La futbolista Laia Codina ha ratificado este viernes en su declaración como testigo en la Audiencia Nacional las presiones sufridas por su compañera de Selección, Jenni Hermoso, tras el beso que le propinó el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales.
Fue minutos antes de las 9:30 horas cuando Codina entró en la sede de los Juzgados de Pontevedra, ya que la comparecencia se iniciaba allí a las 10.00 horas, debido a que se encuentra concentrada con la Selección Femenina para enfrentarse a Italia.
Fuentes jurídicas han confirmado a Europa Press que, en su declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1, Francisco de Jorge, Codina ha avalado la versión que Hermoso ofreció en su declaración ante la Fiscalía.
A su salida, rondando las 11.30 horas, la futbolista evitó hablar ante la multitud de los medios de comunicación que la esperaban. Una furgoneta de la Federación la esperaba precisamente en la puerta de los tribunales, por lo que Codina corrió los escasos diez metros que separaban el edificio del vehículo.
Declaración de Hermoso
Cabe recordar que Hermoso declaró ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durantez, antes de que se incoasen diligencias. Entonces, la jugadora defendió que no se sintió respetada. "Me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación", desveló.
En la declaración ante la Fiscalía, revelada por Telecinco, la jugadora de fútbol narró el momento en el que recibió el beso después de que España ganara el Mundial femenino. Según su relato, se abrazó con Rubiales y afirmó: "La que hemos liado". Después, el expresidente de la RFEF pegó un brinco sobre ella y le comentó: "Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti".
"Lo siguiente ya fue sus manos en mi cabeza y ya ahí no escuché nada más. Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras", rememoró Hermoso a preguntas de la fiscal. "Ni me lo esperaba", añadió la deportista. En este punto, la futbolista recordó que la victoria del Mundial fue un "hecho histórico" que costó "la vida conseguirlo".
"En ningún momento me podía esperar que pasara al final algo así (…) En una persona de confianza creo que nadie se esperaría que iba a usar ese momento para hacer algo así, por muy espontáneo que fuera", reprochó Hermoso, que también explicó que cuando bajó de la tarima contó lo sucedido con Rubiales a sus compañeras de equipo Alexia Putellas e Irene Paredes.
Cabe recordar que Codina es la cuarta jugadora que comparece ante el juez tras sus compañeras Alexia Putellas, Misa Rodríguez e Irene Paredes. Estas declaraciones se enmarcan en la causa en la que el instructor investiga a Rubiales por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso que le propinó durante la celebración de la victoria en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. El juez escuchará el próximo 2 de enero a la principal perjudicada en la causa: Jenni Hermoso.
La versión de Rubiales
Ante el juez, Rubiales defendió que el beso fue una "muestra de afecto" que se produjo de forma "natural", a la luz de "millones de ojos" y que fue "con consentimiento". A preguntas del abogado de Hermoso, aseveró que se trataba de una "celebración totalmente extraordinaria", que preguntó a la jugadora antes de darle el beso y que ocurrió "con consentimiento".
"Si le pregunté antes, ¿cómo no le voy a respetar?", respondió a la pregunta de si consideraba que había respetado a la jugadora al besarle en la boca, para luego apuntar que Hermoso tras ese episodio "se fue muerta de risa" y dándole "dos cachetes en el costado".
Sin embargo, en su declaración ante la Fiscalía, revelada por el programa ‘Código 10’ de Telecinco, Hermoso declaró que el beso no fue consentido ni se sintió respetada como persona y futbolista. "Me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación", desveló.