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Miguel Martín: "El PP de Vigo somos la resistencia contra el imperio menguante de Caballero"
En Treintayseis entrevistamos a este periodista que, tras más de 20 años en los medios, dio el salto a la política el pasado mes de abril. En las elecciones municipales salió elegido como concejal y hace poco más de una semana fue nombrado portavoz de los populares en el Concello
12 marzo, 2024 05:00Todavía no se ha cumplido un año desde que pasó a formar parte de las filas del Partido Popular de Vigo, pero Miguel Martín ya ha vivido dos elecciones, municipales y autonómicas, es concejal y desde hace poco más de una semana es el portavoz en el Concello del grupo popular.
De profesión periodista, lleva casi dos decenios siendo una de las voces y de los rostros habituales de los medios locales, labor que abandonó para, poco después, sumergirse en la política, un mundo que reconoce que siempre es lo que más le ha gustado, que "el gusanillo siempre estuvo ahí", pero nunca se había planteado dar ese paso.
De entrevistador e informador a fiscalizador de la acción del Gobierno local y de Abel Caballero en particular, un alcalde que, considera, está perdiendo poder a pasos agigantados, hasta el punto de estar convencido de que, en unas hipotéticas elecciones municipales ahora mismo, perdería la mayoría absoluta.
Como portavoz, es la cara y la daga de la oposición. Mejor dicho, de la resistencia, como se define, contra el "imperio menguante" del actual regidor. Una suerte de símil cinematográfico que, para Martín, refleja el escenario político actual de la ciudad.
Pregunta: ¿Cómo llegas a la política? No sé si dudaste en el momento en el que te ofrecieron entrar en el PP de Vigo y si tardaste mucho en decidirte.
Respuesta: Yo estaba en un momento de un cambio vital. Dejé la empresa en la que estaba trabajando y en ese proceso me llaman del Partido Popular y me ofrecen la posibilidad de embarcarme en esta aventura política. A mí siempre me ha gustado la política, si no probablemente no hubiera sido periodista. Es lo que más me gusta y el gusanillo siempre estuvo ahí. También había una afinidad con este partido político, porque a otro le diría rotundamente que no. Era un cambio sustancial, de contar las noticias a ser tú el protagonista, y eso implica un periodo de reflexión, de preguntar a mi entorno, especialmente a mi mujer. Pasado ese periodo, que duró escasamente unos días, tomé una decisión que fue afirmativa. Vi pasar un tren y me dije la manida frase de "arrepiéntete de lo que hagas, pero no de lo que no hagas". La vida debe ser para los valientes y lo que pase, pues está por escribirse. Pero tomé esa decisión de la cual no me arrepiento a día de hoy en absoluto.
P: ¿Pero era algo que te habías planteado alguna vez en serio lo de entrar en política o fue esta oportunidad la que te hizo lanzarte?
R: La verdad es que no, nunca me planteé dar el salto a la política. Me gusta desde siempre; recuerdo que desde pequeño me veía los debates del Estado de la Nación, pero haber pensado activamente en dar el salto, no. Además, ejercía de periodista, profesión a la que me he dedicado 22 años. Pero en el momento en que surge esa posibilidad y tú sabes que eso lo llevas dentro, dices ‘¿y por qué no?’. La libertad de cada uno está en elegir su presente y su futuro y sin haber pensado nunca ‘lo haré algún día’, tomé esa decisión que fue madurada, reflexionada y, por supuesto, libre.
P: Te sumas al proyecto del PP en Vigo, que actualmente es nadar a la contra. ¿Alguien te dijo ‘estás loco’?
R: Bueno, antes te dije lo de ser valientes… Está claro que aquí formas parte de la resistencia. El partido viene de un momento delicado en el pasado, pero el presente es positivo y halagüeño, que ahora vamos a favor de viento, pero efectivamente se viene de un proceso malo. ¿Si alguien me dijo si estaba loco? No durante ese tiempo que estuve reflexionando. Lo consulté con un círculo muy pequeñito de personas, que es mi familia, fundamentalmente, que me dijeron que era decisión mía y que tenía que tomarla en consecuencia de soy y de los que pienso. Sí que hay gente que cuando leyó la noticia les sorprendió, me dijeron que qué hacía, que cómo me metía en estos fregados de la política. Cuando uno se dedica a esto de una u otra forma, contando las noticias o ahora siendo protagonista, es porque en el fondo te gusta este mundo. Creo que tengo el derecho, la oportunidad y la posibilidad de al menos intentarlo.
