Un anciano abusa de una menor discapacitada con el consentimiento de su madre en Asturias
Tanto el hombre de 79 años como la madre se enfrentarán a condenas de 4 y 3 años respectivamente cuando comience el juicio el 24 de abril.
3 abril, 2019 14:08La madre de una menor discapacitada y un anciano se enfrentarán en abril a una petición de cárcel de cuatro y tres años respectivamente, por haber consentido la primera que el segundo procesado, de 84 años, abusase sexualmente de su hija en dos ocasiones en Grado. La vista oral está señalada el día 24 de abril de 2019 en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, con sede en Oviedo, a las 10.30 horas.
En su nota de prensa, el Ministerio Fiscal sostiene que la víctima, nacida en 2003, padece una discapacidad intelectual leve, al igual que su madre. En 2014, cuando la menor tenía 10 años y el hombre acusado 79, este último se llevó de la mano a la menor desde un bar de Grado donde la niña estaba con su madre, hasta detrás del camión de su propiedad que estaba estacionado en las inmediaciones. Allí la besó continuadamente en la boca.
La situación se mantuvo hasta que una mujer que estaba sentada en una terraza cercana, al parecerle extraño que el acusado llevara a la niña detrás del camión, acudió al lugar y les reprendió, haciendo que el hombre se marchase.
Dos años después, sobre las 16.00 horas del 19 de enero de 2016, la madre de la menor, que en aquella fecha ostentaba la guarda y custodia de su hija, se encontró con el acusado frente al mismo bar de Grado.
La mujer entró sola en el establecimiento, dejando a la niña en compañía del acusado "siendo totalmente consciente de que éste iba a realizar actos de naturaleza sexual con la menor". El acusado volvió a llevar a la menor detrás de su camión, que tenía aparcado muy cerca del bar y allí estuvo durante 10 minutos abrazando a la niña y realizándole tocamientos. Algunos clientes que estaban en el bar, así como la camarera del mismo, salieron fuera a ver lo que estaba ocurriendo, quedando la madre sola en el local.
La madre "no reaccionó cuando varios de esos clientes que habían salido volvieron al bar relatando lo que habían visto" y salió "tranquilamente" del establecimiento para dirigirse a donde estaba su hija con el otro procesado. Se la llevó "sin hablar para nada con el otro acusado y sin preguntarle qué había pasado, ni haciéndole recriminación alguna".