No hay tantos videojuegos que hayan sido revolucionarios para el sector: 'Dark Souls', 'Metal Gear Solid', 'GTA', 'DOOM'... La mayoría saben lo que les hizo triunfar y mueven muy bien sus piezas para crear sagas que avanzaran en esa dirección. Otras, como 'Mario' o 'The Legend of Zelda', se empeñan, de forma bastante regular, en cambiar la historia de los videojuegos. Y 'Tears of the Kingdom' es un buen ejemplo de ello.
Porque el nuevo Zelda rompe. Rompe con todo. Para empezar, con aquello que había llevado a la entrega anterior, 'Breath of the Wild', a ser uno de los juegos más queridos y reconocidos. Le ofrece tantas posibilidades nuevas que volver a manejar a Link se convierte en una experiencia renovada cuando incluso antes de estos añadidos jamás llegaba a aburrir.
Rompe también con la tendencia de la industria de lanzar juegos antes de tiempo llenos de problemas técnicos que deberían empezar a ser vistos como una falta de respeto al usuario. Aquí, pese a las limitaciones técnicas que presenta Nintendo Switch seis años tras su lanzamiento, todo está extremadamente pulido.
Rompe, de nuevo, con esos mundos abiertos en los que lo bonito vale más que lo práctico. Y no porque Hyrule no sea precioso, que lo es. Es que recorrerlo es tan entretenido que deja en evidencia a todos aquellos títulos en los que todo es muy realista pero todo pasa por ir de un lado a otro según marque un icono en un mapa. Aquí ese camino entre objetivos es la propia diversión.
Esta se ve multiplicada gracias a las nuevas mecánicas y poderes que dan a los jugadores un arma más poderosa que la Espada Maestra: la imaginación. Si se piensa que cierta acción es posible, lo más probable con las herramientas que ofrece el juego es que así sea.
La base y los condimentos
Y, hablando de romper, Nintendo le da al jugador la posibilidad de hacer lo que quiera con este parque de atracciones que es 'Tears of the Kingdom'. "No hay reglas, diviértete como gustes", parece decirle a quien lo juegue, animándole a destrozar lo que ellos han ideado para disfrutar de un título a la altura de la leyenda que da nombre a la saga.
No es poco común en este Zelda resolver un puzle de una manera tan absurda que hace dudar de si los creadores la contemplaron. Pero la verdadera cuestión es: ¿había alguna solución ideal establecida para resolver ese acertijo?
No hay una sola manera de jugar a 'Tears of the Kingdom'. Hay infinitas, y que dependan del jugador es el mayor regalo que le pueden hacer. Gracias a esa filosofía este Zelda redefine lo que significa divertirse.
Lo hace elevando a las alturas (a las nubes concretamente) todo lo que esta saga lleva construyendo desde 1986. Su libertad, su magia, su carisma y su sensación de aventura.
Cuatro aspectos que marcan la diferencia
- Uno de los aspectos más destacados de 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom' son las físicas realistas y la interactividad del entorno. Los jugadores pueden manipular objetos de diversas maneras, moviéndolos, destrozándolos o, lo que es la principal novedad, usándolos para crear transportes y armas. Y todo ello tiene sentido con el espacio, con el propio Link y con los enemigos, que también se ven afectados por este apartado.
Todo ello agrega capa de realismo y estrategia al juego. Y cada acción en este sentido es satisfactoria y muy entretenida. Además, estas físicas tan conseguidas permiten una mayor inmersión al enfrentar desafíos y resolver acertijos, ya que los objetos y personajes reaccionan de forma creíble ante las acciones del jugador.
- Esta nueva entrega presenta una versión impresionante y detallada de Hyrule. El mundo del juego está lleno de paisajes exuberantes, variados y llenos de vida. Desde amplias praderas hasta montañas majestuosas, todo está al alcance para ser explorado libremente. Y cada rincón de este vasto reino tiene algo que ofrecer.
Este título es una obra maestra del diseño de niveles. Nada está en el escenario por casualidad y es difícil no encontrar algo interesante y entretenido a los pocos pasos. Visualizar una atalaya, dirigirse hacia ella, encontrar una cueva que llama la atención frente a un campamento enemigo, hallar una criatura increíble en su interior y un tesoro, salir por la parte superior de esa gruta y acabar en el exterior con otros tres objetivos ante Link. El pan de cada día en 'Tears of the Kingdom'. El ciclo día-noche y los eventos climáticos dinámicos agregan una sensación de realismo y emoción a la experiencia de juego, sumergiendo por completo en una aventura que queda para la historia.
[Breath of the Wild rompe los límites de la saga Zelda]
- Algo que se echó en falta en 'Breath of the Wild' fue mayor profundidad en su guion. Su secuela apuesta por una narrativa épica y un enfoque en la emoción y la aventura. El juego ofrece una historia envolvente que combina elementos de fantasía, misterio y acción en una trama intrigante. Las batallas y los encuentros memorables con personajes carismáticos hacen que cada momento en el juego sea emocionante y memorable. Además, la princesa Zelda que da nombre a la saga es ahora más protagonista que nunca, algo que marca la diferencia.
La epicidad también se impulsa con el regreso de las mazmorras clásicas, que están de vuelta. Esta vez en forma de templos. Si bien el propio mundo abierto es la mayor y principal mazmorra y los santuarios no han querido volver a la cita, las nuevas mazmorras ofrecen un desafío mayor que lo vivido a través de las bestias divinas de 'Breath of the Wild'.
- El juego presenta un inventario extenso y detallado que desempeña un papel fundamental en la supervivencia del jugador y en la diversión. Desde armas y armaduras hasta herramientas y recursos, la gestión de todos los objetos a disposición de la persona a los mandos es fundamental. Puede parecer baladí, pero nada más lejos. El inventario tiene mucho que ver con los escenarios y lo que se encuentra en ellos y cada utensilio, resto de animal, comida o lo que sea que Link encuentre tiene una función.
Todos tienen su utilidad en combate o en la exploración y gracias a ello el inventario sobresale frente a otros juegos, en los que la mayoría de objetos acaban siendo parte de una colección fútil. Aquí, no son simplemente objetos para intercambiar o que entregar a un NPC. Elegir sabiamente cómo utilizarlos es crucial para disfrutar de la experiencia que ofrece Nintendo.