Vista de la antigua entrada de Coolor y del nuevo establecimiento. EE

Vista de la antigua entrada de Coolor y del nuevo establecimiento. EE

Valencia

Coolor, la discoteca arruinada por el triple asesinato de Alcàsser, resurge como supermercado Supeco

El local al que se dirigían las jóvenes no levantó cabeza desde 1992 y fue derribado en 2012. Del solar emerge ahora la segunda tienda de la cadena.

22 abril, 2024 13:41
Valencia

En enero de 2012, año en el que se cumplieron dos décadas del crimen de las niñas de Alcàsser, las máquinas entraron al solar de Coolor para demoler lo que quedaba del pequeño edificio.

Los dueños contemplaron melancólicos el derribo de un inmueble que jamás volvió a funcionar como negocio. Era la discoteca a la que se dirigían Miriam, Toñi y Desiré cuando fueron secuestradas por Miguel Ricart y Antonio Anglés.

Aún han tenido que pasar doce años más para que, en el presente 2024, este enclave de Picassent albergue una nueva iniciativa empresarial. En la parcela ya se encuentra terminado el edificio de un moderno supermercado. Será un Supeco, la marca económica del grupo Carrefour.

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Así lo confirma la propia firma francesa a EL ESPAÑOL, si bien no puede precisar por el momento la fecha de apertura ni detalles sobre la nueva tienda. Se trata de una marca de escasa implantación en la Comunitat Valenciana. De hecho, solo hay otro Supeco en la provincia de Valencia, ubicado en Puçol.

El lema que le da nombre es "tu supermercado económico". En Picassent conformará un polo de tres grandes cadenas junto a Lidl -su vecino de al lado- y Consum -su vecino de enfrente-. Mercadona también tiene cerca del lugar una de sus nuevas tiendas, ideadas para acudir en coche a las afueras del núcleo urbano.

El moderno inmueble de Supeco, levantado en tiempo récord durante el pasado verano, nada tiene que ver con el de la discoteca. La gran explanada generada alrededor del mismo para posibilitar el aparcamiento ha dejado el lugar irreconocible.

Pero el enclave de la Carretera de Montserrat es el mismo al que se dirigían las tres jóvenes la fatídica noche del 13 de noviembre de 1992. Acudían caminando al local de ocio desde Alcàsser y, ya en el centro de Picassent, realizaron una práctica muy habitual en la época: el autostop.

Vista del que será el nuevo supermercado Supeco de Picassent. EE

Vista del que será el nuevo supermercado Supeco de Picassent. EE

Habitual hasta aquella noche, que conmocionó a todos los valencianos y al resto de españoles y generó una gran desconfianza. Subirse en el coche de un extraño se convirtió en algo prohibido para los jóvenes de cualquier familia, en especial para las mujeres.

La psicosis ante posibles secuestros marcó los desplazamientos nocturnos desde entonces. Más aún en el área metropolitana de Valencia. Y más todavía en Alcàsser, Picassent y, particularmente, los dirigidos a Coolor.

Tres décadas después aún se menta el triple asesinato para disuadir a los jóvenes de caminar de noche el escaso kilómetro que dista entre Picassent y la urbanización anexa del Tancat de l'Alter, una recta que se discurría con normalidad para acudir a Coolor hasta 1992.

El trágico destino de las jóvenes, violadas, torturadas y asesinadas en un horrible crimen machista, fue una losa imposible de levantar para el negocio, cuyo nombre se dio a conocer en toda España.

Interior de Coolor, abarrotado en sus tiempos de explendor. EE

Interior de Coolor, abarrotado en sus tiempos de explendor. EE

Jamás volvió a triunfar como discoteca, y todo a pesar de que se trataba de un local de larga tradición y gran éxito en su entorno. Todavía mantiene activo un grupo de amigos en Facebook, donde pueden contemplarse fotos de época del recinto abarrotado y de la colorida fachada que le daba nombre.

Los nostálgicos de las fiestas en esta discoteca organizaron durante años fiestas conmemorativas con gran éxito de convocatoria durante la pasada década.

Tampoco funcionó cambiarle el nombre. Según recopiló Levante-EMV, tuvo hasta seis denominaciones posteriores: Action, Tattoo, Elektra, Pasarel·la, Divina o Strago. Está por ver si ahora, décadas después, corre una suerte distinta como supermercado Supeco.