El invierno está a la vuelta de la esquina y con él ha llegado el frío más intenso. En este sentido, los coches están diseñados para resistir sin problemas estas temperaturas, pero el paso del tiempo y su uso prolongado puede repercutir en problemas derivados del clima más frío.
Por eso, revisar algunos elementos del coche siempre es una buena idea, máxime si tenemos en mente utilizar con frecuencia nuestro vehículo en condiciones de frío extremo. Tal y como refleja un análisis de Norauto, la batería, los neumáticos y el limpiaparabrisas son algunos de los elementos del coche que sufren más con las bajas temperaturas y, por lo tanto, se les debe prestar especial atención.
En el universo del automóvil, el frío supone un gran desafío para cualquier turismo, no solo para los conductores, sino también para los propios vehículos. Las temperaturas gélidas ponen a prueba cada componente del motor, pero hay una parte que, invariablemente, se lleva la peor parte cuando el mercurio desciende. En concreto, estamos hablando de la batería.
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Se trata del elemento del vehículo que puede salir más damnificado con temperaturas extremas. La batería de un vehículo no solo proporciona la energía inicial para poner en marcha el motor, sino que también estabiliza el voltaje para mantener en funcionamiento todos los componentes eléctricos.
Además, las bajas temperaturas incrementan la demanda eléctrica, ya que sistemas como la calefacción y las luces se utilizan con mayor frecuencia y por periodos más prolongados. La conjunción de un suministro reducido y una demanda elevada crea el escenario perfecto para fallas prematuras.
Asimismo, los neumáticos también se pueden ver afectados, siendo necesario que estén en perfecto estado para hacer frente a las condiciones climatológicas adversas. Conforme bajan las temperaturas, las ruedas van perdiendo presión: por cada grado menos que marca el termómetro, la presión se reduce en 0,7 bares. Las consecuencias de viajar con unos neumáticos desinflados son varias y, por supuesto, ninguna es positiva.
Por último, pero no menos importante, también debemos tener especial cuidado con la luna y los parabrisas. Norauto recomienda utilizar un descongelador apropiado junto a una rasqueta de plástico ya que de hacerlo con otros productos se podría dañar gravemente. En general, tanto el frío como el calor extremo pueden deteriorar o estropear cualquier elemento eléctrico del automóvil, incluso el sistema de navegación o la conectividad.
Ante estas bajas temperaturas, los expertos siempre recomiendan estacionar el coche en un recinto cerrado por la noche. No obstante, eso no siempre es posible. Por eso hay que proteger la batería con una manta o una cobertura para turismos sobre el capó. Además, también es recomendable colocar un cartón en la parrilla para que el viento no entre en la zona del motor. "Y, en cuanto al arranque, para evitar agotar la batería es mejor no saturar el motor de arranque. Es conveniente hacer intentos cortos mejor que uno largo", aconsejan.