P: Marta Fernández-Tapias anuncia que entras en el equipo el 16 de abril, a poco más de un mes para las elecciones municipales del 28 de mayo. ¿Cómo fue esa primera toma de contacto, casi a marchas forzadas?
R: Digamos que todo se precipita, pero se me recibió con los brazos abiertos. Es evidente que tú llegas de repente a un partido, a una organización y eres el nuevo. En este caso, yo y alguna otra persona que nos incorporamos desde la sociedad civil, porque el PP buscaba abrirse y también perfiles que no fueran estrictamente de partido, aunque sí con una afinidad en lo personal, que nunca en lo profesional, porque hay que saber distinguir entre lo que uno era antes y lo que uno es ahora. Pero a partir de ese primer choque en lo personal, de sentirme no raro, pero sí extraño, que creo que es lógico, tengo que decir que se me recibió con los brazos abiertos y creo que a la vista está. Se ha apostado por mí y en ese sentido no puedo estar más que agradecido al PP de Vigo porque no me he sentido extraño más allá de lo lógico y normal cuando uno es nuevo en algún sitio, nada más.
P: Además, te sitúan en la lista en el número cinco, que era una posición por debajo de los cuatro concejales de las anteriores elecciones. No sé si pensabas en que sacaríais ese quinto concejal y que pasarías a formar parte de la formación en el Concello.
R: Sí, y pensaba que íbamos a sacar más, de hecho nos quedamos a muy poquitos votos del sexto concejal. Yo era consciente de que iba un puesto de salida según todas las encuestas. Decían que se iba a subir como mínimo uno más, y en ese sentido, ya que te involucras, pues en lo personal prefiero estar en un puesto de salida a haber estado en el número 18; si hay la posibilidad de participar activamente en la política, mejor. Cuando se me dice que estoy como número cinco pues lo recibí bien, claro. Pero lo habría recibido bien se me hubiera puesto donde se me hubiera puesto, porque no se me dijo nada más allá de si quería dar el paso y comprometerme. ¿Que después me ofrecen ser el número cinco? Pues perfecto.
P: El 28 de mayo el PP sumó casi 5.000 votos más, cinco puntos más en porcentaje que en las anteriores municipales; en las autonómicas del 18 de febrero también crecisteis ligeramente en Vigo ligeramente, mientras el PSOE cayó de manera estrepitosa. ¿Crees que estos resultados se pueden extrapolar al ámbito municipal, al menos en sensaciones, de cara a futuro?
R: Cada elección es diferente, es un hecho objetivo. No se vota para alcalde, sino que se vota para presidente de la Xunta, y esto hay que aceptarlo. Dicho lo cual, los que votan para una elección son los mismos que votan para otra, por lo tanto sí que se pueden sacar algunas conclusiones. Para mí, la principal conclusión es que el periodo de Abel Caballero empieza a agotarse. Cuánto falta para ese final es algo en lo que tenemos que trabajar y ahondar desde desde el Partido Popular, pero sí que creo que es una lectura que se puede sacar de estas elecciones. Creo honestamente que si hubiese unas elecciones municipales a día de hoy o la próxima semana aquí en Vigo, el PSOE y Abel Caballero volverían a bajar. No me queda la más mínima duda de eso. ¿Cuánto? No lo sé. Yo creo que bastante, porque en política las cosas van muy deprisa, y honestamente creo que nosotros subiríamos también bastante. Así lo demuestran los datos de las autonómicas, que sin ser exactamente lo mismo que en las elecciones municipales, sí que hay unos vasos comunicantes.
