El precio de los alimentos es uno de los frentes que ha entrado en campaña. La inflación, que lleva meses disparada -aunque ahora, según los últimos datos, ha conseguido descender y situarse por debajo del 2%- es la causa principal. A pesar de que el Gobierno emprendiera medidas en enero y disminuyera el IVA en ciertos productos, lo cierto es que la cesta de la compra sigue siendo una preocupación de los ciudadanos.
Aparte, hay más factores que inquietan a los ciudadanos a la hora de comprar en el súper. Uno es la composición de los alimentos. La lista de ingredientes está en el foco no sólo por la calidad o las bondades, sino por conocer de qué están hechos. Últimamente, además, hay preocupación por el origen de ciertos productos, por sus repercusiones en el medioambiente y por sus propiedades.
Unos cuantos establecimientos han intentado poner coto a la primera preocupación, con una filosofía del low cost (bajo coste) o apostado por la marca blanca. Tres ejemplos reconocidos son Mercadona, Carrefour y Lidl, que se han aupado entre los preferidos por los clientes por su alta gama a la hora de introducir nuevos productos.
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Dicha filosofía o concepto, el del low cost en la comida, no existía hace unos años, y ha ido ganando terreno. También en más franquicias que, sin ser específicamente de alimentación, ofrecen lo que está a punto de caducar o marcas que no han tenido buena cabida. Este tipo de locales crece más en barrios periféricos y con un tamaño medio.
Sin embargo, a este bajo precio se le suman algunas quejas. Muchos aficionados a estas cadenas protestan por la ausencia de variedad. Estas semanas, por ejemplo, ha saltado la noticia de que Mercadona se ha quedado sin melones y sandías en el apartado de la fruta. Las redes sociales, además, amplifican la queja.
Por estos canales llegó hace poco una pregunta dirigida a Mercadona. Era en relación con un ingrediente desparecido en la etiqueta. Esta ausencia provocó que el usuario de Twitter @LoveMeMrMerrick preguntara en un mensaje sobre un cambio en una de sus salsas: "Habéis cambiado la receta de la salsa boloñesa incluyendo albahaca y NO mencionándolo en los ingredientes, sabéis que es un fallo gordísimo, ¿no?", decía.
Quejas justificadas
La queja estaba justificada. El supermercado había modificado su composición sin avisar. Ante las acusaciones, Mercadona respondió, aunque no tuviera obligación. "¡Hola! Nos informan de que el motivo por el que no están indicadas cada una de las especias en la lista de ingredientes y únicamente aparece como 'especias' es porque el Reglamento 1169/2011 de información alimentaria indica en su anexo VII que todas las especias cuyo peso no sea superior al 2% del peso del alimento se pueden designar así. Un saludo".
Y era cierto: la propia legislación española ampara la posibilidad de no especificar todos los ingredientes que llevan los productos que se venden en los supermercados, dependiendo -como dice el súper- del peso. Esto ha generado un lamento generalizado en Twitter. "Ya, eso me dijeron. Aunque me sigue pareciendo algo fácil de hacer y que evitaría bastantes problemas", contestó la instigadora de la queja.