Son las 10 horas de la mañana. Guantes Piqueras abre la puerta y las rejas del negocio un día más, aunque con el horizonte avistándose cada vez más cerca. Los días están contados para que la histórica tienda de la Plaza de la Reina eche el cierre para siempre.
En la entrada, desde bien pronto, hay una cola que asoma hasta el exterior. Hay la suficiente cantidad de gente para atender, que no queda un resquicio para pensar y que la nostalgia invada a Margarita Piqueras, la propietaria del establecimiento.
"Ha llegado el momento de decir adiós a 140 años de actividad ininterrumpida", así se despide Margarita en un vídeo colgado en las redes sociales de la tienda. El motivo: su cercana jubilación.
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En apenas unos minutos tras su apertura, llega una de las dependientas: "Madre mía", dice, sorprendida al ver la cantidad de personas que esperan a ser atendidas. Se pone manos a la obra. Hay mujeres y hombres probándose guantes, aprovechando las ofertas.
Las trabajadoras sacan del almacén el último material que les queda, como abanicos, sombreros o, sin duda, los guantes. Una mujer busca "algo diferente". Margarita le ofrece unos guantes con lunares, otros con un lazo, unos rojos... Finalmente, se lleva los últimos.
La gente se ha tomado al pie de la letra la invitación de la propietaria a "aprovechar las últimas ofertas", como señala en el vídeo. La mayoría de los accesorios están al 50%, muchos al 30%.
Otra clienta arrasa en la liquidación. Ha desembolsado 281 euros por los complementos que se ha llevado. Sin estar al 50%, tendrían un precio de 562 euros. "Te sientan fenomenal", comenta la empleada a esta clienta.
"Ya no queda de nada, cuando lo tengáis no lo soltéis", dice Margarita desde la otra punta del establecimiento, con una sonrisa.
Preguntada la propietaria por un chico que le está comprando cuando será el último día, afirma, "será a final de año, a lo mejor antes". "Está siendo un boom, es una pasada", califica Piqueras sobre el tráfico en la tienda. "Voy a ser fuerte y no voy a llorar", le confiesa.
Estos días, para Guantes Piqueras, están siendo "un poco agobiantes". Aun así, Margarita señala que le da mucha pena, pero ha llegado el momento.
Sobre el relevo generacional, su hija, que le había estado ayudando en el local, no va a seguir con el negocio: "Ha tomado otro rumbo", asevera a EL ESPAÑOL la propia Margarita.
Además, otro problema que se le suma es la falta de material: "Muchos fabricantes están cerrando sus empresas y en el momento en el que se acaben estas piezas ya no tengo material para vender. Cada vez la situación es más difícil", relató a Europa Press.
Igualmente, se refirió a la subida de los precios de los alquileres, pues "están siendo prohibitivos", lo que "obliga a trabajar muchísimo para poder mantener el negocio".
Historia de Guantes Piqueras
Guantes Piqueras es una guantería familiar fundada en el año 1886, donde llegó Antonia Mulas con 13 años, pasando a regentarlo cuando falleció su fundador en 1949.
A lo largo de los años, perdió el objeto que llegó a identificarlo: una gran mano de madera enguantada. Era conocida como 'La Manota'. Fue robada en el año 1991. Posteriormente, fue reemplazada por una réplica que años después corrió la misma suerte que su predecesora, se recuerda en la web del comercio.
En 1986 fue declarado Comercio Centenario por la Cámara de Comercio de València y en 2013, Comercio Emblemático.
Recientemente, a finales del mes de octubre, otro comercio histórico del 'cap i casal', El Horno-Pastelería de San Nicolás, ubicado en el distrito de Ciutat Vella, anunció que cerraba las puertas tras más de 300 años de historia en el centro de la capital del Turia.
En este caso, el histórico establecimiento cerró por no poder adecuarse, en su ubicación actual, a la normativa sanitaria por el elevado coste que suponía hacer frente a esta inversión.