P: El mensaje de Caballero que caló mucho, una idea muy repetida por el alcalde y de la que también es partícipe el BNG es que la Xunta está contra Vigo. ¿Es real que desde la Xunta perjudican a la ciudad o crees que es un mensaje que está un poco agotado?
R: Yo creo que es cansino escuchar durante 16 años lo mismo. Es como el chiste de Eugenio, que te hacía gracia el primer día, pero al decimosexto año ya es muy cansino. No es verdad, no es verdad. Esto lo podemos resumir en esa frase que decían otros de ‘España nos roba’. Es el enemigo exterior, siempre buscando la confrontación, ‘es que nos atacan’. Hay palos en la rueda pero por parte del gobierno municipal a la Xunta de Galicia. No estoy diciendo que haya que poner una alfombra roja a la Xunta y concordar con todo lo que proponga; es más, en otros ayuntamientos gobernados por el Partido Socialista o por el Bloque Nacionalista Galego se es crítico con la Xunta y se le exigen más inversiones. Yo no estoy diciendo que eso no se haga aquí en Vigo, pero de ahí a decir que la Xunta invierte cero, que no quiere invertir, que boicotea o bloquea todo lo que tiene que ver con Vigo no es cierto. Es rotundamente falso. Que ese mensaje caló, sí; que ese mensaje está dejando de calar, segurísimo.
P: Hace poco más de una semana fuiste nombrado portavoz del PP en el Concello. ¿Cómo afrontas esta nueva etapa y esta nueva posición dentro del partido?
R: Con ganas y con ilusión. Primero, agradecer a mis compañeros, tanto del grupo municipal como del partido y la gestora, por confiar en mí, porque eso es un refrendo al trabajo que vengo realizando en el último año. Después, lo que ya he dicho cuando se comunicó, con la intención de seguir fiscalizando a este gobierno municipal, que es mi obligación, es nuestra obligación como grupo de la oposición: denunciar aquellas cosas que este gobierno no hace bien o que, desde nuestro punto de vista, deberían hacerse de otra forma; y al mismo tiempo plantear una alternativa que yo creo que es posible para esta ciudad en el corto o medio plazo. Ese es el objetivo, dar a conocer que el Partido Popular de Vigo, como el PP en general, es un partido de gobierno, que ahora está en la posición en la que está, pero que el futuro es muy diferente y mucho más positivo y halagüeño. Y en eso me voy a esforzar todo lo que pueda junto al resto de mis compañeros. Aquí, a diferencia de en otros partidos, esto no va de un ‘mirlo blanco’ que no existe; aquí, es el trabajo del grupo y del equipo. A mí me toca ser ahora, por circunstancias, portavoz del grupo municipal, pero aquí trabajamos todos y vamos en la misma dirección para conseguir el objetivo. Si no, por mucho que haga uno, no existen ni los salvadores de patrias ni los superhéroes que se crean aquí. Eso se lo dejamos a otros.
P: ¿Crees que ese trabajo en los medios de más de 20 años te ha dado ventaja? Incluso que se ha visto como una cosa positiva a la hora de enfrentarte o de afrontar la relación con los medios, delante de una cámara, de un público o incluso a la hora de lanzar un mensaje para que llegue mejor a la gente.
P: Pues no lo sé. Una de las críticas constructivas que me han hecho, y que tienen toda la razón, es que sobre todo al principio, porque ahora creo que eso ya lo estoy cambiando, es que mis audios suenan a crónicas de radio. Por un lado lo veo como algo negativo, pero por otro es positivo, porque después de 22 años ejerciendo la profesión de periodista, de 18 como presentador de televisión… algo se me ha quedado. Y liberarte o desprenderse de esa huella no es fácil. Eso significa que a lo mejor fui un buen profesional. Por otro lado, me genera más presión porque ahora son mis ex compañeros o compañeros, yo siempre diré que son mis compañeros aunque efectivamente ahora esté del otro lado, los que pueden ver más con lupa las notas o los audios que mandamos. Estás más en el ojo del huracán y te pueden decir ‘qué mal comunica’… Yo soy respetuoso con todos los medios, con todos mis compañeros y lo hago lo mejor que sé. Después que cada uno juzgue.
