Las esquelas ya no son lo eran y cada vez son más las familias ―o los propios difuntos― que usan este espacio para darle singularidad a la despedida del ser querido. Así, nos encontrábamos hace poco la de Eulogio Pernas, que se asomaba en La Voz de Galicia diciendo en primera persona que "lamento tener que comunicar mi fallecimiento", con mucha retranca. También fue famosa María Paz Fuentes, que dejó una lista de invitados VIP a sus exequias; Antonio, que dejó un recado para "hermanos y familia, que no se han preocupado", o Juan José Mariño, quien usó ese espacio para darle las gracias a Messi por hacerlo disfrutar.
En esta ocasión, la original esquela nos lleva hasta Asturias y se publicó en La Voz de Avilés, donde han explicado que Sebastián Márquez Cruz era "un hombre guasón, un padre simpático y un amigo bromista". Por eso, junto al anuncio de su muerte, aparece una fotografía suya con gafas de sol, sonriente y haciendo una peineta, algo muy poco corriente en este tipo de publicaciones: "Mi padre hubiera elegido esa foto, fijo, para despedirse", les ha comentado su hija Toñi Márquez Noriega al diario asturiano.
"Sé que no es una foto muy convencional", ha reconocido, asegurando que "de verdad que es la esencia de mi padre. No tiene que parecerle mal a nadie. Él se tomaba la vida con humor. Tenía momentos jodidos o dificultades y siempre les ponía una nota de humor. Adonde ibas con él te lo hacía pasar bien. Te hacía reír. Viene siendo algo así como un continuo 'al mal tiempo buena cara'". Sebastián, que falleció el pasado domingo 20 de noviembre a los 76 años de edad y era viudo, tuvo su funeral este mismo martes por la tarde y fue incinerado a continuación.
Extremeño de nacimiento, según La Voz de Avilés llegó a Asturias buscando trabajo en la industria y pasó su vida laboral trabajando en empresas de montajes de estructuras. Un ictus empeoró su estado de salud en los últimos tiempos, pero en su tanatorio también han recordado su simpatía a prueba de enfermedades: "Genio y figura hasta la sepultura", decían sus amigos. Parece que esta nueva tendencia en las esquelas ha llegado para quedarse y, sin duda, está llamada a dejarnos grandes momentos que estarán protagonizados, paradójicamente, por personas que ya no podrán ver su repercusión. El máximo exponente del humor negro.