La llegada del mes de septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina y de final del verano. Durante los meses de junio, julio y agosto, millones de españoles han podido disfrutar de sus ansiadas vacaciones. Y a pesar de que la gran mayoría elige esta fecha para exprimir al máximo el sol, las altas temperaturas y los días en la playa, la realidad es que cada vez son más los ciudadanos que se guardan algunos días libres para hacer escapadas en septiembre. El principal motivo es que las temperaturas no son tan elevadas como durante el resto del verano y que los destinos turísticos están menos masificados.
Sin embargo, viajar en septiembre también puede suponer un quebradero de cabeza para los ciudadanos. Y es que las probabilidades de que llueva son mucho mayores. En este sentido, muchos se preguntan cuál es el mejor destino para viajar en esta época del año. Y con el objetivo de resolver las dudas, National Geographic ha determinado cuál es el mejor pueblo para visitar en septiembre. Se trata, nada más y nada menos, que de Hondarribia, Guipúzcoa, en el País Vasco.
Hondarribia es un municipio situado en el extremo noreste de la provincia de Guipúzcoa, a tan solo 20 kilómetros de San Sebastián, que en la actualidad cuenta con poco más de 16.000 habitantes. Durante décadas, la ciudad ha sido admirada por grandes figuras de la Historia. Es el caso, por ejemplo, de Víctor Hugo, que la definió como "la silueta de un pueblo de oro, con campanario agudo, al fondo de un golfo azul, en una extensión inmensa". También Pío Baroja habló de Hondarribia como "una mezcla arcaica y moderna". Pero, ¿por qué National Geographic ha elegido el municipio como el mejor destino para viajar en septiembre?
Una de las principales joyas de Hondarribia es su casco antiguo amurallado. Tal y como detallan desde National Geographic, la mejor forma de llegar al centro de la ciudad es cruzando la Puerta de Santa María, uno de los dos accesos por las murallas. Una vez que los turistas ya hayan llegado al casco antiguo, otra de las recomendaciones que arroja la revista es pasear por la calle principal o Kale Nagusia. Una de sus principales características de esta calle es su suelo adoquinado.
Además, en la zona del casco histórico los visitantes podrán disfrutar también de otros enclaves como la Casa Consistorial, la Casa Ladrón de Guevara, la Casa Iriarte, el Palacio Zuloaga o la Casa Casadevante. Otras de las localizaciones que no se pueden dejar de visitar son la iglesia parroquial, la Plaza de Armas, el castillo de Carlos V o calles como la de San Nicolás o la de Juan de Laborda.
[Este pueblo español está construido alrededor de un monasterio]
Pero además de por su casco antiguo amurallado y su suelo adoquinado, Hondarribia destaca por su espectacular gastronomía. Si el ciudadano baja la Plaza de Armas, se encontrará con la Marina, un antiguo barrio lleno de casas de colores que en su día estaba habitado por pescadores. El motivo por el que las fachadas son de color verde, rojo y azul es porque, tal y como se dice, los pescadores utilizaban la pintura sobrante de los barcos para hacer más llamativas sus casas.
La mejor gastronomía
Sin embargo, la Marina no solo se caracteriza por las casas de colores y los balcones repletos de flores. También destaca por ser el punto neurálgico de la gastronomía local, predominando en sus calles un gran número de asadores y bares de pinchos. Algunos de los asadores más destacados son el Blondar, el Laia Erretegia y el Kupela. En cuanto a los bares de pinchos, destacan algunos como el Gran Sol, el Sardara o el Ignacio.
En el artículo, National Geographic no solo destaca de Hondarribia su casco antiguo amurallado y la gastronomía. Tal y como se detalla en el artículo publicado en la revista, una de las mejores formas para culminar este viaje es en la playa, un espacio que ofrece unas espectaculares vistas a Hendaya.
Además, la revista destaca también la Isla de los Faisanes, un islote fluvial cuya soberanía comparten Francia y España. Del 1 de febrero al 1 de agosto, el islote pertenece a España. El resto del año es parte de Francia. Actualmente nadie vive en el territorio y solo se puede llegar a través del transporte marítimo.