P: ¿Cómo ha sido tu llegada y cómo es tu relación con el resto de la corporación? Has pasado, como decías, de ser informador o entrevistador a fiscalizador, antes eras un ajeno pero ahora eres un compañero.
R: Soy un igual. No te voy a engañar, al principio me sentía un poco elefante en una cacharrería cuando entro en el Ayuntamiento no como periodista sino como concejal electo. Sobre el recibimiento en lo personal por parte de todo el mundo no tengo absolutamente nada negativo que decir. Tanto la gente del Partido Socialista como del BNG me ha recibido como debe ser, es decir, yo soy igual a ellos. Ahora, en la adaptación personal pues sí que cuesta. Te cuento esto a modo de anécdota: durante el primer mes no era capaz de entrar con la moto en el garaje reservado para concejales, había esa barrera un poco psicológica. Como era verano venía en moto, aparcaba fuera y no pasaba nada. Ya en septiembre vi que era una tontería y hay que quitarse clichés. La verdad es que estoy agradecido a los 26 restantes miembros de la corporación con los que que no he tenido, ni tengo ni espero tener nunca ningún problema de tipo personal con ellos.
P: La semana pasada, la concejala Yolanda Aguiar pedía tu dimisión, señalaba que en tu corto periodo de trayectoria política habías elegido "el camino de la mentira" y "la falta de rigor". ¿Sientan mal en el ámbito personal o forma parte de este juego político?
R: A nivel personal, la relación que tengo con Yolanda Aguilar es de respeto y de educación. A nivel institucional, no hay ningún problema. Esto es juego político y hay que sacar lectura de este juego político. Que el primer día hábil después de haber sido nombrado portavoz pida mi dimisión por falta de rigor… Lo vi cuando estaba desayunando y me hizo gracia, porque lo que concluí es que esto es reflejo del miedo que tienen. Ellos sabrán por qué, pero que el primer día ya pidan mi dimisión por "falta de rigor" por un comentario, que nosotros dijimos que no habían cumplido con el pago de las becas después de las primeras 11.000 que se habían dado. De hecho, yo colgué el audio de Abel Caballero y él decía la próxima semana, 5.000; la siguiente, 5000 y así sucesivamente. Pues efectivamente no ha cumplido con su palabra. En base a rigor, quien tendría que haber dimitido sería el señor alcalde. Yo no pido la dimisión del señor alcalde por esto, faltaría más, pero creo que tampoco es como para pedir la mía, honestamente. Pero me quedo con lo positivo, que si el primer día ya están pidiendo mi dimisión es porque tienen el miedo en el cuerpo. Y eso está muy bien, porque esa es mi obligación como portavoz de la oposición.
P: Ese enfrentamiento encarnizado entre el Gobierno local y el PP, reflejado diariamente en los medios, ¿tiene solución? Con la llegada de Luis López como presidente de la Diputación parece que ha tratado de calmar las aguas, y no sé si es posible en el ámbito local.
R: No estoy tan de acuerdo que se estén amansando las aguas. El primer día, este Ayuntamiento quiso revertir el convenio por el cual se cede el edificio de la sede de Vigo a la Diputación, de propiedad municipal y que está cedido hasta el año 2030. De repente, quisieron anularlo única y exclusivamente para que el Partido Popular no ocupase lo que le corresponde. En el ámbito local, lo importante es el Gobierno de la ciudad y por lo tanto el foco está puesto en la oposición al Gobierno de la ciudad, y fundamentalmente al Partido Popular. Porque el BNG, con todos mis respetos, que también hace oposición, el día de mañana sería la muleta del PSOE, en caso de necesitarlo. Vamos a ponernos en un escenario donde el PSOE de Abel Caballero pierde la mayoría absoluta. ¿Se apoyaría o no se apoyaría en el BNG? A la vista está que si. Entonces, ¿Quién es el rival a batir? ¿A quién hay que darle todos los días, sí o sí? Como sea, con falsas verdades, medias mentiras o con la posverdad. Pues el Partido Popular. Por eso digo yo que nosotros somos la resistencia contra el imperio menguante de Abel Caballero, que es una expresión que me gusta mucho porque los datos reflejan que es así. Tuvo mucho poder, pero cada vez tiene menos. Perdió la FEMP, que antes parecía que era como el gran organismo del mundo mundial, y ahora ya nadie se acuerda de ella. Perdió la Diputación, ha perdido muchos votos y en ese trabajo estamos. Por eso esa preocupación y por eso ese miedo que decía antes.
