Una joya arquitectónica de Valencia se camufla entre las calles del centro, frente al Convento de Santo Domingo. Aquí sucedieron hitos relevantes de la historia española: se firmó el decreto que disolvía las Cortes y derogaba la Constitución de 1812, 'la Pepa'. Años más tarde, en 1840, María Cristina, la esposa de Fernando VII abdicó de la regencia.
Se trata de un palacio que forma parte del entorno de la histórica plaza de Tetuán en la capital del Turia. Además, el edificio destaca por su "singular importancia" ya que, cuando fue derribado el Palacio del Real en 1810, pasó a convertirse en la residencia oficial de los monarcas en sus visitas a la ciudad.
Este fue el lugar elegido por la alcaldesa María José Catalá para realizar la comida de Navidad con los directores de los medios de comunicación este lunes. Los presentes coincidieron en subrayar que es un "espacio poco conocido" de la ciudad.
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Otro hecho memorable fue cuando el mariscal Suchet se instaló durante la invasión de la ciudad. También la reina regente M.ª Cristina e Isabel II habitaron en diversas ocasiones el palacio.
La residencia se remonta al siglo XVIII y fue construida por los condes de Cervelló, de los que recibe su nombre. Solo la fachada conserva su aspecto original, de estilo neoclásico.
No obstante, el origen del palacio es muy anterior, según relata la Catedrática de Historia del arte de la Universitat de València, Mercedes Gómez-Ferrer Lozano, en una de sus publicaciones. "Podemos especular que se trata de una propiedad de época medieval, cuya primera reforma significativa, se produce en el último cuarto del siglo XVI", da a conocer en el escrito.
Detalle del palacio de Cervelló en el plano de Tosca de 1704, que aporta Mercedes Gómez en su estudio sobre el Palacio de Cervelló. EE
Uso actual
Tras su reciente rehabilitación, el palacio acoge, además del museo, el Archivo Municipal de València, creado en 1238. Es uno de los más antiguos, completos y mejor conservados de Europa. También se encuentra la Biblioteca Municipal Serrano Morales.
El 'lavado de cara' le devolvió el ambiente palaciego a los salones de la planta noble, en la que destaca la Galería Borbónica, donde se encuentran los cuadros de los reyes de España.
La planta baja del edificio ha sido habilitada como museo con exposiciones y se le considera, además, sede de personajes ilustres durante el siglo XIX.
También se encuentran abiertos al público los salones decimonónicos con su decoración original en el que hay mobiliario tapizado en seda.
Visitar esta joya que pasa desapercibida tan solo cuesta dos euros, mientras que para grupos, estudiantes, pensionistas y familias numerosas la entrada se puede adquirir por un euro. Aunque la mejor opción, sin duda, son los domingos, que son gratuitos.
Se puede visitar los martes y sábados de 10 a 14 horas y de 15 a 18 horas; y los domingos y festivos de 10 a 15 horas. Los lunes permanece cerrado.