Siete cosas que (a lo mejor) no sabías de la calle Rosalía de Castro de Vigo
Convertida hoy en uno de los principales núcleos del centro de la ciudad, tanto económicos como de población, su construcción es reciente y ha estado marcada por los restos arqueológicos bajo su suelo
22 julio, 2024 05:00El tramo desde Marqués de Valladares, cruzando Colón, hasta el cruce con la rotonda de García Barbón y la calle Miragaia es hoy uno de los núcleos del centro de Vigo más importantes, tanto en lo económico como en lo poblacional.
Hablamos de la calle de Rosalía de Castro, arteria fundamental y una de las zonas de moda, repleta de negocios de hostelería, servicios, centro de salud y patrimonio histórico de la ciudad. Pero su historia es reciente y su crecimiento y urbanización ha ocurrido en los últimos 30 años, aproximadamente.
En Treintayseis, os desvelamos siete datos o curiosidades de esta calle que llegó no hace mucho a la vida de los vigueses, pero cuyo crecimiento ha sido exponencial.
A principios de los años 90 no tenía nombre
Hace 30 años, en la última década del siglo XX, Rosalía de Castro no existía; era un mero proyecto guardado en un cajón al que le costó tomar forma y lograr consenso. Por no tener, no tenía ni nombre, sino que era la prolongación de Marqués de Valladares, que se extendía hasta la altura de Serafín Avendaño.
Si miramos más atrás, conformaba el camino que unía Vigo con Redondela y Pontevedra y que se situaba en paralelo al mar, la actual calle Arenal, donde nacieron los asentamientos de familias catalanas con los que nació la industria de la sardina. En el siglo XIX, una nueva carretera a Pontevedra, lo que ahora es García Barbón, la relegó a una zona industrial repleta de callejones.
Una travesía de 100 años
La actual Rosalía de Castro es un proyecto que nace de los diseños de dos ingenieros de caminos: Ramiro Pascual y Manuel Cominges, a principios del siglo pasado. Pero hasta 1989 no se aprobó el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) para Rosalía de Castro. En 1993 se aprueba el Plan de Reordenación General Urbana de 1993 (PGOU93), con Carlos Príncipe como alcalde, y en 1994 comienza su edificación.
En 1995, se inaugura el tramo entre la calle Pontevedra y la calle Oporto, que contará con una rotonda con una estatua en homenaje a Rosalía de Castro, obra de Armando Rodríguez. También se abre el tramo de República Argentina que conecta García Barbón con el Arenal y un parking subterráneo.
Hay que esperar 16 años, hasta 2011, para que se inaugure el último tramo, que conecta Rosalía de Castro con García Barbón a través de una rotonda.
El Vigo romano
La edificación de la calle Rosalía de Castro ha sido clave para conocer el origen romano de la ciudad a través de varios restos arqueológicos que fueron descubriéndose al tiempo que se hacían diferentes obras.
En 1998, cuando comenzó a construirse el centro de salud, aparecieron unas salinas romanas. Para su total conservación, se modificó el proyecto y se musealizó, tomando el nombre de "Centro arqueolóxico Salinae", que se inauguró 10 años después. Se trata de un resquicio de la que es la única salina marina de evaporación solar conservada de todo el Imperio Romano.
También en 2006, cuando se trabajaba en el tramo de la calle entre Serafín Avendaño y García Barbón, se descubrieron un ancla de piedra y varias piezas de cerámica en las excavaciones.
Es la milla de oro de la hamburguesa
En abril de 2012, La Pepita abrió el primer local de la zona dedicado a las hamburguesas 'gourmet'. Más de 10 años después, la zona de Rosalía de Castro, la propia calle y otras aledañas, se ha convertido en la "milla de oro" de las hamburgueserías en Vigo.
La concentración de locales en la zona que sirven este bocado tan de moda estuvo cerca de la decena; algunas han cerrado precisamente por la feroz competencia, como fue el caso de La Galeguesa o el tercer local de la ciudad de La Leyenda Burger. Pero a las bajas se han sumado nuevos negocios, como Efímero o el recientemente anunciado segundo local de Caracuchos Fourious Food.
La panadería de Vigo
Si la zona destaca por la pasión por la carne picada entre panes, también lo hace por ese elemento indispensable, el pan. Y es que ocurre algo similar con las panaderías en esta zona: desde el número 1 de Rosalía de Castro, donde se encuentra La Panacea, las tiendas dedicadas al pan son una constante.
De hecho, en poco más de 200 metros, entre el cruce con Oporto y Serafín Avendaño, encontramos cuatro panaderías: Pasti Vigo; La Madrileña, que es la más antigua de la ciudad y abrió sus puertas en 1874; Panderías Rosalía, otro clásico que existe desde antes de que la calle recibiese su nombre; y Pastelería Loan.
A estas podemos sumar las dos panaderías de Serafín Avendaño, Pandemonium y Barral, e incluso tiendas como Enxebre Delicatessen, en Oporto, que venden un pan exquisito.
Mide menos de 700 metros y tiene cuatro rotondas
Toda esta concentración de negocios, locales de moda, cafeterías, centro de salud, panaderías y mercerías se produce en una calle que mide menos de 700 metros desde el cruce con Colón hasta la rotonda con García Barbón.
A lo largo de esta vía, existen cuatro rotondas en las intersecciones con República Argentina, Oporto, Canceleiro y Serafín Avendaño. Cada una de ellas, tiene una estatua. Un homenaje a la figura literaria que da nombre a la calle, la primera que se levantó en la zona; un olivo centenario que se instaló en 2015 en la rotonda de Rosalía con Oporto, procedente de la Sierra de Cádiz; el monumento "Como chove miudiño", de Forcarei, que representa una gota de lluvia y que toma su nombre de un poema de Rosalía; por último, en el cruce con Serafín Avendaño, la pantalla LED instalada en 2017 y en la que se prometían ver partidos de fútbol.
No fue la primera calle Rosalía de Castro
Como decíamos al principio, hasta la década de los 90 no tuvo un nombre oficial, y lo cierto es que la calle Rosalía de Castro ya existía en otra ubicación. La calle que une Policarpo Sanz y Marqués de Valladares en paralelo al Teatro Afundación, hoy dedicada al médico y escritor vigués Darío Álvarez Blázquez, estuvo dedicada a la figura de las letras gallegas.
Además, en el monte de O Castro, la vía que lo rodea, recibe el nombre de Paseo de Rosalía de Castro.