Las historias en el dentista suelen dar mucho de sí en las redes sociales. Si no, que le pregunten a Tamara García, ahora una de las creadoras de contenido más aplaudida de España que hace tan solo tres años una desconocida con media cara paralizada tras la anestesia. En esta ocasión la historia nos lleva de nuevo al odontólogo, pero esta vez el que fue a consulta hace unos años es Jaime y creyó que se moría.
"Hace tres años que fui al dentista y me dijo que me iba a morir", empieza relatando el protagonista, anticipando que "es la mejor historia que os puedo contar". En su caso, después de haber estado pegado a un altavoz de grandes dimensiones durante un festival, empezó a sentir un zumbido en uno de sus oídos que sigue padeciendo actualmente, pero entonces acudió al otorrino para tratar de saber de dónde venía.
Le mandaron a consulta de varios especialistas, entre ellos el dentista, para hacerse una radiografía de mandíbula. Después de un rato esperando, el médico se le acercó con cara de susto a preguntarle si le habían operado del cerebro hace poco "por casualidad". "Yo con esa pregunta me puso un poquito nervioso", reconoce Jaime, recordando que le dijo que no, que únicamente se había roto el labio jugando al tenis de mesa.
"¿Puedo sacar una foto?"
"Mira, Jaime, te voy a enseñar la radiografía para que la veas, pero es que tienes un clavo de este tamaño [abre la palma de la mano] metido dentro de la oreja", le informa. "Yo, que soy la persona más paranoica de España, pensando por dentro en plan que alguien ha venido y me ha metido un clavo", rememora, al tiempo que añade que "no os exagero, que le dedicamos cinco minutos en silencio a mirar la radiografía mirándonos entre nosotros".
En ese momento de silencio, el médico le pidió si podía sacar una fotografía para mandarle a alguien: "Ese cabrón cogió el móvil y le hizo una foto y creo que se la mandó a sus amigos". Sin embargo, en mitad del susto Jaime comprobó que no era su nombre el que aparecía en la radiografía, sino uno exactamente igual, pero con el segundo apellido diferente, así que la historia tuvo final feliz.