar del videojuego”, más reñidos que nunca, pero también marcando el récord de más despidos producidos en un solo año en el sector. Se han lanzado juegos muy buenos en los últimos doce meses, pero también se han producido algunos desastres económicos cuyas consecuencias se notarán durante 2024.
La industria del videojuego parece haberse contagiado de la tecnológica, y los despidos han aumentado de manera exponencial respecto al año 2022. Se estima que en todo 2022 hubo algo más de 1.000 despidos en la industria del videojuego a nivel mundial, mientras que este año que pronto termina con una cifra que ronda los 9.000. Y no estamos hablando de startups que fracasan, sino de un movimiento generalizado de todo el sector que está afectando a compañías del tamaño de Amazon (en su división de juegos), Epic Games (creadores de Fortnite y del motor Unreal) o la gran rival de esta última, Unity.
Los recortes han sido especialmente notables en dos casos: el primero, ByteDance, la compañía matriz de TikTok, que iba a apostar por la creación de videojuegos y finalmente ha dado marcha atrás, dejando 900 puestos de trabajo por el camino. El segundo, Embracer Group, un gran holding de compañías de videojuegos que ha tenido que realizar casi un millar de despidos debido a los malos resultados de ventas de algunos de sus títulos, incluso llegando a cerrar alguna subsidiaria histórica como Free Radical Design.
Juegos para el recuerdo
Esta zozobra dentro del sector no la han notado los jugadores, que durante doce meses han disfrutado de algunas de las mejores experiencias jugables de los últimos años. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom y Baldur’s Gate 3, con ideas revolucionarias y mundos casi infinitos, parecían los grandes triunfadores de 2023 y sin duda lo han sido, pero a última hora llegó Alan Wake 2 con un diseño clásico pero las cosas muy bien hechas, y a punto estuvo de dar la sorpresa. Los creadores de este último no son una multinacional, sino una pequeña empresa finlandesa que lleva 25 años haciendo muy buenos juegos, y que ahora han decidido que solo los lanzarán en versión digital.
Pese al sonoro fracaso de Google con su plataforma de juego en la nube, el sector del videojuego sigue caminando hacia una digitalización total, y el año termina con un hito muy reseñable: el retorno por todo lo alto de Fortnite cuando ya se pensaba que el fenómeno era historia. Casi siete años después de su lanzamiento, ha recuperado su versión original y se ha relanzado con alianza con LEGO incluida.
La salud creativa y el éxito entre el gran público terminan el año en su mejor momento, pero la industria del videojuego lo termina con muchas dudas sobre cómo producir y distribuir videojuegos. Cada vez hay menos término medio entre el éxito y el fracaso, y no se sabe hasta qué punto el uso de la inteligencia artificial para generar contenido y programar código puede revolucionar y cambiar para siempre la manera de producir y consumir videojuegos.