Un hombre de más de 80 años ha aparecido atado a un árbol en una localidad de Barcelona, a 1.200 kilómetros de su domicilio en Albufeira, en Portugal. Al salir de su casa el pasado 24 de diciembre, sobre las 11 de la mañana, tres hombres de origen brasileño lo asaltaron, le amenazaron con una pistola y le obligaron a meterse en su propio coche —un Range Rover que ronda los 100.000 euros— y a darles sus claves bancarias y el PIN de su tarjeta hasta desplumarlo, quitándole un total de 84.093 euros.
La Policía Nacional ha podido detener a parte de la banda en Benalmádena, cuando circulaban con un Mercedes, valorado también en 100.000 euros, que habrían robado con anterioridad a una mujer que intentaron secuestrar con el mismo modus operandi, aunque esta consiguió huir, según adelanta Diario Sur. Actualmente, dos de los cinco detenidos han ingresado en prisión.
Al parecer, según ha relatado la víctima posteriormente, dos delincuentes ocuparon los asientos delanteros —uno conducía y el otro iba de copiloto— y el tercero se sentó en los asientos traseros del vehículo con el hombre sin dejarle de apuntar con el arma. Además, le amenazaban constantemente con buscar información sobre su familia e ir a buscarla con el objetivo de asustarle.
Un secuestro de 16 horas
Durante el trayecto hacia Barcelona, que duró 16 horas, los individuos pararon en diferentes cajeros automáticos —uno de ellos ubicado en Cambrils, en Tarragona— y transfirieron a diferentes cuentas el dinero del secuestrado. En total realizaron 25 ingresos entre 17 cuentas con las dos tarjetas de crédito del hombre.
El viaje, según relata SUR, terminó a las tres de la madrugada del 25 de agosto en un bosque de Collbató, en Barcelona, cerca de Terrassa. Los ladrones le quitaron el teléfono móvil al anciano, se llevaron su coche y a él lo dejaron atado a un árbol. El hombre había sido agredido anteriormente, cuando le entregó a los secuestradores sus claves de acceso a la banca electrónica. La Policía Local lo encontró desorientado y con lesiones en la cabeza.
Los Mossos d'Esquadra encontraron una pulsera de la víctima y un trozo de cuerda que los individuos habían utilizado para amarrarlo al árbol mientras inspeccionaban el bosque. Gracias al geoposicionamiento del teléfono móvil, en manos de los secuestradores, las cámaras de seguridad y los rastros que dejó la tarjeta bancaria, incluso después de que los ladrones dejaran al hombre, los mossos han podido reconstruir el viaje y seguir la pista a los tres individuos.
Uno de ellos aparcó con el Range Rover en el aeropuerto de El Prat, cogió un taxi a Barcelona y se dirigió a una gran superficie donde compró dos teléfonos móviles, todo ello pagado con la tarjeta de crédito robada. El sospechoso, de origen brasileño, ha sido a sido arrestado y enviado a prisión provisional por secuestro, blanqueo y pertenencia a grupo criminal.
Además, este se encontraba en situación irregular en España, sin arraigo laboral y ha estado en constante movimiento entre Portugal, Francia y España mientras era investigado. En uno de los registros domiciliaros se encontró una máquina para expedir pasaportes falsos, por lo que, muy posiblemente, su intención fuera fugarse.