La región de Anatolia Central es una de las cunas de la humanidad, uno de los enclaves históricos más importantes de Asia y de Europa que, con el pasar de los siglos, numerosos pueblos se han ido asentando por sus tierras. Es en este territorio donde se encuentra la capital de Turquía, Ankara, una ciudad moderna y cosmopolita menos conocida y turística que Estambul. Ankara guarda importantes resquicios de historia y ruinas de su pasado con los frigios, lidos, persas, romanos, griegos y otomanos, además de Alejandro Magno, que vivió durante muchos años en esta ciudad.
La mayor parte de los edificios de interés de la ciudad se encuentran en el centro histórico, situado sobre una colina. Además de encontrar tiendas y callejuelas muy pintorescas, se ofrecen unas vistas fabulosas del resto de la capital, con modernos edificios y otros que exponen el esplendor de los primeros años del siglo XX.
El gran símbolo de Ankara es el Mausoleo Anitkabir, ya que es el mausoleo del fundador de la República Turca, Ataturk. A él se accede a través de una gran avenida bordeada con estatuas de leones y al entrar se encuentra un patio de columnas, que da paso al museo de la nación. En el Museo de la Civilización de Anatolia se pueden visitar un gran número de colecciones que retratan la historia de las civilizaciones de Asia Menor. Además, el precioso edificio del siglo XV en el que se encuentra es ideal para admirar. Entre la colección arqueológica destaca la estatua de Catal Huyuk, probablemente la estatua más antigua del mundo. Este museo es un fantástico lugar para viajar en el tiempo, desde tiempos del Paleolítico y el Neolítico.
Para contemplar la huella romana de Ankara conviene visitar el Templo de Augusto, construido en el siglo II y que alberga la copia mejor conservada del testamento del emperador Augusto. Al no conservarse en buen estado no se puede visitar su interior, pero contemplar el exterior será una gran actividad, así como ver las ruinas situadas en sus alrededores.
Hisar, también conocida como la Ciudadela de Ankara, lleva muchos siglos dominando el horizonte de la ciudad y aunque no se sabe quién la construyó, se cree que fueron los gálatas. A lo largo de sus alrededores se puede apreciar la esencia de diferentes pequeños pueblos anatolios. En esta zona se puede pasear por sus estrechas y sinuosas calles y apreciar las tradicionales casas con vigas de maderas, grandes patios y jardines.
Entre los templos religiosos destaca la mezquita Kocatepe, la más grande de la capital. Se construyó entre 1967 y 1987 y su estructura se puede ver desde casi cualquier punto de la ciudad. La majestuosa mezquita de Haci Bayram Camii está dedicada al santo patrón de la capital de Turquía, creador de la orden “Bayrami Sufi” en el año 1400. Fue construida en el siglo XV y desde entonces es un punto de referencia de Ankara
Otro buen museo para aprender sobre la historia de la península de Anatolia, además de una gran colección de fósiles y minerales, es el Museo Nacional de Historia. Entre su colección destacan las huellas de los primeros humanos que pisaron Anatolia hace aproximadamente 25.000 años y el esqueleto de un elefante que vivió en esta zona hace 193 millones de años.
En cuanto a espacios donde disfrutar de la naturaleza en Ankara destaca el parque Goksu, un inmenso parque de 500.000 metros cuadrados en torno a un lago. En 2003 se construyó este parque y se convirtió lo que antes era un simple lago en un punto de ocio de referencia de la capital turca.
No se puede concluir una visita a la capital turca sin disfrutar de la fantástica gastronomía que ofrece. La cultura gastronómica de Turquía se caracteriza por la influencia de culturas y sabores europeos, asiáticos y africanos, ya que este país es una confluencia, tanto de caminos como de culturas. Probablemente, a nivel mundial, la comida turca más típica sean los kebaps, pero en su oferta gastronómica destacan otros platos como las sopas, las carnes a la parrilla o asadas o los exquisitos dolmas. En lo que a postres se refiere destaca el baklava, trozos de hojaldre, o el clásico ayrán, una especie de yogur líquido pero diluido en agua.
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