A unos 85 kilómetros de Sevilla capital, en la campiña sevillana, se encuentra Osuna, una localidad repleta de rincones cargados de historia y belleza. Osuna es una ciudad antigua y milenaria de la campiña cercana de la Sierra Sur cuyo origen se remonta a la época prerromana. En este sentido destaca su reconocimiento como ciudad en bronce que se puede ver en una placa histórica en el Museo Arqueológico de Sevilla.
El inicial asentamiento turdetano, conocido como Urso, posteriormente fue conquistado por los romanos, y es que el mismo César le otorgó a Osuna el rango de ciudad dándole el título de Colonia Genitiva lulia. Pero Osuna también fue importante en la época musulmana, muestra de ello es la fuerte plaza fortificada de la quedan ecos en la maravillosa Torre del Agua, el actual Museo Arqueológico, y los restos de la Alcazaba. Una vez reconquistada por los cristianos, don Pedro Girón estableció a Osuna como la capital de su estado señorial.
Dejando a un lado las pinceladas históricas de esta ciudad, conviene detallar los conjuntos artísticos y monumentales más destacados, entre los que sorprenden la colegiata, palacios, conventos y casas señoriales. Merece mucho la pena perderse por sus calles para adentrarse en su legado histórico, artístico y cultural y aprender sobre él.
La Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción es un imponente conjunto arquitectónico que supone uno de los atractivos más llamativos de Osuna. Está construida bajo el estilo renacentista del siglo XVI-XVIII y fue obra de los arquitectos Diego de Riaño y Martín de Gaínza. Su austero aspecto exterior contrasta con su rico interior, una obra maestra del renacimiento andaluz. Destacan la capilla, el Panteón Ducal o el retablo representando el Entierro de Cristo, obra de Hernando de Esturmio y de Luis de Morales. Destacan también la capilla de Sagrario, con tres retablos góticos con pinturas renacentistas del siglo XVI, la capilla de la Inmaculada o la capilla de la Virgen de la Antigua.
El monasterio de la Encarnación fue un antiguo hospital y el actual convento de las Mercedarias, del siglo XVIII. Dedicado a la Virgen de la Merced, alberga el Museo del arte Sacro, donde resalta el retablo Mayor, con el Cristo de la Misericordia del siglo XVI y la Dolorosa. No hay que olvidar tampoco una visita a la Iglesia del Convento de la Concepción, sencilla y de ladrillo construida en los siglos XVI y XVII bajo la orden de los Concepcionistas. Entre otras iglesias que sorprenden en esta localidad sevillana se encuentran la Iglesia de la Victoria, la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación, la Iglesia de San Agustín o la de Santa Clara, entre otras.
Además de estos templos relacionados con la religión, en Osuna sorprenden otros lugares que no deben dejarse de visitar. La Plaza Mayor es a partir de donde gira la ciudad y donde se encuentran edificios de gran importancia y belleza como el Ayuntamiento, del siglo XVI con su escudo de la Villa Ducal en su fachada.
Actividad imprescindible es recorrer la calle San Pedro, una vía con reconocimiento internacional: fue considerada por la Unesco como una de las calles más bonitas de Europa. No es para menos, ya que en ella se puede apreciar la belleza y la grandeza de las construcciones promovidas por los Duques, como el Palacio de los Marqueses de la Gomera, la Cilla del Cabildo, el Palacio de los Cepeda o el Convento de San Pedro. Pero esta ciudad no pasará desapercibida para los amantes de la famosa serie de Juego de Tronos, y es que fue escenario de rodaje de algunas de sus escenas.
Concretamente, la Plaza de Toros de Osuna sirvió de escenario para ‘los reñideros de Meeren’. La ciudad ha aprovechado el paso de esta famosa saga para ampliar su oferta turística, de ahí la existencia de las salas en el museo de la ciudad donde se puede visitar el Salón de Hielo y Fuego, que son un espacio de culto imprescindible para los seguidores de esta serie.
Si disponemos de tiempo, otra buena actividad es acercarse hasta las Canteras, lugar al norte de la población donde se sacaba la piedra para las construcciones desde antes de la ocupación romana. El Coto de las canteras es una especie de gruta formada al vaciar una loma para la extracción de la piedra del interior y que se utiliza como auditorio, museo y centro de celebraciones.
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