Croacia, un lugar mágico y con gran riqueza cultural donde perderse este verano
Además de su larga costa en pleno mar Adriático, este paraíso posee hasta ocho parques nacionales y once parques naturales.
22 julio, 2022 16:01Un país que hunde sus raíces en tiempos remotos. Su gran riqueza en bienes culturales da testimonio de un pasado turbulento desde la antigüedad clásica. Pero, esa magnífica herencia cultural no se descubre solo en las iglesias o los museos. Además del abundante patrimonio, protegido por la UNESCO, posee ocho parques nacionales y once parques naturales. Croacia es, también, un lugar mágico.
Entre sus emblemáticas ciudades destaca Pula, con tres milenios de existencia. Se encuentra en el extremo Sur de la península de Istria. Su anfiteatro romano es el único que cuenta con cuatro torres y conserva sus tres alturas. Posee hermosas playas, diseminadas por cien kilómetros de escarpada costa.
Pula susurra el relato sobre los míticos argonautas, gladiadores romanos, comerciantes venecianos, soldados napoleónicos o historias del Imperio austro-húngaro. Por sus construcciones bien conservadas y sus monumentos de tiempos pasados, Pula representa una ciudad-museo: el Arco del Triunfo de Sergii, el Templo de Augusto, la Puerta de Hércules.
La antigua ciudad de Dubrovnik
"La perla del Adriático" se convirtió después del siglo XII en una importante potencia en el Mediterráneo. Esta ciudad medieval, ubicada al sur de la costa croata en el Adriático oriental, mantiene su núcleo histórico al pie de la montaña Srđ. Un casco urbano único, rodeado por murallas, que ocupa un importante lugar en la historia de la construcción de ciudades. Aunque bastante destruida por un terremoto en el año 1667, la ciudad de Dubrovnik consiguió conservar sus iglesias góticas, renacentistas y barrocas, sus conventos, sus palacios y sus fuentes.
Dubrovnik es, sin duda, un capítulo esencial en el patrimonio de los croatas. Pero, muy cerca, a apenas 60 kilómetros se encuentra otra de las grandes maravillas de Croacia: “Paredes de Piedra”. Se trata de la segunda muralla más grande del mundo. La mejor forma de visitarla es acercarse a Ston, en la Península de Peljesac. La muralla se encuentra perfectamente conservada, a pesar de sus siete siglos de antigüedad, y, desde luego estaba muy bien asegurada. Treinta torres de vigilancia rectangulares alojaban a los guardias, que protegían a los poderosos comerciantes de sal. Ston es conocido por la producción de sus salinas, aunque también se dedica a la recogida de mejillones y ostras. Sería un delito no hacer un alto en el camino para degustarlas.
La isla de Korčula surge de las ruinas de una colonia griega, con sus calles construidas según el modelo del espinazo del pez. Una verdadera joya urbanística, conocida como el lugar de nacimiento del célebre Marco Polo. Pero, también por sus torneos medievales con las tradicionales danzas de sables, llamados “Moreški”.
En el extremo sur se encuentra la isla de Mljet con su monasterio benedictino del siglo XII, levantado, en la pequeña isla, en medio del lago Veliki.
El estallido de la Naturaleza
Dos islas grandes y doce pequeños islotes, situados al oeste de la costa de Istria, forman el Parque Nacional de Brijuni, un paisaje minimalista comparado con el gran archipiélago de Kornati, el más grande de Croacia. Ciento cuarenta islas, islotes y peñascos, situados frente a las regiones de Zadar y Sibenik. Al Sur se localiza el Parque Nacional del mismo nombre, un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza, las experiencias náuticas y el buceo. Cuenta la leyenda que a Dios, tras haber creado el mundo, le sobraron un gran número de rocas que decidió tirar al mar. Después de mirarlas y pensar en cómo habían caído, decidió que había quedado perfecto.
El Parque Nacional de Krka, un fenómeno cárstico con 7 cascadas, es rico en especies endémicas. Y, el de los Lagos de Plitvice, el más famoso de Croacia, es el único patrimonio natural en la lista de la UNESCO.
Porec, en el corazón de la costa istriana
Es una ciudad repleta de cultura, turismo, deporte y diversión. En ella se expanden los aromas y colores de tiempos remotos, componiendo un mosaico inolvidable de experiencias.
Calles de piedra, restos de templos antiguos, foros y otras hermosas construcciones conservadas de tiempos lejanos dan fe de los numerosos gobernantes. La Basílica Eufrásica, que data del siglo VI, es el monumento histórico-cultural más importante de Istria y está registrado en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Karlovac, al sureste de Zagreb, es una población situada sobre cuatro ríos, a 55 kilómetros de la capital. Mantiene una posición estratégica en un cruce de caminos y puede significar un paréntesis en el viaje hacia el mar. Un poco de descanso y diversión en una ciudad erigida en el siglo XVI para defenderse de los conquistadores turcos. Es el único casco urbano con forma de estrella de seis puntas y posee un buen número de interesantes edificios, dignos de una visita. En la Feria de la Nobleza de Dubovac se presentan los antiguos oficios, tradiciones y juegos, acompañados de platos elaborados siguiendo viejas recetas. Cazar, pescar o practicar rafting, son actividades habituales.
Acercarse a Zagreb puede arrastrarnos a descubrir nuevos misterios. Dicen, que bajo la ciudad existe una red kilométrica de túneles secretos. Se cree que algunos de ellos llegan hasta las montañas de Medvednica, a unos 40 kilómetros al Norte, desde el centro de la ciudad. La mayoría de los túneles son una incógnita para los habitantes de la zona. Incluso, algunos aseguran que, en los pasadizos, existe un tesoro escondido. Muchos siguen buscándolo.