P: ¿Qué tres cosas que se están haciendo ahora en Vigo cambiarías si tuvieses la posibilidad?
R: Lo primero: hay que saber escuchar más. Cuando dice el alcalde que él va por la calle y habla con todo el mundo… Seamos honestos, aquí es casi piramidal. Todo sale de una sola y única persona y eso no debe ser así. Primero, debe haber un equipo y, después, se tiene que escuchar más. Pasa por ejemplo en el caso de Vitrasa: tres años y no se ha reunido con el Comité de empresa. Por educación, por responsabilidad, por obligación política, reúnete con el Comité y dile lo que le tengas que decir, no que la solución va a estar mañana, que a lo mejor se va a demorar, pero eso es su obligación. Y así con todo el tejido asociativo, cultural, económico y social de esta ciudad. Creo que con el paso del tiempo eso se ha perdido.
Segundo, hay que abrir la ciudad al resto de administraciones, hay que cooperar con el resto de administraciones, sean o no sean de tu mismo color. Hablé antes de que otras ciudades gobernadas por el Partido Socialista o por el BNG son críticas con la Xunta de Galicia, pero se reúne el alcalde con el presidente de la Xunta; el único alcalde que no se ha reunido porque no ha querido con el presidente de la Xunta es Abel Caballero. Yo creo que Caballero es ese conductor que va por la autovía en sentido opuesto a todos los demás y llama diciendo ‘oiga, que hay coches que viajan en contra’.
La tercera, creo que hay que cambiar muchas políticas. Todo está centrado en una cosa: aceras; el objeto de una humanización es una acera. Y obras faraónicas, algunas con un sobrecoste que manda narices. Creo que se ha olvidado de algo muy importante, que es el día a día de esta ciudad y que son, fundamentalmente, los servicios públicos. Vitrasa; los bomberos, que también estuvieron de huelga indefinida durante años porque no hay personal, y se demostró en el incendio de Alfonso X; la Policía Local también necesita más gente, hay muchos menos agentes que cuando empezó a gobernar hace 17 años; Bienestar social no tiene personal, cuando hay una resolución de ayudas se demora en el tiempo meses y meses porque no hay personal. Hay unas 400 vacantes en este Ayuntamiento.
No todo lo tapan los grandes fastos y la Navidad viguesa, el día a día es muy importante. Siempre digo que no hay luces que dejen ver menos, y esa política hay que cambiarla. No digo que no haya tenido aciertos, porque hay que ser honesto: tiene luces, algunas incluso para aplaudir, y tiene muchísimas sombras.
P: ¿Qué le preguntarías a Abel Caballero desde tu actual posición y tirando de tu ex profesión?
R: Simplemente, ¿por qué? Qué necesidad tiene de que, si su acción de gobierno es tan buena como dice, de inflarla hasta el infinito, de esa exageración, de esa hipérbole, de ese populismo constante, de decir que vienen 6 millones de visitantes, de decir que en Castrelos un concierto entran 150.000 personas. Yo creo que Abel Caballero es como ese anuncio de telefonía en el que dice ‘si a este le quitamos…’: pues si le quitamos el populismo, le quitamos las medias verdades, le quitamos su exposición mediática, incluso en televisiones nacionales, quedaría su gestión, que he dicho que tiene luces, algunas incluso para aplaudir, pero tiene muchas sombras. Igual es porque tu gestión no es tan buena y es, cuando menos, cuestionable. Y, a lo mejor, igual no tendría mayoría absoluta.