Todos son risas cuando el resto de españoles enfadamos a los valencianos con nuestros arroces con cosas y los miramos por encima del hombro, pensando que son un poco tiquismiquis. Sin embargo, cuando el agravio se comete con un plato elaborado en toda España como la tortilla de patata, nos ponemos estupendos. Esto es lo que le ha pasado al prestigioso chef italiano Giacomo Zani, que trabaja en el restaurante Amelia de San Sebastián, y ha querido explicar para Italia Squisita cómo se elabora esta receta tan nuestra.
Zani empieza valorando que se trata de un plato "muy conocido en toda España" y pasa enseguida a dar las claves: cortar la patata de forma homogénea para que todas se hagan por igual y pelar bien la cebolla. En este punto, se muestra además conocedor de la batalla que se libra entre concebollistas y sincebollistas, pero asegura que ellos han optado por sumarse al bando del con para hacer esta receta, cortándola en juliana antes de pocharla en la sartén con aceite de oliva hasta que esté dorada.
Es ahora, al abrir los huevos y batirlos, cuando Zani pincha en hueso. Dice que hay que agregarle un poco de sal, como es habitual, pero además invita a echarle pimienta. Da igual que después el punto de la patata confitada sea perfecto, que mezcle todos los ingredientes y sepa darle la vuelta con la elegancia y la seguridad que te dan dos sartenes. No importa tampoco que le haya quedado con una pintaza estupenda: ha echado pimienta a la tortilla y eso aquí se paga caro.
Se paga tan caro que, en los comentarios del vídeo, se apuntan cosas como que es "la primera vez que veo echar pimienta a la tortilla de patatas", que "nos han declarado la guerra" y que "si ellos se quejan de cómo hacemos la pizza o la pasta, la tortilla de patata no es así". En este sentido, se han podido leer muchos comentarios más tirando de esas máximas intocables que existen en la cocina italiana.
Así, tirando de sarcasmo, han amenazado con echarle piña a la pizza, romper los espaguetis antes de echarlos al agua hirviendo, echar aceite para cocer la pasta, pasarse de tiempo de cocción e incluso cometer el sacrilegio de usar nata para la carbonara. También, hay que decirlo, otros muchos han querido aplaudir al chef porque han considerado que su tortilla está muy bien hecha y tiene muy buena pinta. Que no se diga que todos los españoles somos tan exquisitos.