En Asturias se ha vendido el queso más caro del mundo. Concretamente, ha sido en el Llagar de Colloto quién ha pagado este pasado 27 de agosto 30.000 euros por una pieza de Queso Cabrales de la quesería Los Puertos, que había sido elegida ganadora del 51.º Certamen del Queso Cabrales, superando en casi 10.000 euros la anterior marca, también desembolsada por ellos mismos en 2019.
Se ha logrado así un Nuevo Guinness World Récord con el queso más caro del mundo. ¿Quieres saber más sobre este queso cabrales? Aquí te lo contamos.
El queso más caro del mundo
Es la cuarta edición consecutiva que Iván Suárez, del Llagar de Colloto, gana la puja por el mejor Queso Cabrales del Mundo, celebrada esta mañana. En esta racha, Suárez ha desembolsado ya 14.300 euros en 2018 (primer Guinness World Récord), 20.500 euros en 2019 (Guinness World Récord vigente hasta esta mañana), 17.000 euros el pasado año y 30.000 euros en esta edición, logrando así un nuevo récord Guinness al queso más caro del mundo en subasta.
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Una animada subasta que contó con un precio de salida de 3.000 euros y en la que participaron 9 establecimientos hosteleros de toda España: La Cabana (Oviedo), La Paloma (Oviedo), Casa Román (Gijón), La Montera Picona de Ramón (Gijón), el Hotel Restaurante Marqués de La Moral (Naveces, Castrillón), La Cuenca (Madrid), Carlos Tartiere (Madrid), el Grupo El Antoju (Madrid, Burgos y Llanes) y el propio Llagar de Colloto.
"La pasión por la tierra y reconocer el trabajo de todos los queseros fue lo que me hizo subir la puja", aseguró Suárez tras alzarse como vencedor, que se mostró "muy contento de formar parte de este evento y la repercusión mundial que tiene".
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"Sabíamos que teníamos un buen queso, pero también que es muy difícil ganar", explicó Guillermo Pendás Bada, elaborador del queso ganador. Una pieza de 2,2 kilos de queso aproximadamente, elaborada con leche de vaca y cabra y con 10 meses de maduración a 1.500 metros de altura.
Cabe destacar que, por segundo año consecutivo, el 15% de esos 30.000 euros desembolsados por El Llagar de Colloto irán destinados a la asociación Galbán de lucha contra el cáncer.
Los premios a mejor lote quesero fueron a parar a la quesería Ángel Díaz Herrero (Encarnación Bada), que se alzó con el 3º puesto; quesería Arangas (Andrea Fernández), que logró el 2º puesto; y quesería Valfríu de Tielve, que repite como ganadora en esta categoría.
Los premios individuales fueron para la quesería Ángel Díaz Herrero (Encarnación Bada), que logró el tercer puesto; quesería Arangas (Andrea Fernández), que quedó en segunda posición; y quesería Los Puertos (Rosa Bada) como ganador
Historia del queso Cabrales
Cuenta la leyenda que el queso Cabrales tuvo su origen concretamente por el descuido de un campesino, que en un día primaveral de marzo y mientras ordeñaba su ganado se quedó prendado de una pastora. Así que guardó con mimo los recipientes y la leche recién ordeñada en una cueva y corrió tras su amada. Pero tras varios meses de abundancia y amor llegó el invierno, la escasez y el hambre, fue entonces cuando se acordó de la leche que había guardado en la cueva. El azar, la naturaleza o el milagro, según quien se encargue de contar la historia, habían transformado la leche en delicioso Cabrales.
Elaboración del queso Cabrales
Dejando a un lado la historia y centrándonos un poco más en su elaboración, este famoso queso azul asturiano, es un queso natural elaborado artesanalmente por los propios ganaderos con leche cruda de vaca o con mezcla de dos o tres clases de leche: vaca, oveja y cabra. Toda la leche utilizada en su elaboración procede exclusivamente de ganaderías establecidas en la zona de producción y controladas por el Consejo Regulador.
Una vez elaborado, es el momento de que el queso Cabrales madure entre dos y cuatro meses en cuevas naturales ubicadas en plena montaña. Estas suelen ser de uso individual o colectivo y tanto la cueva como la colocación de los quesos en ella, son transmitidos de generación en generación. La humedad del 90% y la temperatura entre los 8 y los 12 grados se encarga de hacer la ‘magia’. Y es que estas condiciones son las que cargan a este tipo de queso de personalidad, sabor y de esas características vetas de color azul-verdoso que le aporta el moho tipo penicillium. ¿El resultado? Un queso suave, cremoso, repleto de personalidad y con un aroma intenso que se acentúa aún más cuando es elaborado con leche de cabra.