El culebrón de Tamara Falcó e Íñigo Onieva se estudiará en los libros de historia. Vale, estamos exagerando y quizás esto no ocurra por su relevancia en el devenir del país, pero bien podría mencionarse cuando hablen del cambio de paradigma que han traído consigo las redes sociales. Gracias a ellas no solo se ha destapado la infidelidad, sino que todos nos hemos sentido un poco partícipes del descubrimiento: todos le hemos dicho ese "amiga, date cuenta" a la marquesa de Griñón casi al unísono y por eso nos ha enganchado tanto.
El tirón de la historia, de hecho, ha trascendido las revistas y los programas del corazón y ha llegado a los rincones más insospechados, como a esta carnicería de Salamanca en la que están usando a Onieva para vender el género. Carnicerías Guillermo es una empresa familiar que lleva dedicándose a la venta de carnes, jamones y embutidos desde 1890, como explican en su web. Además de venta online, disponen de dos locales: uno en la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte y otro en la avenida de Portugal de la capital.
Basta con echar un ojo por su Instagram para ver que se trata de una empresa que cuida su imagen y hace continuos guiños a la actualidad, sobre todo desde que han decidido emplear para ello una pizarra situada en el exterior del local de Salamanca. En las stories destacadas en su perfil todavía se puede ver cuál fue su reacción a la infidelidad de Íñigo a Tamara, el mismo día que pusieron también un ejemplar del ¡Hola! a disposición de la clientela para cotillear a gusto.
"Mucho morro fresco"
Ese día, en la pizarra, junto a una foto de Onieva para despejar dudas, decían que "tenemos mucho morro: fresco y adobado". Así, querían hacer un guiño a la actualidad y también vender el morro de ternera que tienen a 9 euros y el de cerdo, que está entre los 4,90 y los 5,90 euros. El mensaje no tardó en ganar popularidad entre los viandantes:
Pero Onieva no ha sido el único en decorar la pizarra con el morro, también el actor Willian Levy, protagonista de la serie Café con aroma de mujer, les ha servido para promocionar sus productos: "Nuestros cachopos están más buenos que Sebastián", anuncian.
Una buena forma de no perder el hilo del salseo cuando una va a la carnicería.