Adiós a la mítica cabina de Telefónica: qué pasó y por qué desaparecieron 200 de ellas en Valencia hace unos meses
A pocos años de que cumplan un centenario de vida, se las considera "un servicio obsoleto de uso anecdótico".
2 abril, 2024 06:00Las cabinas telefónicas han sido, desde antaño, un elemento vertebrador de la sociedad española; también de la europea. Han estado presentes en pueblos y ciudades durante décadas, pero la irrupción de la telefonía móvil fue la causa principal de la caída en desuso de estas estructuras.
A pocos años de que cumplan un centenario de vida, se las considera "un servicio obsoleto de uso anecdótico" que ha sido totalmente reemplazado por otras alternativas de comunicación, según fuentes de Telefónica. De hecho, en 2006 se registraron más líneas de teléfonos móviles que habitantes.
Las 200 que se encontraban repartidas por la ciudad de Valencia, también las de localidades colindantes, desaparecieron del mapa hace apenas unos meses. Formaban parte del entorno, como un componente más del paisaje urbano, y aún se echan en falta allí donde se alzaban.
Las cabinas han sido el medio de comunicación de la sociedad donde poder hablar con los seres queridos al estar de vacaciones; o la forma de comunicarse de los habitantes de esos pueblos en los que, no todos los vecinos, disponían de teléfono en sus domicilios. También repositorios de publicidad, y de graffitis.
Aun así, más del 88% de la población actual reconoció no haber usado nunca una cabina, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en referencia a datos del Eurobarómetro de 2014.
Y ahora que ya no están, ¿dónde van a parar estas emblemáticas infraestructuras?
Las cabinas se llevan "a desguace" y se desmontan. Fuentes de Telefónica aseguran que, en algunos casos, se aprovechan los componentes modulares del teléfono como unidades electrónicas y validadores y parte de los cristales del mueble.
Aquellas que poseían un buen aspecto se guardaban en los almacenes de Cabitel, filial de Telefónica, donde se almacenaban decenas de ejemplares para posibles usos relacionados con el cine o para decorados de época, aunque no se tiene constancia de esto a día de hoy en Valencia.
Respecto a las cabinas destinadas a otros usos, actualmente tampoco hay ningún proyecto general. Pero existe algún caso particular en el que se ha solicitado la cesión de las cabinas existentes a determinados municipios: han pasado a ser de la titularidad del ayuntamiento y, por lo tanto, se ha dejado a su criterio dedicarla al uso que precisen.
Historia de las cabinas
El inventor de la cabina fue el estadounidense William Gray, que recibió la patente por su aparato el 13 de agosto de 1889. La idea para un teléfono público se le ocurrió porque su esposa se encontraba en el hospital y desde la fábrica no le dejaban llamarla.
El invento de Gray fue la primera máquina que cobraba el coste de la llamada, sin operador y estaba instalada en un banco en la localidad de Hartford, Connecticut.
La primera que existió en España se instaló en el año 1928 en el Parque del Retiro de Madrid, en lo que hoy es conocido como Florida Park y por aquellas fechas se llamaba Viena Park. Pero no fue hasta 1963 cuando los cubículos existieron como se conocen actualmente en España.
Con las primeras solo se podían realizar llamadas urbanas. Los modelos eran en aluminio y vidrio, con un aparato de fichas. Ya en los 70 llegarían las monedas: Telefónica comenzó la sustitución por nuevos aparatos adaptados para las pesetas.
En 1990 se alcanzaron las 42.000 cabinas instaladas en España y se anunció el despliegue del "Teléfono Modular" que admitía como pago monedas y tarjetas electrónicas.
El declive
A finales del año 2020, en España quedaban 14.824 cabinas de teléfono de las 100.000 que llegó a haber. Estas registraban una media de 0,17 llamadas al día, lo que equivale a una llamada semanal de promedio.
La Comunitat Valenciana contaba con un total de 1.764 cabinas. De ellas, 898 se distribuían por la provincia de Valencia; mientras que 200 resistían en la capital del Turia.
En 2021, el Gobierno excluyó las cabinas y guías telefónicas del servicio universal de telecomunicaciones. Antes, el Estado se encargaba de mantener esta prestación en todo el país y así se garantizaba que hubiera, al menos, un teléfono público de pago en cada localidad con 1.000 o más habitantes.
Servicio universal
Telefónica era la compañía encargada, por obligación del Gobierno, del mantenimiento de las cabinas. El contrato venció el 31 de diciembre de 2020 y el Ejecutivo decidió no prorrogarlo ante la inminente eliminación de este servicio de la categoría de "servicio universal".
El considerar a las cabinas telefónicas como parte de él suponía que las poblaciones con más de 1.000 habitantes debían tener al menos una instalada, y otra adicional por cada 3.000 habitantes.
El servicio universal de telecomunicaciones establece que todos los ciudadanos deben tener "acceso a una serie de servicios básicos con independencia de su localización geográfica, con una calidad determinada y a un precio asequible".
La nueva Ley general de Telecomunicaciones las dejó de valorar como "servicio esencial". Mantenerlas tuvo un coste de 4,68 millones de euros en 2018 para Telefónica, tal y como recoge un informe de la CNMC. La empresa decidió, finalmente, desinstalarlas.
Las míticas cabinas telefónicas no cumplirán su centenario en Valencia; tampoco su transformación en un nuevo elemento comunicativo, si es que en algún momento la compañía lo planteó.