A mediados del pasado mes de enero, entre los neones de la Gran Vía, un nombre se podía leer en letras mayúsculas: Axel. El Corte Inglés de la céntrica plaza de Callao, en Madrid, anunciaba en el exterior de su fachada la presentación del primer libro del periodista vigués Luis García, cara reconocible de Deportes Cuatro y de Mediaset.
"Explosivo debut editorial" y "El nuevo Rey de la novela negra" son algunas de las frases que acompañan a la promoción de Axel. Solo los muertos no tienen secretos, la ópera prima del ahora renombrado Luis García-Rey, en homenaje a su padre fallecido.
La novela es el resultado de una dedicación que eligió durante el confinamiento. "Unos se pusieron a cocinar, otros hacían yoga, otros deporte… yo me puse a escribir, algo que siempre quise hacer", explica a Treintayseis. Entre un juego y un reto, se sentaba delante del ordenador en la soledad de su casa mientras en su cabeza bullían las numerosas novelas negras que había leído. "Cuando me di cuenta, llevaba 573 páginas, conseguí cerrar la historia y que la trama tuviese sentido".
"Por falta de tiempo nunca me había puesto a escribir"
Luis habla con pasión de su recién estrenada obra y de su nueva faceta, la de escritor, que nunca había desarrollado salvo algún trabajo periodístico y una colaboración en el libro Diez años sin el 10, del también periodista vigués Rafa Valero. "Por falta de tiempo nunca me había puesto a escribir y, como era lo primero que hacía, no estaba convencido de que se fuese a publicar", reconoce García-Rey. Su satisfacción personal se vio completada con la llamada a la puerta de la editorial Espasa para lanzarlo al mercado.
Pero el periodista incide en el orgullo de haber llevado a cabo una labor a la que se dedicó durante "tres meses muy particulares", en el que tenía "todo el día para pensar en la novela" y con una rutina concreta: "Me despertaba, desayunaba y me sentaba por la mañana delante del ordenador en silencio absoluto, ni música ni tele de fondo. Me puse un mínimo de 1.000 palabras al día; si la cosa fluía bien, podía hacer 3.000, si me quedaba en 800, me obligaba a completar la tarea por la tarde". Una disciplina para la que "estaba más fresco" por la mañana pero "más imaginativo" por las noches, cuando "el cerebro tiene otra textura".
Vigo, Madrid y Domingo Villar
El orgullo de poder emular a sus autores favoritos, entre los que se encuentra el recientemente fallecido Domingo Villar, del que recibió un consejo hace años que ha llevado a rajatabla. "Me aproveché de que coincidía con él en un programa de radio y le comenté que tenía intención de escribir una novela y que le admiraba mucho; me dijo que cuidase cada capítulo como la novela entera, que no me deshiciese de ellos, que cada capítulo era importante, y eso es algo que te hace querer a tu novela".
Con Villar coincide en ese desdoblamiento entre Vigo y Madrid, ciudad de nacimiento y de residencia de ambos, que a Luis García-Rey le ha permitido presentar un contraste que le va como un guante a la novela. "Madrid es trepidante, y en Vigo todo va más despacio, somos más nostálgicos. Vigo es interior, mar, playa, surf, que tiene un papel importante en la novela, es comida y vino, una forma de ser muy particular", enumera. Pénjamo, la playa de Patos, la Alameda o El Capitán, del Casco Vello, son algunas de las localizaciones reconocibles de Vigo y sus alrededores.
"El carácter gallego es muy literario, esa nostalgia, lo nobles que somos, esa dificultad para abrirnos, pero que después estamos para siempre; es algo que contrasta con otras culturas". Una razón que, en su opinión, hace que la novela negra gallega esté "tan vigente", además de otros elementos tan vinculados a la tierra como el narcotráfico.
Además, la tarea de escribir le ha dejado una gran sorpresa: "Yo pensaba que escribías lo que tú querías, y al principio es así, porque estás construyendo los personajes, pero cuando llevas 200 páginas, tienen personalidad propia. Me sentaba a escribir con la idea de matar a uno y se me moría otro", relata entre risas.
Novela negra ágil con un protagonista con mucha fuerza
La historia que narra Axel es la investigación del sádico asesinato del locutor estrella de la radio deportiva, Marcos Goya, en la calle San Bernardino de Madrid. El caso es para Axel Nash, un vigués afincado capital y su nueva compañera, Loor Galván. Una novela negra con un ritmo muy ágil en la que se muestra el poder del crimen organizado, el narcotráfico, los ajustes de cuentas en las costas gallegas y la prostitución, además de abordar temas como la violación, desde la sensibilidad hacia las víctimas hasta la crudeza descriptiva.
Su protagonista, Axel Nash, se define como un amante de los crímenes, un personaje irónico, aparentemente duro por fuera pero "muy tierno" y que tiene un problema con las mujeres, "le dan mucho miedo", algo que se va desvelando según pasan las páginas. Su nombre, Axel, es en referencia al personaje de Eddy Murphy en la película Súperdetective en Hollywood, Axel Foley, película de referencia para el autor, que saca también su sentido del humor, tan inteligente como negro, en la novela.
"Muy vigués no es", dice entre risas sobre el nombre, pero encuentra su base no solo en el personaje del detective cinematográfico, sino en autores referentes en novela negra, como Jo Nesbø, con su personaje Harry Hole, que convive con el resto de personajes con nombres noruegos. "¿Por qué no hacer lo mismo? Axel García no sonaba tan bien, y el apellido, Nash, se justifica porque el padre es estadounidense", explica.
Además, aparece el mundo de la radio, que conoce bien, con situaciones que conoce, aunque la narrativa se instala en una radio más antigua, la de la guerra de las ondas, de una etapa más dura del periodismo deportivo, que ahora "es más familiar".
Una mezcla de sus referentes
Entre sus referentes para construir la novela y un estilo propio, además de los nórdicos, están desde Andrea Camilleri, autor de la serie del detective Montalbano, hasta americanos como Elmore Leonard o George V. Higgins, del que destaca su novela Los amigos de Eddie Coyle, "una obra maestra"; ambos autores le dan más importancia al diálogo, en donde son unos maestros, que a la trama. Así, García-Rey conjuga lo sobrio y frío de la novela negra nórdica con la rapidez de los diálogos americanos.
Su primera novela está llevando esta Axelmanía por diferentes ciudades de toda España y este pasado miércoles se presentó en su casa, Vigo, en un acto en el que estuvo rodeado de amigos y familiares, una ciudad a la que vuelve siempre que puede y que ha dejado estampada en las páginas de su estreno editorial para siempre.