Se equivocan los que creen que son únicos haciendo algo y también aquellos que piensan que sus rutinas son universales. Unos y otros convergen en las redes sociales para ver cómo sus mitos se van al garete y, de paso, nutrirnos a los demás de esa sabiduría popular que nunca sobra. En esta ocasión, la historia que nos ocupa tiene que ver con el método para hacer algo tan aparentemente fácil como es una lista de la compra, demostrando que poniéndole un poco de empeño puede ser mucho más práctica.
Antes de la llegada de la tecnología la lista de la compra era enteramente manual. Normalmente, un pedazo de papel que se sujetaba en la nevera con un par de imanes para ir anotando aquellas cosas que se iban acabando. De hecho, no era extraño llegar al supermercado y darse cuenta de que las anotaciones se habían quedado en su sitio sin que valiesen de nada por el despiste. Con los años, pudiendo pedirle a Alexa que nos anote tal o cual alimento o producto, parece que lo de escribir de puño y letra se ha quedado para los románticos.
Sin embargo, un tuitero gallego ha demostrado que no solo el papel sigue vigente, sino que podemos tener una lista muy funcional con un par de claves. "Creía que esto era de uso común, pero ayer tomando unas cañas con los colegas resulta que no", ha escrito Muerto por dentro, asegurando que él hacía así su lista y preguntando cómo la hacía el resto. En la imagen del tuit se puede ver un folio con varias divisiones, coincidiendo con bloques de productos que además suelen estar situados en el mismo espacio en el supermercado.
Un método eficaz
"Aquí va lo de la nevera o congelado (yogures, helado...)", dice el primer bloque, seguido de otro apartado en el que apuntar las piezas de fruta que se vayan a comprar, otro para la carne y otro para el pescado, dejando un hueco también para los productos que no están metidos en estos grandes grupos, como el detergente o la pasta. Sencillo, pero efectivo, el tuit del gallego ha superado las 275.000 visualizaciones en la red social:
Al otro lado, las reacciones no han dejado de sucederse. Son muchos los que han confesado que le copiarán la plantilla de la lista de la compra, al tiempo que otros han contado su propio método o la ausencia de él: desde los que tiran de aplicaciones y tecnología hasta los que van al supermercado sin lista para ir recordando qué comprar a medida que recorren los pasillos, pasando por aquellos que todavía siguen confiando en el papel aunque sea de otra forma:
En la variedad está el gusto.