Mari Cruz, superviviente de la gran riada del 1957 de Valencia, fallece de un infarto después de perder todo en la DANA
- Su nieto Rafael asegura que esta vecina de Beniparrell fue "víctima indirecta" del temporal.
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Mari Cruz Brazales lo perdió todo en la gran riada del 1957 con tan solo 21 años. 67 años después volvió a revivir la misma pesadilla el pasado 29 de octubre. Lo perdió todo por segunda vez, pero no podrá contarlo. Falleció al día siguiente de un infarto. Lo cuenta su nieto, Rafael Catalá, a EL ESPAÑOL.
Es una de las tantas historias que ha dejado la DANA y que avanzó el diario Levante-EMV. Esta vecina de Beniparrell nació en Madrid el año 1936, marcado por la Guerra Civil española, pero su familia se trasladó hasta Valencia.
Vivía en el Grau hasta que la riada del 57 golpeó su vida. Y tuvo que empezar una nueva cerca de la capital, concretamente en Beniparrell, un pueblo de casi 2.100 habitantes.
"Pensábamos que no iba a ser gran cosa porque no dieron la alerta. En la riada de 2019 la altura del agua no pasaba el bordillo de la acera. Esta vez nos confiamos, y todo se inundó de repente", cuenta su nieto.
Rafael llegó justo a tiempo. Mari Cruz podría haber sido otra de las víctimas que murieron ahogadas. Tenía 89 años y ya se le había ido la luz y el agua llegaba por las rodillas cuando su nieto apareció. "La alarma sonó cuando Beniparrell ya estaba inundada", recuerda el familiar.
Gracias a otro vecino y a un policía local pudo sacar a su abuela y llevarla hasta su casa, situada en un cuarto piso. Lamenta que agentes de la Guardia Civil que pasaron con el coche no quisieron bajar a ayudarle.
"Yo solo sé que cuando entré por la puerta, mi abuela estaba desencajada, blanca, pálida. Estaba viendo como perdía todo otra vez, su casa y sus recuerdos", relata Rafael.
"Para mí que murió del shock al recordar lo vivido y lo que le acababa de pasar. No doy explicación a otra cosa. Se levantó y cuando fue a tumbarse otra vez se desvaneció, en un último suspiro. 'La abuela no despierta', decía mi madre. Se le paró el pulso", prosigue.
A pesar de lo ocurrido, agradece que la funeraria pudiera recoger el cuerpo después de 12 horas: "Tengo suerte de haberla podido enterrar. Al menos la mujer descansa en paz".
Rafael considera que aunque Mari Cruz no ha sido víctima directa por fallecer por ahogamiento, sí que lo ha sido de manera indirecta: "Si esto no llega a pasar, yo tengo hoy a mi abuela aquí, eso lo aseguro yo. Es duro pensarlo".
"No quiero que esto quede en vano. No quiero buscar responsables, quiero que se busque a los culpables", sentencia.
Asegura que Beniparrell ha estado unido en todo momento, "y jamás será vencido, como dice el dicho". Ocho días después de la catástrofe, a Rafael le llegó la ayuda. Pudieron retirar los muebles dañados y los escombros de casa de su abuela. "Pero se sigue necesitando maquinaria, el pueblo está completamente devastado", asevera.
93 desaparecidos
Las oficinas ante mortem habilitadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil, en colaboración con médicos forenses, contabilizaron 93 casos activos por denuncias de desaparición a las 20 horas de este miércoles, cuatro más que el pasado martes, cuando se contabilizaban 89.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) recalcó que los datos de desapariciones activas y el número total de víctimas mortales "son diferentes, por lo que no deben ser sumados en ningún caso".
En este sentido, apuntó que los expedientes activos de desaparición "pueden aumentar o descender en función de las nuevas identificaciones de los fallecidos existentes, el incremento de denuncias de desaparición o la localización de personas con vida".
Los expedientes ante mortem de personas desaparecidas que están activos corresponden exclusivamente a denuncias donde los familiares han aportado diferentes datos y facilitado muestras biológicas.
Por su parte, la morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha recibido desde que se produjo la DANA, y hasta las 20 horas de este miércoles, un total de 199 víctimas mortales, todas ellas con autopsia ya realizada.
Del total de esas personas, 145 están plenamente identificadas (127 por huellas y otras 18 por ADN); mientras que 54 personas siguen sin identificar, según la última actualización de cifras por el Centro de Integración de Datos (CID).