Darwin, la capital y ciudad más poblada del norte de Australia: sus increíbles rutas turísticas

Darwin está situada junto al mar de Timor y durante la Segunda Guerra Mundial, Darwin fue el objetivo más bombardeado de todo Australia por los japoneses, por eso se ha tenido que reinventar constantemente.

Los parques naturales son el reclamo fundamental de la ciudad. A tan solo unas horas en coche se pueden visitar los espectaculares bosques del Parque Nacional Litchfield. Para los más aventureros, la ruta Nature’s Way es ideal ya que recorre los pantanos de Adelaida y el río Mary hasta el Parque Nacional Kakadu, una de las mejores visitas para hacer en Darwin. El centro urbano de la ciudad también tiene sus grandes atractivos, como el enorme jardín botánico George Darwin o el museo militar de East Point. La zona ribereña de la ciudad es ideal para descansar y divertirse, es uno de los lugares más animados por la multitud de restaurantes, tiendas y parques que alberga. Los mejores lugares de esta ciudad australiana para hacer una visita son:

Las cataratas Wangi, localizadas a unos ochenta kilómetros de la ciudad son uno de los mayores reclamos turisticos del Parque Litchfield, que alberga una espesa vegetación y serpenteantes senderos para disfrutar de una ruta en medio de la naturaleza. Además de poder apreciar las imponentes cataratas, se puede disfrutar de un baño en las piscinas naturales que se forman a sus pies. El agua tendrá una temperatura perfecta para darse un baño en cualquier época del año, ya que les da el sol continuamente. También se pueden hacer tours para descubrir la vida de los aborígenes que todavía habitan la zona. De esta manera, se puede hacer todo lo que ellos hacen, desde cocinar su comida hasta fabricar las armas que utilizan, incluyéndose por completo en la propia vida de las tribus.

La propia ciudad también alberga lugares dignos de visitar. El puerto es un enclave icónico de Darwin, cuenta con un encanto especial y en él se pueden hacer excursiones para conocer su historia o alguno de los animales más representativos de la ciudad, como las tortugas gigantes. Pero si lo que queremos conocer es la historia, algo tan importante para esta ciudad ya que ha sido destruida en varias ocasiones, no puede faltar la visita al Museo Militar de Darwin. Entre otras cosas, se puede ser testigo de la recreación del bombardeo que tuvo lugar en 1942.

Finalmente, para disfrutar del mar y de uno de los atardeceres más bonitos del mundo conviene visitar la playa Mindil. En ella también se puede pasear por un mercadillo de piezas autóctonas aderezado con varios puestos de comida local. Y para sumergirse en la naturaleza más salvaje y bella de Darwin hay que visitar el Manglar. Se puede disfrutar de una excursión que engloba todo tipo de terrenos, desde pantanosos como colinas de montañas y sabanas.

La gastronomía de Darwin y la australiana en general tiene poco de propio y mucho de fuera, al ser un país con mucho inmigrante la cocina ha mezclado las técnicas de las diferentes culturas que conviven en el país. Lo más típico que probar en la zona son las tostadas con Vegemite, una especie de extracto de levadura con sabor salado; el pastel de carne (dog’s eye), que contiene carne, puré de patata y una salsa espesa; la carne de canguro o cocodrilo; o la hamburguesa con remolacha, un ingrediente típico en las hamburguesas para los australianos.

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